Carola Labrador acudió al sacerdote como apoyo espiritual luego del asesinato de su hija. Fue el cura quien le consiguió los servicios del abogado Fernando Burlando y quien sirvió de confidente para escuchar las sensaciones de la madre. "Creo que alguien promovió un prejuicio social grande contra ella", declaró
Crédito foto: NA
“El hermano de Candela fue alumno mío. Apenas asesinaron a la niña, me llamó la directora del colegio y me dijo que la mamá me quería ver porque necesitaba un apoyo. Tuvimos un par de charlas con el contenido de un sacerdote que escucha a una persona que necesita ayuda”, explicó Julio César Grassi.
De ese modo, el sacerdote explicó cómo fue que se conectó con la madre de Candela Rodríguez y de qué forma comenzó a darse la relación que derivó en un asesoramiento casi profesional.
Es que al notar que Carola “estaba muy sola” y no tenía abogados, el párroco comenzó a ayudarla para conseguir un letrado que la representara en el expediente.
“Consulté a varios abogados, pero ninguno coincidía en trabajar gratis y poder responder preguntas de periodistas”, continuó Grassi.
El sacerdote se comunicó con una productora periodística que le facilitó algunos contactos con especialistas penalistas, entre los que se encontraba Fernando Burlando.
“Fue el primero al que llamé y enseguida me dijo que sí. Cuando le hablé de los honorarios, me dijo que ése era un problema sorteado”, explicó.
Es que Burlando aceptó patrocinar a Carola sin cobrar un peso, de acuerdo a lo declarado por Grassi, y asumió la defensa técnica de la familia de inmediato.
Consultado sobre el tenor de las charlas que tuvo con la madre de la niña, el sacerdote evitó entrar en detalles porque forma parte de cuestiones reservadas. Sin embargo, el sacerdote advirtió: “Lo que puedo decir es que ella está entera, que tiene algunas ideas de lo que pasó y que ella necesita organizarlas dentro de lo jurídico”.
“La ayuda de un abogado es fundamental para que le diga a la Justicia lo que ella presiente o sabe”, cerró en diálogo con el periodista Mauro Viale.
De ese modo, el sacerdote explicó cómo fue que se conectó con la madre de Candela Rodríguez y de qué forma comenzó a darse la relación que derivó en un asesoramiento casi profesional.
Es que al notar que Carola “estaba muy sola” y no tenía abogados, el párroco comenzó a ayudarla para conseguir un letrado que la representara en el expediente.
“Consulté a varios abogados, pero ninguno coincidía en trabajar gratis y poder responder preguntas de periodistas”, continuó Grassi.
El sacerdote se comunicó con una productora periodística que le facilitó algunos contactos con especialistas penalistas, entre los que se encontraba Fernando Burlando.
“Fue el primero al que llamé y enseguida me dijo que sí. Cuando le hablé de los honorarios, me dijo que ése era un problema sorteado”, explicó.
Es que Burlando aceptó patrocinar a Carola sin cobrar un peso, de acuerdo a lo declarado por Grassi, y asumió la defensa técnica de la familia de inmediato.
Consultado sobre el tenor de las charlas que tuvo con la madre de la niña, el sacerdote evitó entrar en detalles porque forma parte de cuestiones reservadas. Sin embargo, el sacerdote advirtió: “Lo que puedo decir es que ella está entera, que tiene algunas ideas de lo que pasó y que ella necesita organizarlas dentro de lo jurídico”.
“La ayuda de un abogado es fundamental para que le diga a la Justicia lo que ella presiente o sabe”, cerró en diálogo con el periodista Mauro Viale.
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