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lunes, 2 de febrero de 2015

Listas unificadas con la UCR y sumar a Sanz, los pasos que siguen a la foto de Macri y Carrió

Por Ignacio FidanzaEl acuerdo está avanzado y se plantearía en la Convención Nacional de la UCR. Excluiría a Massa.
La foto de Mauricio Macri y Lilita Carrió fue apenas el primer paso de un movimiento más amplio que tiene como objetivo final la consagración de una alianza electoral entre la UCR y el PRO.
Las conversaciones, según afirmaron a LPO fuentes al tanto de las negociaciones
, están muy avanzadas. La idea central es conformar listas unificadas para las can
didaturas a diputados y senadores nacionales. Se trata de consagran en una boleta
 el tan mentando “acuerdo parlamentario” que necesitaría un gobierno radical-ma
crista para alcanzar masa crítica en el Congreso.
El senador y presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, es quien lidera esta estrate
gia y lleva adelante las negociaciones con el macrismo. 
El movimiento de la foto compartida con Carrió era necesario para naturalizar un
 acuerdo que incluye a la líder de la Coalición Cívica, quien hasta ahora venía pro
clamando la necesidad de acordar con el PRO, pero resistiéndose a dar el paso que
 consagra la imagen que hoy se distribuyó a los medios.
La idea que gana más consenso en el radicalismo y sobre la que se está trabajando
 es llevar a la Convención Nacional que se reunirá en Marzo en Gualeguaychú, co
mo propuesta de estrategia para las elecciones presidenciales, una alianza con el
PRO que excluya a Sergio Massa y que dirima la fórmula presidencial en las prima
rias.
La exclusión de Massa y el cierre con Macri son decisiones políticas en sentido es
tricto, no influenciadas por simpatías personales. La conducción del radicalismo
 cree que deben consolidar un espacio no peronista. "Si vamos atrás de Massa desaparecemos", confiaron a LPO. 
Más allá de lo formal, el boceto concreto sobre el que se trabaja es reducir la com
petencia a la boleta presidencial en la que Macri podría enfrentar a la fórmula Sanz
-Carrió; mientras el resto de los cargos se consensuan, en base a un reconocimien
to implícito de la UCR como socio mayoritario. 
Es probable que si este diseño se consagra, las presiones -que no cesaron- sobre
Gabriela Michetti para que acompaña a Macri como candidata a vicepresidente se intensifiquen, ya que quedaría descartada la fórmula Macri-Sanz.
Como sea, el líder del PRO ya dio sobradas muestras de su predisposición a acep
tar al radicalismo como socio mayoritario en los distritos. En Mendoza apoyó la
fórmula puramente radical de Alfredo Cornejo y Laura Montero para la goberna
ción y en la capital provincial donde venía de salir segundo, hizo el sacrificio ma
yúsculo y directamente bajó su lista para aumentar las chances de la UCR de rete
ner el gobierno municipal.
Lo mismo acaba de definir en Córdoba, donde como reveló LPO, mantuvo una reu
nión secreta con el intendente Ramón Mestre y aceptó que la UCR lidere tanto la
boleta a la gobernación como la de la capital provincial.
Este acuerdo, si se consagra en la Convención Nacional no es gratuito ni pacífico.
 Hay importantes dirigentes como Gerardo Morales y en menor medida el tucuma
no José Cano, que prefieren cerrar una alianza con Massa.
En la cúpula de la UCR ya descuentan que seguro Morales y tal vez Cano, encabe
cen una ruptura, pero no dramatizan. “Nadie va a salir a pegarles”, reconocieron a
LPO.
Es que bien mirado, el desplazamiento de Cano y Morales, si contribuye a que am
bos ganen las gobernaciones de Jujuy y Tucumán, sigue siendo funcional al objeti
vo de fondo del radicalismo: Entregar la posibilidad de pelear la Presidencia a ca
mbio de reconstruirse como la segunda fuerza ex extensión nacional, con un impor
tante núcleo de gobernaciones, intendentes y legisladores nacionales.
En ese marco la salida de Gustavo Posse del massismo y la foto que compartió con
 Sanz en Pinamar no es un detalle menor. Posse ya tiene garantizada la candidatu
ra a gobernador bonaerense, como anticipó LPO, si se consolida el acuerdo del PRO
 y el radicalismo.
En definitiva, un radicalismo fuerte no es una mala noticia en la búsqueda de ree
quilibrar un sistema político que quedó muy descompensado luego de la crisis del
2001, permitiendo que surgiera como actor dominante un peronismo con ambicio
nes hegemónicas cuyos efectos más lamentables hoy se observan en toda su magni
tud.

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