Mañana, último día de enero, el ministro de Energía y Minería, Juan
José Aranguren, dará a conocer el nuevo cuadro tarifario de
electricidad que entrará en vigencia a partir de febrero. Aunque no
hay precisiones, de acuerdo a lo anticipado en las audiencias de
octubre, el próximo aumento podrá llegar al 70% para las facturas
más económicas de Capital Federal y alrededores.
La corrección tarifaria subirá en cerca de un punto porcentual la
inflación anual. Pero no es la única suba que impacta de lleno en los
bolsillos de los argentinos. El ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza)
tuvo una suba del 30%, las patentes subieron 17%, y los
combustibles treparon 8% este mes.
Todos estos aumentos se suman a la suba de la medicina prepaga
del 6% a partir de la próxima semana. En un año, la salud privada
tuvo un 54% de aumento, sensiblemente por encima del 36,6% anual
de inflación nacional relevada por el Banco Central.
Además, como adelantó LPO, a partir de febrero subirán los peajes
de los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires en promedio
52,3% y con aumentos de hasta el 83% si se tiene en cuenta que la
propuesta oficial implica también la extensión de la hora pico en una
hora más por la mañana y otra más por la tarde. Para las autopistas
de AUSA, la audiencia pública será el próximo viernes.
Además con la creación de las horas “de congestión” se esperan subas
incluso más elevadas, cuyo monto aun no fue decidido para los accesos
Norte y Oeste. Y en el medio, está pendiente la suba del transporte
público del orden del 50% conforme al aumento de costos que enfrenta
ron trenes y colectivos en 2016.
Con todos estos aumentos, las expectativas inflacionarias se recalientan.
Pese al 18% anualizado que implicó el 1,4% de inflación promedio del
último trimestre, las expectativas que mide el Relevamiento de Expecta
tivas de Mercado (REM) del Banco Central llevan 2 meses clavadas por
encima del 21%, muy lejos del 12% al 17% al que apunta el Gobierno.
Con estimaciones de inflación que se aceleran del 1,2% de diciembre a
guarismos que van del 1,6% al 2% para enero y febrero, el promedio del
primer bimestre se exacerba al 23,9% anualizado.
“A nosotros nos está dando 1,8% para enero y casi 2% para febrero,
pero con la salvedad de que este número está dependiendo de cómo
impacte la nueva política de discriminación de precios al contado de
precios con financiamiento”, dijo a LPO el consultor de FyE Consult.
Hernán Hirsch.
Consultado sobre la presión inflacionaria que genera la fuerte suba
entre el último trimestre de 2016 y el primero de 2017, Hirsch respon
dió que “Vemos que este año hay un ajuste fuerte de los precios
regulados que pone un piso a la inflación. Para lograr que la inflación
general quede dentro de la meta oficial, hay que lograr que baje la
inflación ‘core’, la núcleo -que en el cuarto trimestre promedió 1,7%-
debajo del 1,1% promedio”.
La inflación núcleo o “core” -aquella que mide la evolución del 70%
de los precios de la economía que no son regulados ni estacionales-
es la que tiene preocupado al presidente del Banco Central, Federico
Sturzenegger, porque su política monetaria no logra que quiebre el
1,7% desde agosto.
“En nuestra opinión, no va a alcanzar la política monetaria y el
Gobierno va a acompañarla con otras políticas como esta de los
Precios Transparentes, que no va tanto a bajar la inflación que la
gente siente en la calle sino a modificar la suba del IPC” (el Índice
de Precios al Consumidor que mide el Indec), concluyó el
economista.