La Nación le debe a la provincia comandada por Antonio Bonfatti unos 4 mil millones de pesos aunque otros cálculos hablan de 8 mil millones. Algunos gobernadores sospechan que Cristina Kirchner les retacea efectivo para saldar esa deuda e iniciar así las negociaciones de una reforma que la habilite a un nuevo mandato. La interna socialista.
La crisis económica y el sinceramiento de las cuentas por parte del Gobierno luego de la reelección de la presidenta Cristina Kirchner impactaron directamente a la estabilidad de las Provincias. Por caso, en Buenos Aires, el gobernador Daniel Scioli enfrenta poco menos que una rebelión de los intendentes por la decisión de la Nación de recortar fondos de coparticipación.
Es más, algunos jefes comunales ya comenzaron a quejarse en público a pesar de los esfuerzos del jefe de Gabinete Alberto Pérez de minimizar la cuestión. Pero la misma situación atraviesan otras provincias, sobre todo las que o no son del mismo color político que el Gobierno nacional o al menos no lo venían siendo, como por ejemplo, Sante Fé y Córdoba.
Justamente, con el gobierno del santafesino Antonio Bonfatti, la Nación tiene una de las mayores deudas. Según los cálculos que hacían los socialistas a fines del año pasado, el Gobierno nacional debía una cifra cercana a los 4000 mil millones de pesos, la mayoría correspondiente a la Caja de Jubilaciones y obra pública. Eso sin contar los fondos que cedieron las provincias de la coparticipación para sostener a la Anses, con lo que el total subiría a 8 mil millones de pesos.
En épocas de vacas flacas, los gobernadores creen que la discrecionalidad del Gobierno para enviar fondos aumentará aún más. Por eso, desde algunas provincias están poniendo el ojo en la buena relación que vienen construyendo el propio Bonfatti y Cristina. Y algunos ya piensan que la Presidenta priorizará el ida y vuelta con el santafesino pensando en su futuro político. De hecho, esta es la sospecha que en la provincia de Buenos Aires empieza a tomar forma de certeza.
"Parece que la plata que iba a mandar acá, va para Santa Fe", afirmó a LPO una fuente que conoce de cerca las negociaciones económicas entre Nación y Provincia.
Claro que esa sospecha no sobrevuela sólo entre los gobernadores K. De hecho, Bonfatti enfrenta cuestionamientos internos de parte de Hermes Binner, porque el ex mandatario provincial cree que el acercamiento al kirchnerismo podría verse como un doble discurso y costarle al PS la imagen de fuerza opositora que hoy ostenta.
Ahora bien, de acuerdo a la mirada de algunos gobernadores, a cambio del envío de fondos, el kirchnerismo no sólo se aseguraría una buena relación con una de las principales provincias sino también la posibilidad de discutir y sumar a un aliado en un supuesto intento de reforma constitucional.
Si bien todavía no hay ningún proyecto concreto, la idea de ir a un sistema parlamentario o alguna alternativa que permita otro mandato de Cristina Kirchner gira aún en la cabeza de muchos oficialistas. Y para eso nada mejor que ir previendo escenarios y tantear el terreno con los opositores.
Es más, algunos jefes comunales ya comenzaron a quejarse en público a pesar de los esfuerzos del jefe de Gabinete Alberto Pérez de minimizar la cuestión. Pero la misma situación atraviesan otras provincias, sobre todo las que o no son del mismo color político que el Gobierno nacional o al menos no lo venían siendo, como por ejemplo, Sante Fé y Córdoba.
Justamente, con el gobierno del santafesino Antonio Bonfatti, la Nación tiene una de las mayores deudas. Según los cálculos que hacían los socialistas a fines del año pasado, el Gobierno nacional debía una cifra cercana a los 4000 mil millones de pesos, la mayoría correspondiente a la Caja de Jubilaciones y obra pública. Eso sin contar los fondos que cedieron las provincias de la coparticipación para sostener a la Anses, con lo que el total subiría a 8 mil millones de pesos.
En épocas de vacas flacas, los gobernadores creen que la discrecionalidad del Gobierno para enviar fondos aumentará aún más. Por eso, desde algunas provincias están poniendo el ojo en la buena relación que vienen construyendo el propio Bonfatti y Cristina. Y algunos ya piensan que la Presidenta priorizará el ida y vuelta con el santafesino pensando en su futuro político. De hecho, esta es la sospecha que en la provincia de Buenos Aires empieza a tomar forma de certeza.
"Parece que la plata que iba a mandar acá, va para Santa Fe", afirmó a LPO una fuente que conoce de cerca las negociaciones económicas entre Nación y Provincia.
Claro que esa sospecha no sobrevuela sólo entre los gobernadores K. De hecho, Bonfatti enfrenta cuestionamientos internos de parte de Hermes Binner, porque el ex mandatario provincial cree que el acercamiento al kirchnerismo podría verse como un doble discurso y costarle al PS la imagen de fuerza opositora que hoy ostenta.
Ahora bien, de acuerdo a la mirada de algunos gobernadores, a cambio del envío de fondos, el kirchnerismo no sólo se aseguraría una buena relación con una de las principales provincias sino también la posibilidad de discutir y sumar a un aliado en un supuesto intento de reforma constitucional.
Si bien todavía no hay ningún proyecto concreto, la idea de ir a un sistema parlamentario o alguna alternativa que permita otro mandato de Cristina Kirchner gira aún en la cabeza de muchos oficialistas. Y para eso nada mejor que ir previendo escenarios y tantear el terreno con los opositores.
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