Una ruta de 3.000 kilómetros para mover toneladas de cocaína:
desde Perú hasta Africa y Europa, con aterrizaje obligatorio en
campos de Dolores y de General Belgrano. A través de esa ruta
se llegó a meter en la Argentina unos 1.000 kilos semanales de
“la mejor” cocaína peruana.
La detención de Pablo Calandria a fines de octubre tuvo gran reper
cusión en los medios nacionales. En buena parte gracias a la espec
tacularidad del operativo realizado en Alto Palermo, uno de los
shoppings más concurridos de la ciudad de Buenos Aires. El hombre,
de 42 años, era buscado por su presunta participación en la banda de
Gustavo Sancho, quien se había dedicado a la compra de avionetas
que luego eran acondicionadas para el tráfico de drogas, según ase
guró el Ministerio de Seguridad en un comunicado. Los medios lo sin
dicaron como el segundo de esa organización criminal.
cusión en los medios nacionales. En buena parte gracias a la espec
tacularidad del operativo realizado en Alto Palermo, uno de los
shoppings más concurridos de la ciudad de Buenos Aires. El hombre,
de 42 años, era buscado por su presunta participación en la banda de
Gustavo Sancho, quien se había dedicado a la compra de avionetas
que luego eran acondicionadas para el tráfico de drogas, según ase
guró el Ministerio de Seguridad en un comunicado. Los medios lo sin
dicaron como el segundo de esa organización criminal.
No obstante, la información pasó a tener suma importancia para la
zona: es que la banda de Sancho tenía en General Belgrano y en Dolores
las “bases” por donde pasaba la droga que traían desde Perú, según un
informe emitido por Telefé Noticias.
zona: es que la banda de Sancho tenía en General Belgrano y en Dolores
las “bases” por donde pasaba la droga que traían desde Perú, según un
informe emitido por Telefé Noticias.
En este sentido, en diciembre de 2016 se había encontrado una avioneta
abandonada en un campo de General Belgrano que luego fue atada al
clan Sancho, quien fue detenido un año después.
abandonada en un campo de General Belgrano que luego fue atada al
clan Sancho, quien fue detenido un año después.
El periodista del sitio El Titular de Pila, Ángel Avaca, le dijo a ENTRE
LINEAS.info que en esa ciudad es habitual escuchar ruidos de aviones
en plena madrugada. Y recordó la serie de operativos que se registra
ron en la zona, algunos llevados adelante por Gendarmería, por orden
del juzgado federal de San Isidro. En un hangar sobre la Ruta Nº 29,
en General Belgrano, en el paraje El Zorro de Pila, reseña Avaca, hu
bo allanamientos relacionados con causas de comercialización de dro
gas. El último de estos procedimientos tuvo lugar en agosto pasado,
cuando policía de Casalins comenzó a perseguir una camioneta que
los condujo a un campo de Las Flores donde se hallaron 370 kilos de
cocaína.
LINEAS.info que en esa ciudad es habitual escuchar ruidos de aviones
en plena madrugada. Y recordó la serie de operativos que se registra
ron en la zona, algunos llevados adelante por Gendarmería, por orden
del juzgado federal de San Isidro. En un hangar sobre la Ruta Nº 29,
en General Belgrano, en el paraje El Zorro de Pila, reseña Avaca, hu
bo allanamientos relacionados con causas de comercialización de dro
gas. El último de estos procedimientos tuvo lugar en agosto pasado,
cuando policía de Casalins comenzó a perseguir una camioneta que
los condujo a un campo de Las Flores donde se hallaron 370 kilos de
cocaína.
Dueño de una ruta narco sofisticada -con postas desde Puno (Perú),
pasando por Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Canindeyú (Paraguay)-
los investigadores aseguran que Sancho tercerizaba la logística de los
envíos en avionetas que llegaban, principalmente, a territorio bonaeren
se: General Belgrano y Dolores. Según los investigadores, a través de
esa ruta llegó a meter en la Argentina unos 1.000 kilos semanales de la
mejor cocaína peruana.
pasando por Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Canindeyú (Paraguay)-
los investigadores aseguran que Sancho tercerizaba la logística de los
envíos en avionetas que llegaban, principalmente, a territorio bonaeren
se: General Belgrano y Dolores. Según los investigadores, a través de
esa ruta llegó a meter en la Argentina unos 1.000 kilos semanales de la
mejor cocaína peruana.