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miércoles, 6 de julio de 2016

La izquierda quiere sumar a los kirchneristas desencantados

La ex candidata a presidenta por el Nuevo Más difundió una carta en la 
que convoca a los “simpatizantes progresistas del kirchnerismo” a que
 se “unan a la izquierda”. "Sería lamentable que los trabajadores y los jó
venes que confiaron en el proyecto político K queden simplemente des
moralizados o que tomen como propias las 'conclusiones' que intenta 
imponer la derecha", señala Castañeira.
La izquierda quiere sumar a los kirchneristas desencantados
La consigna ya circuló en 2015 luego del cierre de listas, aunque no de ma
nera tan explícita. En aquella oportunidad, la izquierda esperó que los kirch
neristas que estaban disconformes con la designación de Daniel Scioli co
mo candidato a presidente del Frente para la Victoria se sumaran a sus pro
puestas que pusieron danza, a su entender, perfiles más progresistas y los acompañaran con el voto.

Ahora, sin más vueltas, la ex candidata a presidente por el Nuevo Más, Ma

nuela Castañeira hizo una convocatoria a través de una carta a todos los
 militantes kirchneristas que se sienten dolidos por los actos de corrup
ción que involucran a ex funcionarios del gobierno de CFK.

“Creemos que la única salida positiva a la crisis del kirchnerismo es por la izquierda”, indica en la misiva la dirigente y agrega que esa posición políti

ca es la “única que no está enchastrada en casos de corrupción y que no
 está constituida por ricos y millonarios como el PRO”.

“Por esto mismo, sería lamentable que los trabajadores y los jóvenes que

 confiaron en el proyecto político K queden simplemente desmoralizados 
o que tomen como propias las “conclusiones” que intenta imponer la de
recha”, señala y añade, en otro fragmento de la carta: “Invitamos a los 
simpatizantes kirchneristas que vienen cuestionando a sus dirigentes y
 empezando a ver los límites del “proyecto”, a que se unan a la izquierda”

CARTA COMPLETA

Carta abierta de Manuela Castañeira a los simpatizantes kirchneristas. Es

 hora de que te sumes a la izquierda

Desde mi partido –el nuevo MAS– queremos dirigirnos a ustedes para re

flexionar sobre los sucesos de las últimas semanas. La detención de José
 López, ex secretario de Obras Públicas, por un escandaloso hecho de co
rrupción generó un gran impacto político y abrió profundos interrogantes
 en amplios sectores de la sociedad. Sabemos que en este momento hay 
decenas de miles de personas, simpatizantes progresistas del kirchneris
mo, que se están replanteando muchas cuestiones en relación al proyecto
 político que venían apoyando.

No podía ser de otra manera, porque el enriquecimiento de López en base

 a la corrupción arroja un manto de sospecha sobre el conjunto de la direc
ción kirchnerista. Al contrario de lo que afirman Cristina y los principales 
dirigentes K, no parece convincente el argumento de que se trataría de un 
“caso individual”, de una “manzana podrida”. A nuestro modo de ver es, lamentablemente, algo mucho más profundo: un síntoma de una estructu
ra que está corrompida desde sus cimientos.

No es cuestión de hacerse aquí eco del conjunto de denuncias (más o

 menos incomprobables) que destapan ciertos periodistas y medios de comunicación, el macrismo y Cambiemos u otros sectores netamente 
gorilas. Se trata de una evidencia muy concreta de que la dirección kirch
nerista utilizó su poder sobre el aparato estatal para llevarse millones y
 millones. Y eso significa que estafó políticamente, en primer lugar, a los
 propios simpatizantes kirchneristas, que creían honestamente en esa co
rriente política como el camino para mejorar la situación del país y de
 los más desfavorecidos.

