ESCUCHANOS A TODO EL MUNDO

sábado, 23 de abril de 2011

Disyuntiva radical: la interna o el Frente Progresista

Pese a que el propio Ricardo Alfonsín salió a desmentir conversaciones con el PRO y supeditó cualquier decisión a lo que “defina el partido”, el runrún sobre una posible colectora denarvaísta divide las aguas en el centenario partido. La unidad como pretexto para la conformación de un Frente (no tan) Progresista
Los acercamientos de De Narváez hacia el radicalismo comenzaron a mediados de 2010, de la mano del cobismo. “Huérfano” de arriba, el Colorado tiene un importante capital en la Provincia, pese a que los sondeos lo muestran muy disminuido respecto a su colecta de 2009. Como contrapartida, el radicalismo, revitalizado, deambula sin un candidato a Gobernador.
La malograda preinterna radical es un punto fundamental para explicar el momento que atraviesa el partido. Causa y consecuencia de sus eternas diferencias internas. La elección que iban a protagonizar Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz dirimiría algo más que una candidatura: definiría cuál sería el marco de alianzas de la UCR, toda la estrategia electoral.

De ganar Alfonsín, pensaban todos, el chascomunense se inclinaría por un acuerdo en pos de armar el Frente Progresista junto al GEN, el Socialismo y partidos afines de centroizquierda. La opción sanzista era un acuerdo mucho más amplio, casi en los términos que propone hoy en día Eduardo Duhalde. La tercera pata, la que no jugaba, la cobista, en fin, proponía una “tercera posición”: el acercamiento de peronistas “díscolos” como De Narváez y Solá.

Así lo manifestaron no sólo Cobos, sino varios dirigentes afines, entre ellos el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que aboga por un acercamiento que permita sumar, y, a la vez, se distancia de cualquier atisbo “progresista”. “El radicalismo puede sumar en su frente a De Narváez como candidato a gobernador”, sostuvo Posse ante la consulta de medios nacionales.

Hoy la foto muestra a Sanz casi afuera de la contienda, rodeado de un sinfín de rumores que vaticinan un nuevo portazo. Cobos y Alfonsín acercan posiciones, ¿qué definen? Nada, por lo pronto. Pero queda flotando en el aire que el juego de alianzas de la UCR será la instancia definitiva, más allá de sus chances electorales, de su delicada situación interna.
“La unidad del radicalismo es esencial”, postuló Alfonsín desde Twitter. “Es indispensable consolidar el frente”, postuló más tarde. Para el final, abogó por que todo el arco radical se ponga de acuerdo. No parece, a primera vista sencillo. El GEN y el Socialismo ya mostraron abierto rechazo a la posibilidad de contar con De Narváez entre sus filas. Solá, como contrapartida, no cae mal.
El rumbo que tomen los acontecimientos marcará, necesariamente una ruptura. Del frente interno de la UCR, si no se consigue sumar a Cobos y su carta denarvaista. Del Frente Progresista, si esa opción prospera. De soslayo, Pino Solanas espera, paciente, una definición: a él también le interesa el espacio progresista. Sin la UCR, claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario