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lunes, 31 de agosto de 2015

Por abusos, expulsan a un ex párroco


En 1975 los padres de alumnas del Instituto Bertoni denunciaron abusos 
hacia niñas de 12 años. Hoy, 40 años después, se supo de la “expulsión” 
del sacerdote Hamerler.

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En 2010, Hamerler dejó silenciosamente la parroquia y la ciudad de Dolores.
Por Gabriela Urrutibehety
g.urruti@entrelineas.info

Cuarenta años después de producidos los hechos, el ex párroco de Dolores

 Rodolfo Hamerler fue excluido del ejercicio público de su sacerdocio a raíz 
de un proceso iniciado por la denuncia de alumnas del colegio religioso del 
que era representante legal por abuso sexual.
Mercedes Harisgarat recuerda las tardes de las clases de educación física en
 el patio del Instituto Parroquial Bertoni en 1975: “Tenía 12 años y en esas épo
cas hacíamos gimnasia con un bombachón. En medio de la clase nos venía a
 buscar a las chicas para confesarnos y nos llevaba a un salón, donde nos sen
taba en la falda y nos pasaba la mano por las piernas, por las tetitas incipien
tes”.
Puede recordar, dice, la escena con total precisión, pese a los años que pasa
ron. “Era el salón de primer grado, con unas cortinas de lona arqueadas por
 el sol. Por ese espacio, nuestros compañeros varones espiaban qué hacía 
con nosotras”, añade.
Los padres de Mercedes hablaron con la directora, la señora Sara Flaqué,
 quien hizo la denuncia “y creo que a raíz de eso la echaron”. Pero todo que
dó absolutamente archivado y Hamerler continuó siendo el párroco princi
pal de Dolores. “Es más, nosotras fuimos segregadas y nos decían ‘las promiscuas’”. Y los casos de abuso siguieron sucediéndose.
Hace unos ocho o nueve años “vino a verme una chica que tendrá unos trein
ta años hoy, es decir, mucho más chica que yo, a contarme que le había pasa
do lo mismo y si yo la acompañaba al episcopado a hacer la denuncia”.
Mercedes, que es abogada, junto con otras víctimas de distintas edades, vol
vieron a denunciar al cura abusador. “Nos trataban como que lo habíamos provocado”, dice recordando el proceso.
Hoy, tiene ante sí una carta del canciller del Obispado de Chascomús, en la 
que en nombre del obispo Carlos Malfa, y dice que “después de una prolon
gada investigación, en la cual usted ha colaborado con su testimonio que el
 obispo agradece y valora, donde se han respetado los plazos procesales y 
el debido derecho de defensa del acusado, ponderados todos los elementos 
de la causa se ha llegado a la certeza de su responsabilidad (la de Hamerler)”.
“A mí no me ha quedado mayores secuelas porque mis padres me creyeron
, pero sé que hay otras chicas a las que les arruinó la vida”, dice Mercedes.
“COSA JUZGADA”
Hamerler estuvo al frente de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores.
Su protector fue el fallecido arzobispo de La Plata, Antonio Plaza, conocido
 por haber apoyado a la dictadura que se instaló en 1976. En 2010, dejó silenciosamente la parroquia y la ciudad de Dolores.
Ahora, se le ha impuesto la pena de “exclusión perpetua del ejercicio públi
co del ministerio sacerdotal”, la que fue confirmada con carácter de “cosa 
juzgada” por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Sede Apostóli
ca.
 

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