Si bien todavía queda algún contacto con el PRO, esta tarde, más precisamente a las 19, en el Museo de Arte de Tigre, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, anunciará, tal como le pidieron en el cónclave llevado a cabo en San Miguel, que sigue adelante con su candidatura a presidente de la nación. Peleará la interna con José Manuel De la Sota.
Federico González (González y Valladares Consultores)
¿Qué le sucedió al massismo?
-Es una historia larga, que arranca con una falsa interpretación del éxito en el 2013, donde Massa gana porque la ciudadanía entiende que es el candidato que puede poner un freno al kirchnerismo. Si hubiese seguido en ese lugar, su suerte hubiese diferente, pero interpretaron que había ganado porque encarnaba una distancia entre el kirchnerismo y el antikirchnerismo. Eso lo empezó a posicionar como un candidato del medio. Después, otro problema fue el coqueteo con los K arrepentidos, como Insaurralde y cuando se admitió a Othacehé dentro del espacio, que se mostró como un trofeo ganado al FpV y que dejó al espacio como un refugio de K arrepentidos.
-No fue creíble.
-Claro. El debería haber sido más claro en sus definiciones. Otro factor es que tardó mucho en lanzarse, actuaba como si lo fuera, pero no lo decía y producía confusiones. Y además se suman los últimos episodios, donde Massa empezó a jugar un juego en el que le concede cosas a Macri, como sacrificar a De Narváez en pos de allanar el camino, cuando el PRO está in-transigente y negado a acordar.
Analía Del Franco (Analogías)
-¿Por qué el FR llegó a esta situación?
-Por varias cuestiones. Fue una apuesta con buenas intenciones dentro de un nuevo espacio político, pero que no cuajó como tal. Quizás por falta de espíritu, ideología propia o una propuesta diferente entre lo que es el kirchnerismo y el PRO. Se quedó desdibujado y en el medio de dos polos importantes ya instalados. Como consecuencia de eso ha habido una crisis dentro de ese frente, que terminó siendo un frente electoralista sin poder armar una masa crítica o común denominador para los que participaban
-¿Y qué pasó con el candidato que iba a superar al kirchnerismo?
-Eso fue una exagerada expectativa, porque se sobredimensionó el logro del 2013, tal como le pasó a De Narváez. Hasta los que se acercaron a él, tal vez, también pensaron que iba a ser una propuesta ideológica propositiva, y no fue más que algo electoralista. Comúnmente se dice que la gente mira a los candidatos y no el soporte que tienen, y vemos que no es así. Aparecer como una improvisación también le jugó en contra.
Carlos Germano (Carlos Germano y Asociados)
-¿Cómo llegó el FR a este momento?
-Cuando en 2013 Massa gana la elección, representaba el no a la “re-re” de CFK y aglutinó un descontento de vastos sectores de la sociedad argentina. El problema es que creyó que la elección la ganó él y que él es la figura por la que se empieza a construir toda la oposición en la Argentina. Creo que su construcción fue demasiado egocentrista y se quedó sin poder ampliar bases de sustentabilidad a otros sectores opositores. No pudo terminar de armar una propuesta superadora a la sociedad. Esto tiene que ver con una cultura política en Argentina, en donde la construcción política pasa por el ego, por el yo, sin poder mirar que la política es una construcción colectiva.
-¿Esto ahuyentó a la dirigencia?
-Sí, porque fue una construcción oportunista, donde todos se acercaron para estar con el nuevo jugador de la política argentina, que en ese momento estaba en el
centro del escenario. Así como llegaron, se fueron, al ver que venía declinando su figura ante la sociedad, y decidieron tomar nuevos rumbos políticos.
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