Las salidas se producen en el momento en el que el Congreso y los militares empezaban a tomar distancia del presidente y hay quienes sostiene que no
llegará a segunda vuelta en 2022.
Bolsonaro sigue sumando problemas mientras se profundiza una crisis a
cuatro bandas: social, sanitaria, económica y política que complica los pla
nes del gobierno. Ahora le renunciaron dos funcionarios claves: el ministro
de Defensa, Fernando Azevedo, y el Canciller Ernesto Araújo.
El empeoramiento de la situación epidemiológica y la confirmación de
Brasil como epicentro de la pandemia provocó una fuerte caída de la
imagen e Bolsonaro en medio de un colapso sanitario que parece no
tener fin.
Tal como lo anticipó LPO en enero, la renuncia de Araujo era una fija des
de el fin de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. El ministro
de Bolsonaro era uno de los pocos funcionarios de los denominados
"Olavista" (en alusión al filosofo de extrema derecha Olavo de Carvalho)
que hizo del alineamiento con el proyecto antiglobalista de Trump,
prácticamente su única bandera de la política exterior.
Ese proyecto que incluye el negacionismo al cambio climático y la pan
demia quedó huérfano y tiene como principal opositor al propio Joe Biden
y la Unión Europea quien ha condicionado los futuros acuerdos con Bra
sil a un cambio de la política ambiental brasileña, en especial en lo que
respecta al Amazonas.
Al escenario internacional desfavorable para Bolsonaro y Araújo, hay
que sumarle el enojo de los aliados del Centrao, fuertemente resistido
por la línea ideológica del gobierno. Según cuenta Folha, las autorida
des del Congreso Arthur Lira (Diputados) y Rodrigo Pacheco (Senado)
participaron de una cena con empresarios en donde se pidió la cabeza
del funcionario bolsonarista por su pésima gestión para adquirir
vacunas y su negacionismo con la pandemia.
Luego, Araújo acusó a Katia Abreu, senadora del PDT de querer presio
narlo para "avanzar con el lobby del 5G de China" y Abreu lo calificó de
marginal. El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, se alineó con la
Senadora, frenó todos los nombramientos de Itamaraty y dio luz verde
al pedido de renuncia.
Esto dio pie para que más de 300 diplomáticos enviaran una carta sin
firma (por temor a las represalias) pidiendo la salida del Canciller. "Espe
ramos, con estas reflexiones, ofrecer más elementos para que los cam
bios necesarios y urgentes en la conducción de la política exterior ganen
un mayor apoyo en la sociedad", dice un extracto del documento. "La
crisis del Covid-19 ha revelado que los errores de política exterior traen
daños concretos a la población", agrega.
Asi las cosas, el aislamiento internacional, la presión del Centrao y el
enojo de Itamaraty terminaron sepultando a uno de los exponentes más
fuertes del ala ideológica dentro del gobierno cuya representación se
redujo solo a los hijos del presidente y al asesor en las sombras, Filipe
Martins.
Ahora, el dilema para Bolsonaro fue encontrar un reemplazante que
cuente con el consenso de los viejos integrantes de la coalición y los
nuevos aliados. El elegido fue el embajador en Francia, Luiz Fernando
Serra, que se caracterizó por defender al gobierno de las críticas del
presidente Emmanuel Macron y tiene el apoyo de Itamaraty.
El próximo ministro de Bolsonaro tendrá la difícil tarea de mejorar la cara
de Brasil en el plano internacional pero especialmente deberá abocarse a
la gestión de vacunas en un país colapsado, sin camas y con nuevas
variantes como la de Manaos que está generando niveles record de con
tagios y muerte.
Según datos oficiales, en lo que va de este mes, 2.030 brasileños de entre
30 y 39 años han muerto a causa del coronavirus, más del doble de la cifra
registrada en enero. Entre los que tienen 40 años, ha habido 4.150 muer
tes en marzo, frente a las 1.823 en enero, y entre los de 20 y 29 años, las
muertes aumentaron de 242 a 505.
Otro tema espinoso que tendrá que resolver el gobierno en este semestre
es la licitación de la red 5G para Huawei en la que inicialmente Bolsonaro
se encuadró con Trump y denunció a los chinos de querer usar esos datos
para realizar espionaje. "Queremos venderle soja a China, no nuestra
alma", dijo el año pasado el retirado Ernesto Araújo en una charla con
jóvenes bolsonaristas.
Pero esto no termina acá. A la caída en desgracia de Araújo y las diferen
cias que empiezan a mostrar los aliados del Centrao (en donde el propio
Arthur Lira empezó a coquetear con iniciar un proceso de impeachment)
se le suma el enojo de los militares y alguna señales de distanciamiento
que debería empezar a preocupar al gobierno.
La sorpresiva renuncia del General Fernando Azevedo como ministro de
Defensa por diferencias con el rumbo del gobierno en la gestión de la
crisis sanitaria , sobre todo luego que Bolsonaro dijera que "su ejército
no avalará ningún look down", es un llamado de atención para el gobierno.
Azevedo coordinó el vínculo entre el Ejército y el Poder Ejecutivo y fue el
punto de equilibrio entre las tensiones que mantiene Bolsonaro y el jefe
de las Fuerzas Armadas, Edson Leal Pujol. Además, tiene un excelente
vínculo con la Corte Suprema de Justicia, en especial con José Antonio
Díaz Toffoli con quien se desempeñó como asesor.
En su lugar, asumirá un peso pesado, el Jefe de la Casa Civil, Walter Sou
za Braga Netto quien a su vez será reemplazado por otro militar importan
te del riñón de Braga Netto como Luiz Eduardo Ramos, de diálogo fluido
con los partidos del Congreso. En enroque incluye al Centrao con la dipu
tada federal, Flavia Arruda, aliada del presidente de la Cámara de Diputa
dos, Arthur Lira.