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jueves, 1 de noviembre de 2012

El voto a los 16 se sancionó con un escándalo entre la oposición y el Cuervo Larroque


El líder de la Cámpora repartió insultos para todas las fuerzas y logró que se retiraran. Por su culpa, la sesión casi queda sin quórum. “Estúpido”, “Irresponsable” y “pendejo importante”, lo definieron. Con los jóvenes en los palcos, la ley fue sancionada con 131 votos a favor y 2 negativos.

El voto a los 16 se sancionó con un escándalo entre la oposición y el Cuervo Larroque
La oposición se va tras el discurso de Larroque.
Diputados sancionó el voto a los 16 años en una sesión que duró once horas, tuvo intervenciones de la mayoría de los legisladores pero terminó en un escándalo por el discurso de Andrés “Cuervo” Larroque, uno de los líderes de La Cámpora, quien distribuyó agresiones a cada fuerza opositora y consiguió que se fueran.

Como en el debate sobre la estatización de YPF, Larroque ignoró que parte de la oposición iba a acompañar la iniciativa y atacó crudamente a cada bloque.

Esta vez fue tan bruto que casi deja a la sesión sin quórum: la votación terminó con 131 votos a favor y 2 en contra, o sea, a cuatro diputados de caerse.

“Lo que hizo fue una irresponsabilidad y una estupidez”, le dijo Felipe Solá, quien se quedó en su banca y permitió así que la sesión continuara.

Sin buscarlo, Larroque le sacó un problema de encima a una oposición que no definía que rumbo tomar. El radicalismo estaba dividido entre quienes apoyaban y quienes no, el FAP se abstenía a excepción de Unión Popular, que votaba a favor; y el PRO y el peronismo federal se oponían sin fisuras.

Pero “el Cuevo” les ahorró esa decisión. “El bloque radical no puede manejar ni una calesita”, comenzó su alocución y las respuestas de la oposición.

“Yo me pregunto si van a una villa, a un barrio. Si hablan con alguien, o si solo van a la televisión”, continuó y se ganó los aplausos de los jóvenes que copaban los tres pisos de palcos del recinto.

“Escuchamos a un diputado socialista decir que no quiere más muertos. Que bueno porque hasta hace unos días tenían al frente de la policía al jefe de una banda de narcotraficantes", ironizó.

"He leído sobre el socialismo utópico, he leído sobre socialismo científico, pero nunca he escuchado hablar de narco-socialismo”, remató “El Cuervo”, ya a los gritos por la cantidad de insultos que recibía de la oposición. Los radicales eran los más enfuercidos y hasta amagaban con acerarse a su banca.
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Andrés Cuervo Larroque.

Larroque culminó sus diez minutos levantando la tapa de clarín y refiriéndose a la definición de mercado electoral que le dio al millón de votantes que incorpora la ley.

“Acá todos opinan en función de lo que dicen las corporaciones, como por ejemplo la tapa del diario Clarín del 2 de septiembre donde dice ‘El voto a los 16: un mercado de 2 millones de electores’. Así llaman las corporaciones a nuestro pueblo, como mercado, mientras que nosotros los tratamos como seres humanos que son, plausibles de derechos”, acusó.

“Ustedes son esclavos de las coroporaciones”, le gritaba a una oposición que ya no tenía diputados sentados.

El más sacado fue el socialista Juan Carlos Zabalza, quien caminó apresurado desde el fondo del recinto hasta el estrado y lo golpeó con su carpeta, a centímetros del rostro de  ulián Domínguez, quien pedía a gritos silencio.

“Es un pendejo importante. Es un diputado que no tiene historia y su falta de experiencia le hace cometer estas torpezas”, definió a Larroque el duhaldista Carlos Brown.

“Es un provocador profesional, este diputado Larroque, que de derechos humanos debe conocer lo mismo que un orangután”, lo definió Ricardo Gil Lavedra, jefe del bloque radical. “Es un fachista”, lo calificó Alfonsín.

“Es intolerable seguir aceptando este nivel de agresión. Con esta actitud, que no cuenten con nosotros para nada”, se quejó Stolbizer, otra de las que se fustigó al “Cuervo” hablaba.

Once largas horas
La sesión había comenzado a las 12.15 con el discurso de la miembro informante del oficialismo, Diana Conti. Sostuvo que la ley busca “ampliar la base electoral y de ciudadanía" y descartó que se trate de "demagogia de adultos" u oportunismo, para afirmar que es una muestra de "coherencia".

Dijo que la norma viene a crear "instituciones que respondan al voto popular, a la soberanía popular, y no a las corporaciones de siempre, ni oportunismo ni demagogia" y embistió contra la oposición, al acusar a quienes no acompañan con su voto de negar el apoyo "porque no tienen organizada su militancia juvenil".

“Siempre vamos a necesitar jóvenes para que nos obliguen a transgredir a ser anárquicos”, culminó.

Mario Negri fue el primer radical en hablar y criticó que el voto a los 16 sea optativo. Lo es al no estipular sanciones para quien no concurra, al igual que los ciudadanos de 70 años.

Otro cuestionamiento del cordobés fue que se excluya a los ciudadanos naturalizados de 16 años.

“Estamos convencidos de que hay que dar lugar a la rebeldía, a las ilusiones, a los sueños y al pensamiento de los jóvenes que son mejor siempre y tienen menos contenido de especulación, más idealismo, más nobleza, más altruismo. Que hay que darle lugar y derechos a los jóvenes”, señaló Tunessi, otro radical.

Elisa Carrió presentó un despacho en minoría en contra y lo defendió con énfasis al indicar que se trata de "demagogia con los jóvenes" y dijo que "los adolescentes tienen que resolver cuestiones importantísimas, como su vida sentimental, qué van estudiar o de qué van a trabajar", como para que también ser responsables de este tipo de decisiones políticas”.

"¿A qué tiempo queremos hacerlos responsables de lo que nosotros hacemos? Que disparate hacerlos responsables a nuestros hijos de 16 años? Qué van a ofrecer a cambio del votos?: Dinero, acaso droga?", se preguntó Carrió.

El socialista Juan Carlos Zabalza también rechazó el voto optativo. "Hay un tema esencial, que es la Constitución, el voto secreto y obligatorio. La sociedad abre un derecho más, tema no menor, y la construcción democrática implica que todos los que participemos en ella. Tenemos derechos pero también tenemos deberes, y el deber elemental frente a un proceso electoral es participar de él con el voto, es el mínimo deber exigible”, explicó.

Hablaron casi todos los diputados y entre ellos los jóvenes. “Hay una falta de respeto a los pibes que militan a lo largo y ancho de todos el país", se quejó la camporista mendocina Anabel Fernández Sagasti. 

Aportó emoción Jorge Rivas, el diputado socialista imposibilitado de hablar por el ataque que sufrió hace cinco años. Escribó su discurso en una máquina que lo transmitió con voz neutra para todo el recinto, que estalló en aplausos. 

Cuando se acercaba la hora de los cierres habló Larroque y sólo quedó el kirchnerismo. Agustín Rossi. “¡No pueden retirarse en función de la intensidad de un discurso!”, les pidió asombrado. “¿Votamos el perl saltum?”, ironizó

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