El 68% de los presos de la cárcel de Dolores no tiene condena firme. Además, la población carcelaria se ha triplicado en los últimos 15 años. Un informe revelador y contundente.
- www.entrelineas.info
Los datos desnudan el fracaso de las políticas que sólo insisten con llenar las cárceles.
Por Gabriela Urrutibehetyg.urruti@entrelineas.info
La cantidad de presos en el país casi se ha triplicado en los últimos 15 años. Y la provincia de Buenos Aires tiene cerca de la mitad de la población carcelaria del país. El número de personas que son encarceladas no ha dejado de crecer a ritmo sostenido –más allá de una leve disminución en 2007– hasta alcanzar, sólo en la provincia de Buenos Aires, unos 28.000 detenidos. Frente a los insistentes reclamos de encarcelamiento masivo, los datos estadísticos permiten acercarse a una realidad que, actuando en el sentido del reclamo “desaforado”, no ha solucionado los problemas que se propone solucionar.
Según el Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP) del ministerio de Justicia nacional, de los 10.043 presos que había en 1996 en la Provincia, en 2012 la cifra trepó a 27.959. En el período 1973-2012, la población carcelaria de todo el país tuvo un crecimiento del 157%. En el mismo lapso, el sistema bonaerense creció 252%. Es decir, dos veces y media.
PRESOS SIN CONDENA
De esta cifra, en la Unidad 6 de la ciudad de Dolores hay 319 internados, pero solamente 98 están condenados frente a 216 procesados. En la Provincia hay 11.540 condenados frente a 15.693 procesados. Esto implica que, mientras que a nivel provincial el 56% de los presos son procesados, en la cárcel de Dolores ese porcentaje se eleva al 68%, lo que le da un perfil bien particular a la población carcelaria de la U6.
Recordemos: las personas procesadas son las que no tienen condena firme. Es decir, después de años en la cárcel pueden terminar siendo considerados inocentes del delito que se los acusaba. Y es fácil imaginar los efectos que una situación como la descripta puede tener para las personas.
UN LUGAR DE APRENDIZAJE
El informe “Delito, marginalidad y desempeño institucional en la Argentina: Resultados de la encuesta de presos”, realizado por el Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV) de la Universidad de Tres de Febrero, recientemente publicado, concluye: “En Argentina, a pesar de que las condiciones de reclusión son mejores que las del resto de la región, se va conformando una población para la cual la cárcel ya no es una institución que los disuade de cometer ilícitos, sino más bien un destino habitual por el cual, tarde o temprano, pasarán. Donde ‘se aprende’ a delinquir más y mejor. Y donde las posibilidades de resocialización son escasas”.
SUPERPOBLADAS (DE ARGENTINOS)
La cárcel de Dolores tiene capacidad para 327 detenidos, lo que indica un índice negativo de superpoblación. Baradero y General Alvear son las cárceles más superpobladas, con 104% y 81% respectivamente. En la Provincia, además, hay que sumar unos 300 presos alojados en comisarías.
El promedio general de edad de los detenidos en cárceles bonaerenses es de 25 a 34 años (41%), a lo que debería sumarse el 27% que tiene entre 18 y 24, para dar una visión de varones jóvenes como la población que esencialmente puebla las cárceles. Y atención: el 96% son argentinos, lo que también desmiente el mito de los inmigrantes que vienen a delinquir a nuestro país.
Es muy alto también el porcentaje de presos que tiene la escuela primaria incompleta (27%). Si se suma el 45,3% que reconoce como último nivel educativo la primaria, da un 72% de personas con un bajo nivel de instrucción. Estos hombres jóvenes, poco instruidos, en un 41% estaban desocupados al momento de ingresar a prisión. En tanto, el 39% tenía una ocupación de tiempo parcial. Sin embargo, el 47% tenía un oficio y el 13%, una profesión. Más de la mitad (el 57%) no participa de ningún programa educativo, en tanto que son 386 los detenidos que siguen adelante un estudio universitario.
El CELIV indica que “las cárceles albergan un gran número de jóvenes que cometieron mayoritariamente delitos patrimoniales de baja cuantía. Estos jóvenes provienen de entornos sociales que denotan descomposición familiar y fallas institucionales en la detección temprana de conductas antisociales”. La mayoría de los detenidos lo están por robo o intento de robo: hay 14.222 detenidos por este motivo, frente a 3.469 detenidos por homicidio. Y el 40% de los condenados cumple una condena que va entre los 3 a 6 años.
Como señala el informe de CELIV “no hemos detectado un número significativo de reclusos que tuvieran puestos importantes en el crimen organizado”. Y que abundan los delincuentes que forman parte del último eslabón de la cadena delictiva. Es decir, los que son más fácilmente reemplazables por otros cuando los primeros son detenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario