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miércoles, 27 de abril de 2016

Las primeras licitaciones de obra pública de Macri sorprenden con ofertas por debajo del presupuesto

LPOAySA recibió ofertas hasta un 22% inferiores a los presupuestos. Du
das por la concreción de los trabajos.
Ante los atrasos en los pagos que acumulan los organismos estatales y la presión gremial para frenar los despidos, las empresas constructoras han quedado inmersas en una atípica guerra interna de precios para ver quién
 se queda con las primeras adjudicaciones de obras de infraestructura del 
gobierno macrista.
La incipiente pelea entre las contratistas de obras públicas se puso en evi
dencia en las licitaciones que lanzó al ruedo la empresa estatal AySA 
(Agua y Saneamientos Argentinos) para la ampliación de los servicios 
en el partido de Lomas de Zamora.
La fuerte competencia desatada entre las constructoras que buscan afe
rrarse a un contrato significativo en medio del actual parate económico 
derivó en que, por primera vez desde la década del 90, la mayoría de las
 ofertas en juego quedaran por debajo del presupuesto oficial y que las 
propuestas ganadoras hayan sido hasta un 22% más bajas que las sumas
 que habían calculado pagar como máximo los técnicos de AySA.
La empresa CN Sapag, de
 la familia del ex goberna
dor neuquino fue una de 
las ganadoras, con una 
oferta que fue 102 millo
nes más barata que la de
 Carlos Wagner, el denun
ciado ex presidente de la
 Cámara de la Construcción.
Los dos casos que llamaron la atención tanto de los funcionarios, como de los propios empresarios de la construcción se registraron en las recientes licitaciones que apuntan a extender la cobertura de las redes cloacales en el Gran Buenos Aires.
En el primer caso, se trata de la obra para la “red secundaria cloacal de Fiorito” que AySA llamó a licitación pública nacional con un “presupuesto oficial de 220.434.319 pesos más IVA”.
Hubo cinco ofertas y todas se ubicaron por debajo del presupuesto oficial.
La ganadora de la obra fue la empresa IWBAIRES SA –que controla el actual vicepresidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gus
tavo Weiss-- con una oferta de 173,8 millones de pesos, un 21% menos que
 lo previsto por AySA.
En tanto, en la licitación de la “red primaria cloacal de los colectores Bud
ge y Cementerio del partido de Lomas de Zamora” también hubo grandes 
sorpresas a la hora de abrir las ofertas que tenían asignado un “presupues
to de 168.797.635 pesos más IVA”.



La empresa del ex gobernador neuquino Jorge Sapag, fue una de las gana
doras.

La disputa se dio entre 11 oferentes, de los cuales 5 presentaron cotizacio
nes de sus trabajos que no llegaron a alcanzar los precios que habían esti
mado los funcionarios.
La que festejó con la adjudicación de la obra fue la neuquina CN Sapag, la constructora de la familia Sapag que hasta ahora no había podido entrar 
en el círculo de los contratistas de AySA.
Ganó con una oferta de 131,8 millones de pesos, un 22% menos que el va
lor de referencia que se había estipulado en el presupuesto oficial.
Además, la oferta ganadora le sacó una diferencia de 102 millones de pe
sos a la cotización más elevada de 233 millones de pesos que presentó
 Esuco, la empresa de Carlos Wagner, el ex titular de cámara de construc
tores que fue recientemente señalado por el “arrepentido” Leonardo Fari
ña como uno de los artífices de los negociados y los “repartos” de las 
obras públicas que se registraron durante la administración kirchnerista.
Para los directivos de AySA y los funcionarios de Obras Públicas, los ba
jos valores que surgieron de las licitaciones responden al nuevo “clima 
de negocios y a las reglas de juego más transparentes” que se implemen
taron con el gobierno macrista.
Según la “idílica” evaluación oficial, las ofertas inferiores a los presupues
tos oficiales también se explican por el hecho de que ahora las empresas
 no tienen que desembolsar los “peajes” que existían en el ex ministerio 
de Planificación de Julio De Vido cada vez que se licitaba una obra.
En cambio, desde las constructoras y los especialistas del sector señalan
 otra posible explicación a los sorpresivos montos de las ofertas.
Sostienen que hay muchas empresas que están casi en la lona y necesi
tan en forma urgente cazar alguna obra para tomar aire y poder cobrar
 los anticipos que le permitan atender sus obligaciones prioritarias.
Y advierte que el gran riesgo de las ofertas tan bajas es que a los tres o
 cuatro meses de iniciadas, las obras comiencen a pararse por no poder
 afrontar los costos y aparezcan los pedidos de redeterminación de prec
ios que pueden llevar más de un año de trámites y negociaciones.

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