Para comprender mejor el caso López, basta con mirar cómo viven varios

 de los más connotados representantes del kirchnerismo. Casas en Puerto 
Madero, en Nordelta o en otros barrios de millonarios. Mansiones en el sur
 del país. Cadenas de grandes empresas. Salta a la vista que referentes de
 primera línea como Scioli o Boudou se parecen muchísimo más a “la oli
garquía” que al pueblo trabajador. La misma familia Kirchner es una fami
lia de empresarios con poderosas inversiones.

El crecimiento patrimonial de todos los funcionarios K tras su paso por

 el Estado es un hecho indiscutible. Esto entra en contradicción directa
 con el discurso “nacional y popular” de todos estos dirigentes. No se
 puede afirmar “estar del lado de los de abajo” y vivir como los grandes
 patrones, con semejantes privilegios. En este sentido, no queda otra
 que concluir que los dirigentes kirchneristas han sido profundamente 
hipócritas; sólo se los podría justificar desde argumentos cínicos (del 
tipo “robo pero hago”) que sabemos que no son los de la abrumadora 
mayoría de aquellos que confiaron en “el proyecto”. El problema de la 
corrupción está íntimamente ligado al de las perspectivas políticas y so
ciales de los dirigentes kirchneristas.

Su objetivo, el núcleo de su proyecto, no fue ni es transformar la socie

dad de raíz acabando con las grandes desigualdades de la sociedad ca
pitalista, sino adaptarse a lo existente en función de conseguir “lo posi
ble”… Pero adecuarse a lo existente significa adaptarse a esa misma 
desigualdad y reproducirla. El kirchnerismo no “combatió al capital” sino
 que hizo de árbitro para que los capitalistas pudieran enriquecerse (¡y
 más que nunca!), pero intentando evitar que eso llevara a grandes cho
ques sociales como los de 2001.

Esto no impidió, de todas formas, que se llevaran adelante o dejaran co

rrer graves acciones represivas, como el asesinato de Carlos Fuentealba
 y Mariano Ferreyra, o la dura represión a luchas obreras de importancia
 como Gestamp y Lear, entre otras. Es en ese rol de “árbitro” entre los
 grandes empresarios y sus intereses (y las necesidades de conjunto 
del sistema capitalista para su reproducción), que el kirchnerismo mon
tó un mecanismo de corrupción estructural, ligado entre otras cosas a 
las contrataciones del Estado (teniendo como protagonistas a persona
jes como López y De Vido).

Ese mecanismo estructural de corrupción sirvió para financiar el apara

to político K, al mismo tiempo que les permitió a sus dirigentes vivir co
mo grandes magnates. Es verdad que estos hechos innegables fueron instrumentalizados por la derecha a través de personajes como Lanata
 y de medios como el grupo Clarín, que intentaron aprovecharlos para 
llevar agua a su propio molino. Denunciaban la corrupción K (sea con
 hechos reales o ficticios, demostrables o indemostrables), con el obje
tivo de deshacerse de ese “arbitraje” que se volvió molesto para los 
capitalistas en momentos en los que la crisis económica empezó a 
apretar más.

El “arbitraje” K había cumplido su ciclo: logró su objetivo de recupe

rar la “normalidad” y la “gobernabilidad” luego de la crisis de 2001. El
 lockout del campo en 2008, los cacerolazos gorilas de 2012 y las cam
pañas furibundas de ciertos medios contra el kirchnerismo tuvieron 
precisamente esa motivación: volver a la plena libertad de mercado pa
ra enriquecerse sin árbitros (que además se llevaban también su parte
 con las “propinas” de los funcionarios corruptos). Sin embargo, la uti
lización por parte de la derecha de la corrupción K no debe hacernos
 perder de vista que esa corrupción es un hecho real y muy profundo.
 ¡Utilización más cínica aún cuando connotados funcionarios de Macri 
son fugadores seriales de capitales!

