El jefe de bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, resaltó la sanción de la ley que regula a las empresas de medicina prepaga, que se concretó sobre “las denuncias que hicieron durante muchísimos años usuarios y consumidores” afiliados al sector. Sostuvo que se trata de una actividad económica que “no tenía ningún tipo” de reglamentación, en la que la ausencia del Estado “no podía permanecer” debido a que si bien el mercado de la salud “tiene sus propias reglas”, está basada sobre “un bien social, como la salud de la población”.
En declaraciones a Radio Provincia, recordó que la aparición de las prepagas “reconoce la época de los ’90”, donde la ausencia del Estado “era parte de lo beneficioso para que el sistema funcione”.
La regulación de las empresas de medicina prepaga se aprobó con 190 votos afirmativos y 29 abstenciones (del PRO y la Coalición Cívica). La iniciativa elimina los períodos de carencia, las enfermedades preexistentes como condicionante para aceptar nuevos afiliados y limita la arbitrariedad de las compañías para aplicar aumentos de tarifas.
Para el legislador santafesino la ley “tiene un condimento ideológico” por cuanto “si bien el sentido del voto fue el mismo, el discurso de los distintos bloques no tuvo el mismo énfasis”. Aseguró que “nuestro discurso y el de los bloques de centroizquierda no tenía prevenciones, una adhesión absoluta sobre la ley” mientras que “el resto de los bloques, salvo Felipe Solá que hizo un discurso muy contundente, decían que ‘está bien pero…’”.
Por otra parte, Rossi se refirió al escenario político a partir de la probable postulación de Mauricio Macri a mantener el cargo de Jefe de Gobierno porteño, abandonando la postulación presidencial. Enfatizó que “hay un estado de movilidad en la oposición producto de que está muy encerrada en su propio juego, sin capacidad de transmitirle a los argentinos un proyecto de país y de nación”.
En ese marco, caracterizó que “el mayor error de la oposición fue durante el trayecto que transcurrió desde la elección del 2009 y los 6, 8 ó 10 meses del año siguiente, donde creyó que había culminado un ciclo y que no había ninguna posibilidad de recuperación y la única estrategia que tenían era criticarnos, descalificarnos e insultarnos de manera permanente, cuando la sociedad le demandaba un proyecto que ellos nunca le formularon”. |
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