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jueves, 18 de septiembre de 2014

Kicillof reconoce a los gobernadores que la economía está en caída libre

LPO"No hay manera de ganar una elección así", admite. Los mandatarios lo ven descon
certado y perdiendo influencia.
Axel Kicillof está desconcertado. Esa es la conclusión que sacaron algunos goberna
dores que hablaron con él en los últimos días y con los que no tuvo problemas en
admitir que no le encuentra la solución a los cada vez más apremiantes problemas económicos.
En esas charlas, vinculadas en principio a temas de gestión, el funcionario recono
ció que la economía está “en caída libre”. La admisión causó estupor entre sus inter
locutores, que escucharon atónitos a un Kicillof que hablaba más como analista opo
sitor que como ministro.
Los gobernadores escucharon otra frase que los dejó estupefactos. “No hay manera
 de ganar una elección con la economía así”, reflexionó Kicillof, que dejó entrever
que sabe que la situación está fuera de control, pero siempre analizando la situación
 como si nada tuviera que ver, como si estuviera en la facultad.
Quienes lo escucharon hacer estas admisiones percibieron dos cosas. La primera y
más clara es que Axel está desbordado y no sabe qué hacer para enderezar al menos
 un poco el rumbo de la economía. La segunda es que está empezando a perder poder
 e influencia en el núcleo duro del Gobierno.
La primera percepción no es una novedad para quienes frecuentan el Ministerio, que
 la atribuyen también a la falta de experiencia en cuestiones operativas de los colabo
radores de Kicillof. Por caso, fuentes del mercado comentan con asombro que se ha
ya lanzado el cambio de la sede de pago de la deuda sin haber buscado un apoyo con
tundente de los acreedores.
Experimentados operadores explicaron que esa medida hubiese sido mucho más
efectiva si contaba con el acompañamiento de un porcentaje concreto de los bonistas reestructurados, pero nunca se trabajó para conseguirlo. Más allá de algunos respal
dos, como el del abogado de bonistas italianos, no hubo una estrategia de seducción
 para lograr un respaldo que sea determinante.
Otro ejemplo de la inexperiencia de los funcionarios más cercanos a Kicillof se dio
en medio de las negociaciones para salvar del default a Impsa, la empresa de Enri
que Pescarmona. Cuando se debatió el tema en Economía, los colaboradores del
ministro sorprendieron con la mala y desactualizada información que manejaban.
Quienes participaron de esos encuentros no podían creer que manejaran números
 tan malos.
En cuanta a la pérdida de poder e influencia, por estas horas comenzó a avivarse
una interna entre Kicillof y su entorno y el ala política de La Cámpora. Cuando lle
gó a ministro, Axel se encargó por lo bajo de dejar en claro que no pertenece al nú
cleo de la agrupación, aunque por mera especulación de ambos lados esa diferencia
ción nunca se resaltó en público.
Lo que sucedió luego es que Kicillof empezó a ganar una enorme influencia sobre
 Cristina, que dejó todo en sus manos, aún cuando los indicadores no lo acompañ
ron jamás. El monopolio de la conducción en manos de Axel fue leído hacia afuera
 como un triunfo camporista, aunque puertas adentro crecieron los resquemores.
Ahora, con el barco económico fuera de control, esa desconfianza de algunos líde
res de La Cámpora empezó a exteriorizarse y ya no ocultan algunas críticas. Una
muestra de ello fue el ninguneo que sufrió Kicillof en el acto de Argentinos Juniors
, donde se lo había mencionado como orador pero ni siquiera fue invitado al palco.
El descontrol es tan grande que hasta empezó a sonar cada vez con más fuerza el re
greso de Guillermo Moreno para tratar de ordenar algunos de los frentes que Kici
llof no puede controlar.
La suma de todas estas situaciones es la que está generando cada vez mayor alar
ma en los gobernadores, que además ven que Cristina no logra solucionar ningu
no de los problemas económicos cotidianos. En definitiva, ellos también piensan
 en lo que viene y, como bien dice Kicillof, “no hay manera de ganar una elección
 con la economía así”. 

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