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jueves, 28 de abril de 2016

Los anuncios de Vidal que generan más dudas que certezas

La gobernadora sorprendió con un pretencioso plan de obras que, entre 
otros ríos, abarcaría la Cuenca del Salado. Para ello, se sinceró, recurrirá a 
la ayuda de “un equipo de técnicos holandeses”, cuando el país cuenta con
 estudios que datan de hace más de 130 años. Según los expertos, antes
 que este “negociado”, es “necesario” un Plan Integral de Gestión Hidráulica
Desde el Puente El Tauritya, en San Fernando, la gobernadora bonae
rense María Eugenia Vidal anunció un “Plan Hídrico” para la provincia 
de Buenos Aires, a realizarse en cuatro años y con una inversión de 15.000
 millones de pesos.
En este contexto, la mandataria agregó que “en los próximos días” 
arribará a la provincia “un equipo de técnicos de Holanda” y que “ellos van
 a evaluar [...] la cuenca del Salado para ver qué más podemos hacer para
 mejorar la situación de las inundaciones y poder proteger a los 
millones de bonaerenses afectados”.
Es este último punto el que sorprende a especialistas como el ingeniero Hi
dráulico y Civil, Claudio Velazco, un profesional de carrera dentro del minis
terio de Infraestructura bonaerense, quien desde hace años estudia  la
 crítica situación que atraviesan los bonaerenses debido a las inunda
ciones producidas, sobre todo, en el área del Salado: “Que se pretenda con
tratar a técnicos extranjeros me parece un error, porque hay estudios integra
les de la Cuenca realizados por profesionales de la provincia”, le dijo el 
experto a Hoy.
Aquí nomás, a menos de 100 Km de donde Vidal realizó los anuncios, 
a sólo 10 cuadras de la Casa de Gobierno, desde la Facultad de Ingenie
ría se han realizado sendos estudios, con expertos familiarizados
 con la problemática, conocedores de esta Cuenca sobre la que conviven 
55 partidos de la Provincia, lo que representa 1.500.000 habitantes, a lo lar
go de sus 170.000 Km2 (más de la mitad de la superficie bonaerense).
Entonces, ¿por qué recurrir a profesionales ubicados a más de 12.000 Km 
del país? ¿Por qué despreciar, una vez más, el plan propuesto a fines del
 siglo XIX por el ingeniero Florentino Ameghino, quien contempló, entre 
otras cosas, la derivación de las aguas dulces excedentes hacia zonas
 bajas y lagunas para crear reservorios? En síntesis, ¿por qué ir a buscar r
espuestas afuera cuando ya las tenemos en Argentina, desde hace más
 de 130 años? 
Sin ir más lejos, el propio Velazco hizo público un informe a raíz del último
 desborde del Río Quinto. En él, alertó sobre “las faltas de políticas planifi
cadas y de ejecución de obras hidráulicas acordes”, al tiempo que
 propuso “conformar un verdadero Plan Integral de Gestión Hi
dráulica a desarrollarse en unos 20 años”.
En este sentido, el ingeniero advirtió a nuestro diario que los $ 15.000
 millones de inversión anunciados ayer por Vidal son “ampliamente in
suficientes”. Así, el especialista recordó que ya antes de la deva
luación de diciembre, estimó un fondo de “US$ 22 mil millones (más 
de $321 mil millones) para atenuar las inundaciones” y agregó que la
 Provincia “habla de $1200 millones para solucionar la problemática en 
la Cuenca, pero se necesitarían más de US$ 9.600 millones (más de
 $140 mil millones)”.
La solución en manos argentinas
Para Velazco, no es necesario “importar” una solución a más de 12.000
 Km de la Cuenca, no hace falta “endeudarse con un negociado externo”, 
sino que se puede encontrar aquí, “ampliando aún más las sec
ciones de escurrimientos, partiendo desde la desembocadura del Canal
 15 en la Bahía de Samborombón,  y continuando por la denominada Etapa
 I; con los trabajos aguas arriba de la Etapa III, es decir aguas arriba de la
Laguna Las Flores Grande y hacia el límite provincial con Santa Fé”.
Sólo así -aseguró el ingeniero-, teniendo garantizado el adecuado en
sanche del Cauce del Río Salado, “se estará en condiciones de ejecutar
 un plan de canalizaciones que permitan transportar los escurri
mientos que involucren a todos los distritos afectados hacia el Cauce 
Principal”, y añadió que, además de las mejoras sobre cursos de agua
 existentes, previstas en el Plan Maestro Integral de la Cuenca del Sa
lado, “debe plantearse la ejecución de nuevas canalizaciones, como por
 ejemplo  un Nuevo Canal desde el Partido de Gral Villegas, que trans
porte los escurrimientos hasta desembocar en el Cauce Principal del Sala
do. Para esto, el Cauce Principal debe encontrarse preparado para recibir 
caudales adicionales”.
De lo contrario, alertó Velazco, las “obras parciales” trasladarían los proble
mas de un municipio a otro y desembocarían en lo que denominó las “gue
rras por el agua”.
“Como se ve -concluyó el especialista- las respuestas están, hace años que
 se sabe lo que hay que hacer. No tenemos que recurrir al extranjero para 
eso; sólo hay que tener voluntad política de solucionar la problemática y 
actuar en consecuencia”.
Las estimaciones en la provincia
Según estimaciones del gabinete bonaerense, los trabajos hídricos contem
plarían a ocho millones de personas y abarcarían, entre otros, construc
ciones de canales y terraplenes; obras de control; estaciones de 
bombeo y readecuaciones de puentes sobre cursos de agua.
Las obras se realizarían en las cuencas de seis ríos: Luján, Salado (Etapa 
IV- tramo 1 y Río V), Región Capital (La Plata, Berisso y Ensenada), Re
conquista, Matanza-Riachuelo y Areco.
Mucha agua y pocas soluciones
La intención de la gobernadora Vidal de ir a buscar ayuda al extranjero 
parece un déjà vu de lo ocurrido a mediados de los ’90, cuando el 
Ministerio de Economía bonaerense encargó a la consultora inglesa
 Sir William Halcrow & Partners la elaboración de un plan de recursos
 hídricos. El trabajo fue realizado entre 1997 y 1999 y costó U$S 
3,3 millones, financiados por el Banco Mundial. Los objetivos de lo que 
resultó ser el Plan Maestro Integral de la Cuenca del Río Salado eran
, entre otros, “mitigar los impactos negativos de inundaciones y se
quías”, pero casi tres décadas después los dramas continúan 
para millones de bonaerenses.
Entonces, como ahora, ya existía el título Las secas y las inun
daciones en la provincia de Buenos Aires. Obras de retención y 
no de desagüe (1884), publicado por Florentino Ameghino. Allí, el inge
niero criticaba las obras de canalización y sostenía la importancia de
 las obras de retención para la recarga de acuíferos y reserva para los 
períodos de sequía. 
Pero otra vez, la provincia vuelve a desoír las propuestas de exper
tos vernáculos, conocedores de las crecidas del Salado y tanto 
más cercanos que los gobernados por la reina Máxima de Holanda.

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