fuente www.buenosaires2punto0.com.ar Si bien pocos dudaban del triunfo de Cristina Kirchner en las primarias, también pocos esperaban la magnitud de éste; y menos aún, la baja erformance de Ricardo Alfonsín y, sobre todo, de Eduardo Duhalde. En la Provincia, De Narváez y Sabbatella son los grandes derrotados. | |
Por Gonzalo Ucha y Silvana Varela Cierto es que todos los sondeos previos indicaban un claro triunfo de la Presidente Cristina Kirchner, cierto también es que ninguna de las estimaciones previas auguraban el triunfo superando el 50% de los votos que finalmente resultó. Basados en dichas encuestas, los principales candidatos opositores apostaron a obtener el segundo lugar encarnando, de esta forma, la opción anti kirchnerista por excelencia. La estrategia era simple: cualquiera que lograra arribar segundo obtendría el favor del electorado no oficialista, capitalizando el voto útil como única alternativa al poder de CFK, siempre que la Presidente obtuviera entre el 40 y el 45 % de los votos. Pues no fue así. UDeSo En el espacio de Ricardo Alfonsín, UDeSo, la expectativa era apenas superior de lo que efectivamente resultó la elección. Expectativa sustentada principalmente en la clara baja en las encuestas de Alfonsín desde la muerte de su padre hasta la fecha y una campaña electoral que pareciera nunca haber terminado de arrancar . La mayor apuesta del espacio estaba dada en el interior del país, gracias a la estructura nacional de la U.C.R.; y el interior de la Provincia de Buenos Aires, donde es fuerte la penetración del radicalismo. Incluso, tampoco logró ser profeta en su tierra. En Chascomús, Cristina Fernández de Kirchner logró el 36,67%, mientras que Alfonsín obtuvo un 26,31%. Frente Popular El gran perdedor fue Eduardo Duhalde quien, contrariamente a Alfonsín, conocía su baja intención de voto en el interior del país, poniendo por ello todas sus fichas en Buenos Aires. Habiendo sido Intendente, dos veces Gobernador, Senador Nacional por la Provincia y, por largos años, el jefe absoluto e indiscutido del peronismo bonaerense, no dudaba de ser claramente segundo en el territorio con más peso electoral del país. Sin embargo, el 13,87% obtenido en tierras bonaerenses no fue suficiente para compensar el bajo rendimiento en otras provincias. Más aún cuando su competidor directo alcanzó el 11% de los votos. La apelación al recurso de la lealtad al viejo jefe, hecha a los Intendentes, evidentemente no rindió sus frutos, o si lo hizo, no logró torcer la voluntad de los electores. Si bien muchos jefes comunales hicieron el doble juego que el lomense reclamaba, indudablemente sus dotes de líderes de opinión no están intactas. En este momento Duhalde y Alfonsín efectúan un conteo voto a voto para lograr el segundo puesto que mantenga en pie su estrategia inicial. Aunque con tanta diferencia a favor de Cristina y tan poca en relación al tercero (cualquiera fuera), la estrategia corre serios riesgos de fracasar. Coalición Cívica La mediáticamente omnipresente Elisa “Lilita” Carrió supo, en poco menos de cuatro años, dividir por ocho su porcentaje de votos. Del segundo puesto, 24% de los votos, pasó al sexto puesto, con el 3,24%. Dato curioso y llamativo: “Lilita” es habitualmente excesivamente personalista; de esa forma construye su partido, decide alianzas, candidatos, etc. La Coalición Cívica carece de voceros exceptuándola a ella y, cuando los tiene, es sólo por haber sido nombrados por Carrió para comunicar algo puntual sobre lo que “la líder” prefiere no manifestarse. Sin embargo ayer en el hotel donde funcionó el bunker de la CC, “la líder” optó por ausentarse, dejando a sus subordinados la responsabilidad de dar la cara frente a los medios, tarea comúnmente monopolizada por Carrió. Llamativa es la falta de solidaridad de “Lilita” que a nadie permite expresarse públicamente, excepto para hablar sobre el 3,24%, y ni siquiera acompañó a los integrantes de su partido siempre sometidos a su voluntad. Fiel a sus raíces radicales y rememorando a su último Presidente, Fernando De La Rúa, Carrió parece haber dicho: “!Qué lindo que es dar buenas noticias! Las malas noticias, que las den los otros…” PROVINCIA Aunque la contundencia de las cifras a nivel nacional ha dejado en un segundo plano la letra chica de las provincias, en territorio bonaerense también hay grandes ganadores y grandes perdedores. El respaldo obtenido por Daniel Scioli en las urnas, no deja lugar a especulaciones . Más allá de tener que compartir la cabeza de la lista en su territorio con Mario Ishii (quien competía dentro de la estructura del FpV como alternativa interna) y con Martín Sabbatella (con una