En el sciolismo aseguran que si no consiguen imponer a hombres y mujeres propios en el 50 por ciento de las nóminas de diputados y senadores provinciales, enfrentarán al kirchnerismo. La estrategia de hacer jugar a los ministros y la premisa de controlar la Legislatura
dice un parlamentario que reporta al Gobernador.
“Queremos que la Legislatura sea nuestra, por eso vamos a pedir que las listas legislativas sean integradas en un 50 por ciento por gente nuestra y en un 50 por ciento por el resto del kirchnerismo; de lo contrario, iremos a internas”, dice a La Tecla un funcionario. Y adelanta la intención de “hacer jugar a todos los ministros”.
Desde el sciolismo dejan circular las versiones, para dar a la Casa Rosada claras muestras del hartazgo por una crisis interna demasiado prolongada, pese a la insistencia de Scioli de permanecer dentro del proyecto K. Obviamente, los problemas económicos agravados por la falta de mayor asistencia nacional llevan a la conducción provincial a pensar en un camino de posible divorcio.
Como todo en la política de los últimos años, las encuestas serán fundamentales a la hora de tomar decisiones. Por ahora avalan la posible rebelión del mandatario bonaerense. Rebelión que no tiene precedentes en la estrategia del Gobernador, pero que es analizada por el entorno y el propio mandatario, ante la evidencia cada vez más firme de no ser el elegido para la continuidad presidencial.
Sin el control de la Legislatura, Scioli corre el riesgo de ser hostigado, y hasta puesto en situación de juicio político por el propio kirchnerismo (ya hubo amagos en ese sentido), pero además necesita de una construcción política mejor estructurada si piensa aspirar a la Presidencia en 2015.
Desde calle 6 de La Plata niegan la ruptura con los K. “No, no vamos a romper, lo que queremos es negociar las listas provinciales; le dejamos a Cristina la de diputados nacionales, y si quiere darnos uno o dos lugares, veremos qué hacemos, pero las provinciales necesitamos que estén conformadas en su mayoría por gente nuestra”, aclaran.
Es casi imposible que la Presidenta, envalentonada en darle más espacio a la juventud, acepte la propuesta. ¿Entonces? “Iremos a internas en las categorías seccionales, acompañaremos a la lista de diputados nacionales encabezada por Alicia Kirchner (en La Plata dan por hecho que la ministra de Desarrollo Social será la primera en la nómina) pero en las de la Provincia competiremos en las PASO dentro del Frente para la Victoria”, fue la respuesta recibida por La Tecla. Esa alternativa también parece difícil de aceptar por parte de la comandancia nacional.
Para la competencia electoral, el sciolismo ya hace reserva de partido. Ante la disyuntiva de crear uno nuevo o “alquilar” uno ya formado, gana adherentes la segunda opción. De hecho, hay conversaciones avanzadas, aunque guardadas bajo siete llaves, con un par de propietarios de sellos.
Intendentes y funcionarios
¿Cómo será la negociación con los intendentes? Así como en el gobierno provincial descartan por ahora la intención de pelear lugares en las listas de diputados nacionales, tampoco tendrían la intención de inmiscuirse en las nóminas locales. Por el contrario, asegurar a los alcaldes un armado propio sin intromisiones es uno de los métodos de seducción para atraerlos al redil.
“Vamos a hablar con los intendentes para que pongan los concejales ellos y que no les pase como a nosotros en la Legislatura”, expresó un funcionario sciolista. Dijo que el ejemplo es que para el gobierno provincial “sacar leyes que quiere el Ejecutivo debiera ser más fácil y no suceder como con la Policía Judicial, que para tenerla como pretendíamos debieron negociar los senadores nuestros con los de la oposición”.
Se sabe de la preocupación de los jefes comunales por la demanda de ubicaciones en el listado de concejales que emanará de la Casa Rosada, y en un escenario de internas o ruptura definitiva el sciolismo pretende utilizar ese temor en su provecho, aunque sobran antecedentes en los que los intendentes terminan por colocar los huevos en más de una canasta. En algunos casos, dos o tres nóminas con ADN peronista en las internas puede hasta ser una bendición.
Otro elemento de seducción es la cantidad de lugares que el sciolismo puede ofrecer para sus listas, e incluso en la negociación 50-50 que propondría al kirchnerismo.
La intención de tener el control legislativo debe suponer para el oficialismo bonaerense una victoria en la negociación con los K (o, en su defecto, en las internas) y una victoria en las elecciones. Recién a partir de allí podría comenzar a exigir posiciones en la casa de las leyes, sobre todo en la Cámara de Diputados; pararse de otra manera en la discusión por la presidencia tanto del cuerpo como del bloque.
En el Senado, presidido por el vicegobernador, los puestos a ocupar, más allá del bloque, son menos atractivos.
La intención es poblar las listas, ya sean acordadas o de puro sciolismo, de ministros y funcionarios. “Mucho más no tienen”, suelen chicanear desde otros sectores políticos con raigambre bonaerense pero absolutamente alineados al kirchnerismo puro.
El jefe de Gabinete, Alberto Pérez, sería uno de esos hombres. En principio se lo colocaba como posible aspirante al Congreso nacional, escenario no descartado en caso de un acuerdo, pero ahora también se lo nombra como probable diputado provincial por la sección Capital. “Si no sigue como jefe de Gabinete se presentaría a diputado”, adelantan en Gobernación, y si llega a la cámara no sería para ocupar una banca pelada. El mismo caso se daría si Scioli dispusiera pedirle a Eduardo Camaño que juege seccionalmente. El actual secretario general, oriundo de la Tercera, tiene vasto conocimiento en el manejo legislativo.
Descartan de plano las candidaturas testimoniales, porque “quien gane un lugar en la Legislatura deberá ocuparlo”. Quizá, entonces, también vuelvan a sus bancas el año próximo el diputado Martín Ferré (ministro de Desarrollo Social) y la senadora Nora de Lucía (Directora General de Educación).
Por la sección Capital también podrían ir Oscar Cuartango (Trabajo) y Ricardo Casal (Justicia y Seguridad), quien parece tener cada vez más lejano su sueño de ser Fiscal de Estado.
En la Primera sección el sciolismo esperará también los movimientos de Sergio Massa, pero ya anota en la carrera a “alguien del intendente Acuña”, que juega incondicional, a Santiago Cafiero y hasta el ministro de Salud, Alejandro Collia.
Por la Tercera, los ministros Alejandro Arlía (Infraestructura) y Gustavo Arrieta (Asuntos Agrarios) aparecen como posibles candidatos.
Por la Quinta debe renovar el senador Osvaldo Goicoechea, y en Gobierno apuntaron el nombre de Alejandro “Topo” Rodríguez como uno de los posibles. De la Sexta son Cristian Breitenstein (ministro de la Producción), una de las cartas a jugar, y el diputado Iván Budassi, que iría por la renovación en caso de no ser convocado para el Ejecutivo. Isidoro Laso en la Séptima es otro de los nombres en danza.
En las usinas sciolistas trabajan en el entramado y armado de sus posibles nóminas propias, y dejan trascender la intención de ya no someterse a un sí lacónico y sumiso ante las exigencias de la conducción K. Fal-ta tiempo para la definición, pero el Gober-nador y su equipo prefieren ser previsores, aunque sepan que a la hora de la verdad se-rán las encuestas y las posturas kirchneristas las que determinen el camino a seguir.
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