La relación del PRO con la Unión Cívica Radical, sobre todo en la Provin
cia, es cada vez más tensa. Al principio se resignaron a ver cómo se lle
naban casilleros sin que se los convocara como esperaban, por ser los
principales socios electorales. Pero las cosas cambiaron.
cia, es cada vez más tensa. Al principio se resignaron a ver cómo se lle
naban casilleros sin que se los convocara como esperaban, por ser los
principales socios electorales. Pero las cosas cambiaron.
van cuatro meses y, como se dice en el campo, “el poncho no aparece”.
Mejor dicho, el poncho se lo llevan otros, como Sergio Massa y aliados de
extracción peronista, como Jesús Cariglino, que consiguió conchabo de
“asesor” para manejar la relación con los intendentes.
Siempre metidos en una fangosa interna, los dirigentes radicales suelen
pasarle factura seguido al vicegobernador, Daniel Salvador, quien la se
mana pasada mostró su enojo en un almuerzo con María Eugenia Vidal.
Reclamó que sus gestos siempre amables con ella y todo el Ejecutivo em
piecen a ser recompensados en los hechos. Pero las recompensas no lle
gan, y los boina blanca se animan a hablar de "destrato".
Tal cual. Un buen sector del PRO, donde la apuesta es “sumar más pero
nismo”, ningunea a los socios.
“Los radicales creen que esto es una estancia y que hay que dividirla en
una sucesión, se la pasan discutiendo y piensan todo como en una suce
sión”, disparó un legislador macrista sobre las pretensiones de la UCR.
Y ahí las miradas apuntan otra vez a Salvador. O en realidad, no dejan de
apuntar. "No sirve para negociar, hasta ahora salvó su pescuezo y no
mucho más", incluyendo en ese dicho al ministro de Producción, Jorge
Elustondo, amigo personal del Vice.
De todos modos, el enojo trasciende el reparto de cargos. La inflación y
el aumento de tarifas también es motivo de broncas.
“Nos comemos las puteadas porque somos parte del gobierno, pero re
sulta que estamos afuera de todo”, reiteran a coro desde la UCR, donde
son cada vez más las disconformidades con el rumbo económico na
cional.