lista de adhesión, lo que comúnmente se denomina colectora); el mandatario bonaerense quedó a más de 30 puntos del segundo, y nada hace presuponer que no pudiera repetir o mejorar incluso ese número en octubre. En la provincia, en cambio, hay dos grandes perdedores: Francisco De Narváez y Martín Sabbatella. De Narváez comenzó su derrotero hace ya varios años, aunque sigue insistiendo en que representa un recambio. Intentó convertirse en gobernador en una fórmula que encabezó junto a Jorge Macri, con boleta corta, en 2007, y llegar a los 14 puntos bajo esas circunstancias le permitió posicionarse de cara a las legislativas de 2009, como una de las promesas peronistas. Las circunstancias del país y errores del gobierno nacional lo pusieron en el rol de triunfador hace 2 años, lo que abonó sus ansias de convertirse en gobernador bonaerense, y le hizo creer incluso, que una elección general es igual a una legislativa. En base a eso, invirtió tiempo y dinero (mucho dinero), pero esta vez, dividió por 2 respecto a su anterior elección. Sólo obtuvo un 16,77% de votos. Entre los motivos de tal catástrofe (porque para De Narváez, esa cifra representa una catástrofe) pesa su personalismo; la elección de su compañera de fórmula, y la alianza que cerró con Alfonsín, intentando subirse a la ola creciente del radical, pero olvidando que su apoyo territorial está dado en el PJ disidente. En política 2 más 2 nunca son 4; y esta vez, incluso, fue 1. El caso de Sabbatella, en cambio, se asemeja al de Elisa Carrió. Aunque justifica seguir manteniendo una estructura paralela que se acerca al peronismo sólo cuando le conviene, basado en que no está de acuerdo con la manera en que el PJ construye política, Nuevo Encuentro no logra ser un espacio identificado con una línea ideológica, sino que es un partido dependient e de la imagen de Sabbatella. Su intención de voto estuvo asociada siempre a los ciudadanos que lo veían como una alternativa, dentro de un espacio de pensamiento progresista, pero la pierde cuando se convierte en una copia. Nadie elige copia cuando por el mismo precio, puede tener un original. Lo que mejor maneja Sabbatella, es el espacio mediático. Al igual que Carrió, son buscados por los programas políticos, porque son sinónimo de título; pero la sobre exposición de pantalla, evidentemente, no siempre se traduce en votos, y en el caso del moronense, incluso, lo coloca nuevamente en un político con adhesión sólo en el plano local, y con tendencia a la baja. Morón fue el único distrito en el que se impuso la boleta que proponía a Sabbatella como candidato a gobernador. Allí, lo votó el 34,58%, mientras que Scioli obtuvo un 21,36%. Sin embargo, el número final de la provincia lo deja a Sabbatella muy lejos de lo imaginado: apenas llegó al 5,78%; un cuarto lugar por debajo de De Narváez (16,77%); Eduardo Amadeo (el candidato duhaldista que obtuvo un 8,92%) y Margarita Stolbizer (6,5%). Sabbatella imaginaba que arrasaría no sólo en Morón, sino también en distritos vecinos y creyó que su fuerte sería la primera y la tercera sección, pero la realidad indica que se equivocó en sus apreciaciones previas. En la primera sección, Scioli recibió el 47,16% de los votos; UDESO el 15,63%; el Frente Popular un 10,16 y Nuevo Encuentro un 8,08%. Los votos obtenidos en Morón son los que le dan en esta sección, el número más elevado con respecto al resto del territorio. En la segunda lo votó el 3,02%; en la 3ra el 5,77%; en la 4ta el 2,72%; en la 5ta el 3,11%; en la 6ta el 2,98%; en la 7ma el 3,12% y en la 8va un 4,28%. Sabbatella fue sólo profeta en su tierra, y con un cabotaje corto, porque no pudo ni siquiera extenderlo a los municipios vecinos. En Ituzaingó el 37,56% prefirió a Scioli y un 17,78% apoyó a Sabbatella; en Hurlingham el 48,94% votó por el FpV, UDESO se quedó con el segundo lugar con el 13,22% y tercero Nuevo Encuentro, con un 10,29%; mientras que en La Matanza, otro lugar en el que De Narváez y Sabbatella sostenían que obtendrían buenos resultados, un 58,96% votó por Scioli; un 10,51% lo hizo por De Narváez y un 7,88% eligió a Sabbatella. Sin dudas, los minutos de televisión, no necesariamente se traducen en votos. Tanto De Narváez como Sabbatella comienzan a experimentarlo en carne propia. Casualmente, dos ofertas electorales que hasta ahora, pusieron como eje de las propuestas un alto grado de personalismo. NdR: yo agregaria otros....estos Goicochea : el Presidente del bloque de senadores del FPV |
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lunes, 15 de agosto de 2011
Los grandes perdedores de las elecciones primarias
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