Para todas las personas que se consideran progresistas, la corrupción

 (el enriquecimiento al amparo del poder) es, debe ser, sencillamente
 inadmisible, injustificable. Por eso el escándalo de López abrió una pro
funda crisis moral en las filas del kirchnerismo, una crisis que pone 
en tela de juicio la confianza hacia sus referentes. Desde el nuevo 
MAS creemos que esto puede ser progresivo, revolucionario, si se 
sacan las conclusiones correctas de lo ocurrido. Creemos que la úni
ca salida positiva a la crisis del kirchnerismo es por la izquierda: de
 ahí que en la calles, en los barrios, en los lugares de trabajo, en las 
escuelas, muchos dicen que se acerca “la hora de la izquierda”, la ú
nica que no está enchastrada en casos de corrupción y que no está 
constituida por ricos y millonarios como el PRO.

Por esto mismo, sería lamentable que los trabajadores y los jóvenes 

que confiaron en el proyecto político K queden simplemente desmora
lizados o que tomen como propias las “conclusiones” que intenta
imponer la derecha. Para eso nos parece muy importante compren
der, resumir, qué es exactamente lo que está en crisis y cuáles son 
sus motivos. Nosotros sostenemos que lo que fracasó es un proyec
to basado en hacer algunas concesiones a los sectores populares 
pero sin grandes cambios estructurales en el capitalismo que domi
na nuestro país. El kirchnerismo, como los otros gobiernos latinoa
mericanos llamados “progresistas” o “nacionales y populares” de 
esta época (el chavismo en Venezuela, el lulismo en Brasil, Evo Mo
rales en Bolivia, etc.), centraron toda su política en conservar las 
grandes instituciones políticas y económicas existentes. No se tocó
la propiedad privada de las grandes fuentes de riqueza y poder.

Al mismo tiempo, se realizó un arbitraje puramente por arriba, desde

el Estado estructuralmente corrupto de nuestros países capitalistas,
 atrasados y dependientes. Esta política de ir por “lo posible” sin to
car los núcleos fundamentales del régimen existente es la que fraca
só y llevó a la crisis de todos estos gobiernos. Fracaso que es en to
dos los terrenos: grandes crisis económicas, escándalos masivos 
de corrupción, enorme desprestigio político y pérdida de apoyo de 
grandes sectores. Esa fue la base material para el avance de la dere
cha en todo el continente, avance que ha sido producto de la respon
sabilidad de estos gobiernos, que se desgastaron al no llevar adelan
te ninguna modificación estructural en nuestros países.

Por todo esto, insistimos, la salida a la crisis del “progresismo” de

be ser por la izquierda. Las corrientes de izquierda y socialistas co
mo el Nuevo MAS planteamos que la transformación de la sociedad
 debe ser profunda, y que debe tener como protagonistas a millones
 de trabajadores, de jóvenes, de mujeres, y a todos los que sufren bajo
 este sistema. Una transformación que debe ser desde abajo, desde las
 fábricas y los barrios, desde las facultades y colegios, desde las es
cuelas y los hospitales. Todo lo contrario a los proyectos que inten
tan reformar lo existente desde arriba, desde un Estado estructural
mente corrupto, arbitrando entre las grandes corporaciones. Y des
de abajo también, es como debemos unirnos y salir juntos a las ca
lles para derrotar al reaccionario gobierno de Macri. En esto también
 está en bancarrota el kirchnerismo: llamar a esperar al 2017 en vez
 de salir unidos a la calle aquí y ahora sólo puede hacerle el juego a
 Cambiemos para que haga pasar lo sustancial de su plan de ajuste.

Por todas estas razones, invitamos a los simpatizantes kirchneristas 

que vienen cuestionando a sus dirigentes y empezando a ver los lími
tes del “proyecto”, a que se unan a la izquierda. Debemos pelear jun
tos para pararle la mano al brutal ajuste macrista y para poner en pie
 una alternativa de los de abajo. Una alternativa que supere todas las
limitaciones del “progresismo” reformista y de sus referentes corrup
tos en un sentido que vaya más allá del capitalismo, que sea socialis
ta. ¡Salgamos todos juntos a las calles para pararle la mano al reac
cionario gobierno de Macri! ¡La salida es por la izquierda: sumate al 
nuevo MAS! 

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