Pudo contar la historia 17 años después en un libro que presentará este
jueves en el Salón Blanco de la Municipalidad de Dolores. La historia que
empieza con un grupo de cinco amigos que deciden navegar desde Mar
del Plata a Angra dos Reis, en el estado de Río de Janeiro (Brasil), mien
tras pergeñan la posibilidad de transformar el barco para poder cruzar el
Océano Atlántico y llegar hasta Sudáfrica a ver la Copa del Mundo FIFA
de 2010.
De los cinco pasajeros, dos se bajaron el día anterior. Tres emprendieron
la travesía. Cerca de una isla, en la zona de Laguna, a unos 170 kilóme
tros de Florianópolis, el yate “Don Saúl” se hundió. Gustavo Mehl, perio
dista dolorense radicado en Mar del Plata, fue el único sobreviviente del
naufragio que se produjo el 18 de julio de 2007.
El primer consejo que le dieron, ahí mismo, en Brasil, a poco de salir de
reconocer los cuerpos de sus amigos fue simple: “Contalo”. Contar salva
. Y Gustavo escribió la cronología de los hechos, pero sólo durante este
año pudo darle forma al relato. Y así surgió “Cara a cara y seguir vivo…”
, el libro que el jueves a las 18:00 presentará en el Salón Blanco de la Mu
nicipalidad.
Bitácora de viaje
“Salimos de Mar del Plata con la intención de llevar el barco y quedar
nos unos días con las familias que iban a ir a pasar las vacaciones de
invierno”, relata Mehl a ENTRELINEAS.info. “Queríamos tomarle el
tiempo al barco, porque la idea del dueño era transformarlo en moto
velero y cruzar a África a ver el Mundial”, recuerda.
Como en toda historia de tragedias, hay salvaciones impensadas. De
los cinco tripulantes que iban a participar de la aventura, dos se baja
ron el día anterior: uno, por el fallecimiento de un familiar, y el otro
, por la peritonitis de un empleado que debió reemplazar sin atenuantes.
Una tormenta los obligó a detenerse dos días en Río Grande do Sul,
donde vieron la final de la Copa América que Brasil le ganó 3 a 0 a la
Argentina de Lionel Messi, Juan Román Riquelme, Juan Sebastián
Verón y Carlos Tévez en Venezuela. “A partir de allí había un viento in
teresante, pero nada complicado”, rememora Gustavo. Hasta el momen
to en que sobrevino la catástrofe…
Mehl, que estaba durmiendo al momento del accidente, aún no tiene
una explicación certera de lo que sucedió a la 20:15, cuando se radió el
pedido de auxilio. “A mí me despierta el roce del fondo del barco con
tra las piedras y luego la explosión del choque”, evoca con profunda
emoción.
“A esa zona le llaman Bahía de los Náufragos, porque ha habido varios
hundimientos en el lugar debido a que la composición de las rocas in
habilita el radar”, dice luego de desgranar algunas hipótesis de lo que
podría haber sucedido esa noche.