En una insólita vuelta atrás, el gobernador Daniel Scioli anuló por decreto la licitación para controlar el juego online en la provincia de Buenos Aires que prácticamente estaba hecha a la medida del zar del juego kirchnerista Cristóbal López. La decisión la tomó luego de las impugnaciones presentadas por la empresa Boldt. Ahora deberá presentar un nuevo pliego.
Esta mañana trascendió que el Gobernador firmó el decreto 624/12 que suspende dicha licitación y hace lugar a la presentación hecha por la firma de los Tabanelli en la pelea por el control del juego online.
El pliego de dicha licitación había sido redactado por Carlos Gallo, un oscuro empleado de la Lotería bonaerense que responde directamente a Cristóbal. Gallo fue directivo de Lotería Nacional pero salió eyectado de su puesto luego de ser procesado por irregularidades en la concesión del Tattersall y el Museo de Hipología, en el Hipódromo de Palermo.
Sin embargo, continuó vinculado al mundo del juego y recaló en Lotería Bonaerense. Desde allí logró confeccionar el pliego, un verdadero traje a medida de Tecnoacción, la firma de Cristóbal López para el negocio de las apuestas online.
Pero en esta “madre de todas las batallas”, como la califican los empresarios del azar, quien estaba quedándose fuera del juego era Tabanelli, que interpuso una impugnación muy dura que preveía eventuales procesos penales.
Además, la norteamericana GTECH Corporation presentó un recurso de amparo ante la Justicia que llegó hasta la Corte Suprema bonaerense. En definitiva, ambas empresas reclamaron participar en las mismas condiciones que Cristóbal.
Curiosamente el Alto Tribunal se movió rápidamente en el tema y en cuestión de horas le pidió a Scioli que le remita el pliego de licitación y toda documentación relacionada con ella. Ahora, con el decreto firmado, Scioli deberá armar un nuevo pliego.
La novedad no le llega en el mejor momento para Scioli. Según pudo saber La Política Online el Gobernador está temoroso por quedar “entre dos fuegos”. Sucede que por un lado ya no tiene la misma relación que antes lo unía con Boldt pero al mismo tiempo teme que el kirchnerismo, luego de esta bofetada para López, presione en la Legislatura con todo lo relacionado al tema bingos.
Pero, además, en este contexto también entra a tallar la pelea entre López y el empresario Daniel Hadad, que todavía no se ponen de acuerdo por el traspaso de paquete de medios que compró el grupo Indalo.
Claro que también es una pésima noticia para López que ve como otro de los negocios que pensaba asegurado empieza a complicársele. Es que a la negativa de las apuestas online se le suma el impedimento para comprar los bingos de Florencio Varela y Avellaneda.
Según informó este mismo medio en su momento, la propia Cristina Kirchner le impidió a Cristóbal López comprar dichos bingos al enterarse que no pertenecían a los hermanos Martín y Gastón Blaquier, sino a un fondo de inversión ingles manejado por un misterioso ruso de 40 años, que exigía un depósito de 240 millones de dólares en una cuenta en el extranjero.
Las posibles sospechas de lavado de dinero y los controles al dólar hicieron que la Presidenta la dijera “No” a las apetencias de López. No solo eso: luego de que Scioli extendiera las licencias a estos bingos el precio de ambos aumentó considerablemente. En definitiva, el zar kirchnerista deberá pagar más de lo que tenía pensado.
El pliego de dicha licitación había sido redactado por Carlos Gallo, un oscuro empleado de la Lotería bonaerense que responde directamente a Cristóbal. Gallo fue directivo de Lotería Nacional pero salió eyectado de su puesto luego de ser procesado por irregularidades en la concesión del Tattersall y el Museo de Hipología, en el Hipódromo de Palermo.
Sin embargo, continuó vinculado al mundo del juego y recaló en Lotería Bonaerense. Desde allí logró confeccionar el pliego, un verdadero traje a medida de Tecnoacción, la firma de Cristóbal López para el negocio de las apuestas online.
Pero en esta “madre de todas las batallas”, como la califican los empresarios del azar, quien estaba quedándose fuera del juego era Tabanelli, que interpuso una impugnación muy dura que preveía eventuales procesos penales.
Además, la norteamericana GTECH Corporation presentó un recurso de amparo ante la Justicia que llegó hasta la Corte Suprema bonaerense. En definitiva, ambas empresas reclamaron participar en las mismas condiciones que Cristóbal.
Curiosamente el Alto Tribunal se movió rápidamente en el tema y en cuestión de horas le pidió a Scioli que le remita el pliego de licitación y toda documentación relacionada con ella. Ahora, con el decreto firmado, Scioli deberá armar un nuevo pliego.
La novedad no le llega en el mejor momento para Scioli. Según pudo saber La Política Online el Gobernador está temoroso por quedar “entre dos fuegos”. Sucede que por un lado ya no tiene la misma relación que antes lo unía con Boldt pero al mismo tiempo teme que el kirchnerismo, luego de esta bofetada para López, presione en la Legislatura con todo lo relacionado al tema bingos.
Pero, además, en este contexto también entra a tallar la pelea entre López y el empresario Daniel Hadad, que todavía no se ponen de acuerdo por el traspaso de paquete de medios que compró el grupo Indalo.
Claro que también es una pésima noticia para López que ve como otro de los negocios que pensaba asegurado empieza a complicársele. Es que a la negativa de las apuestas online se le suma el impedimento para comprar los bingos de Florencio Varela y Avellaneda.
Según informó este mismo medio en su momento, la propia Cristina Kirchner le impidió a Cristóbal López comprar dichos bingos al enterarse que no pertenecían a los hermanos Martín y Gastón Blaquier, sino a un fondo de inversión ingles manejado por un misterioso ruso de 40 años, que exigía un depósito de 240 millones de dólares en una cuenta en el extranjero.
Las posibles sospechas de lavado de dinero y los controles al dólar hicieron que la Presidenta la dijera “No” a las apetencias de López. No solo eso: luego de que Scioli extendiera las licencias a estos bingos el precio de ambos aumentó considerablemente. En definitiva, el zar kirchnerista deberá pagar más de lo que tenía pensado.