"Sus agresivas acciones buscan atacar el proceso productivo y la capacidad exportadora", aseguró el gobierno nacional. Fuerte repudio a los especuladores por parte de Agricultura, el SENASA, Carbap y los consorcios cárnicos.
Las formas de presión que ejercen los buitres sobre Argentina son múltiples. Las más conocidas son el litigio judicial por la deuda y las solicitadas en los medios de comunicación. Sin embargo, el ataque se ha extendido recientemente a las carnes argentinas. La American Task Force Argentina (ATFA), entidad que hace lobby a favor de los buitres y la Asociación de Ganaderos de los Estados Unidos (USCA) organizaron un encuentro privado en las oficinas de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense para denunciar un supuesto incumplimiento de los protocolos de salud animal del país y el posible ingreso de aftosa a la Patagonia. El gobierno argentino y los productores rechazaron las acusaciones y las presiones.
Las autoridades del Gobierno reaccionaron rápidamente. Cancillería emitió un comunicado en el que expresó que "los buitres acusan falsamente a la Argentina de perseguir el objetivo de minar estándares de seguridad y salud animal en Estados Unidos", constituyendo un elemento más de una "campaña de hostigamiento" contra el país. En consecuencia, "sus agresivas acciones" buscan "atacar el proceso productivo y la capacidad exportadora de la República Argentina". El documento destaca que la Argentina es "mundialmente famosa por la calidad de sus carnes" y que "abastece a más de 50 países de altísimos estándares sanitarios". "Queda claro", concluye Cancillería, que los fondos buitres “sólo pretenden extorsionar al pueblo argentino sin medir las consecuencias del daño que ocasionan.”
El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, dijo que es una "excusa de los ganaderos norteamericanos para impedir la apertura de su mercado a la importación de carne". Según Casamiquela, la objeción de USCA y ATFA no tiene sentido porque el país exporta "normalmente a mercados exigentes como la Unión Europea y China".
Además, el titular del SENASA, Darío Guillén, recordó que la Organización Internacional de la Sanidad Animal declaró en mayo de este año a la Patagonia como libre de aftosa sin vacunación "después de recibir la recomendación de sus grupos de expertos y de su Comisión Científica para las Enfermedades de los Animales" y que todo el territorio argentino está libre de aftosa, pero con vacunación.
Desde el sector privado argentino también hubo repudio. Horacio Salaberri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) opinó que la actitud de ATFA "es algo repudiable" y que "no puede ser que busquen dañar al país por sus exportaciones". A su vez, el presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), Mario Ravetino, aseguró la calidad de los controles "a punto tal de que los frigoríficos serán inspeccionados antes de fin de año por el servicio de sanidad estadounidense".
La actitud lobbista de USCA es una respuesta al Departamento de Agricultura Estadounidense (USDA), que por medio de su Servicio de Inspección de Salud, Animales y Plantas (APHIS) había designado este año a las regiones de la Patagonia sur y norte como libres de aftosa, lo cual eleva el estándar sanitario de las carnes de exportación de la región. La USCA requiere, por lo tanto, una medida proteccionista para evitar la competencia. En el Congreso norteamericano, el vicepresidente de la entidad, Chuck Kiker, arguyó que habría un "peligro de reintroducción" de la fiebre aftosa en la Patagonia, debido a que Argentina se esfuerza por "socavar los Protocolos de Sanidad Animal".
En este caso, el lobby buitre coincide con el cárnico, dado que una parte importante de los aportantes a ATFA son productores agropecuarios: la misma USCA, la Asociación de Ganaderos de Kansas y Asociación de Carnes de Dakota del Norte, entre muchas otras. Por ello, uno de los objetivos de la entidad lobbista es actuar contra las exportaciones de carne a los Estados Unidos
Las autoridades del Gobierno reaccionaron rápidamente. Cancillería emitió un comunicado en el que expresó que "los buitres acusan falsamente a la Argentina de perseguir el objetivo de minar estándares de seguridad y salud animal en Estados Unidos", constituyendo un elemento más de una "campaña de hostigamiento" contra el país. En consecuencia, "sus agresivas acciones" buscan "atacar el proceso productivo y la capacidad exportadora de la República Argentina". El documento destaca que la Argentina es "mundialmente famosa por la calidad de sus carnes" y que "abastece a más de 50 países de altísimos estándares sanitarios". "Queda claro", concluye Cancillería, que los fondos buitres “sólo pretenden extorsionar al pueblo argentino sin medir las consecuencias del daño que ocasionan.”
El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, dijo que es una "excusa de los ganaderos norteamericanos para impedir la apertura de su mercado a la importación de carne". Según Casamiquela, la objeción de USCA y ATFA no tiene sentido porque el país exporta "normalmente a mercados exigentes como la Unión Europea y China".
Además, el titular del SENASA, Darío Guillén, recordó que la Organización Internacional de la Sanidad Animal declaró en mayo de este año a la Patagonia como libre de aftosa sin vacunación "después de recibir la recomendación de sus grupos de expertos y de su Comisión Científica para las Enfermedades de los Animales" y que todo el territorio argentino está libre de aftosa, pero con vacunación.
Desde el sector privado argentino también hubo repudio. Horacio Salaberri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) opinó que la actitud de ATFA "es algo repudiable" y que "no puede ser que busquen dañar al país por sus exportaciones". A su vez, el presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), Mario Ravetino, aseguró la calidad de los controles "a punto tal de que los frigoríficos serán inspeccionados antes de fin de año por el servicio de sanidad estadounidense".
La actitud lobbista de USCA es una respuesta al Departamento de Agricultura Estadounidense (USDA), que por medio de su Servicio de Inspección de Salud, Animales y Plantas (APHIS) había designado este año a las regiones de la Patagonia sur y norte como libres de aftosa, lo cual eleva el estándar sanitario de las carnes de exportación de la región. La USCA requiere, por lo tanto, una medida proteccionista para evitar la competencia. En el Congreso norteamericano, el vicepresidente de la entidad, Chuck Kiker, arguyó que habría un "peligro de reintroducción" de la fiebre aftosa en la Patagonia, debido a que Argentina se esfuerza por "socavar los Protocolos de Sanidad Animal".
En este caso, el lobby buitre coincide con el cárnico, dado que una parte importante de los aportantes a ATFA son productores agropecuarios: la misma USCA, la Asociación de Ganaderos de Kansas y Asociación de Carnes de Dakota del Norte, entre muchas otras. Por ello, uno de los objetivos de la entidad lobbista es actuar contra las exportaciones de carne a los Estados Unidos