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lunes, 8 de agosto de 2016

Desde el mangrullo ¿Cómo es la gestión de Martín Yeza?

Pintón con un look modernoso de “recién me levanto de dormir”, de
 buen “pico”, parece que además de haber “mandado en cana” a un
 Comisario, no ha hecho mucho por la Seguridad de Pinamar, a punto
 tal que una publicación tomo relevancia, se pregunta ¿Quién gobierna
 Pinamar?. Tal como sucede en mi laburo, “alguien” allegado al Oficia
lismo, me contrató para hacer una somera investigación.

Hace más una década atrás Pinamar estaba “blindada” periodística

mente, era el refugio de grandes empresarios, políticos y figuras del
ambiente artístico, pero las nuevas corrientes culturales (llamesé po
pulismo) con su ingreso de billetes “ frescos” y su afán de ocupar lu
gares reservados anteriormente para la oligarquía, hizo que esta se 
desplazase a Mar de las Pampas, Costa Azul y las Palomas (también
 los barrios privados del Partido de La Costa), ya que incluso “inva
dieron” Cariló
Pinamar perdió el toque chic, que tenía la Avenida Bunge, y comenza
ron los escándalos políticos (Altieri y las viviendas, un Intendente pi
diendo dinero a los boliches, destitución, y una suceción de ignotos 
Intendentes, lo llevaron a las últimas elecciones donde Martín Yeza, en
carando un personaje de joven político del Pro retorna de CABA, don
de tiene su anclaje (eterno estudiante nunca recibido) para competir y 
ganar las elecciones para Intendente…”
Decidí pasar un fin de semana en la casa de un viejo residente de Pina

mar, quien al saber que iba para allá, me convenció para que ocupase 
el chalecito de huéspedes que tiene en el límite con Cariló… así que el
 viernes por la tarde hice los cincuenta y pico de kilómetros en un auto
 prestado hasta el lunes, y me fui rumbo a Pinamar…
Apenas ingresé noté el cambio, hay un notorio desgaste de comercios,

 un flujo diferente de gente, y hasta en los pequeños detalles se nota 
que se ha “popularizado” perdiendo ese toque elegante de los viejos 
tiempos…
Me encontré con mi amigo, una especie de Anthony Quinn, con sus pil

chas de hilo peruano, su sacón tejido con lana gruesa, sus borcegos y
 su sombrero australiano, parecía un personaje salido de una película 
de la frontera mejicana…
Tomamos un café y me condujo hasta el “chalecito´, una construcción

 de los años 70, solida, enclavada en un parque de pinos, césped, y
 grava en el camino todo perfectamente estudiado y donde detrás de
 la construcción hay una pileta climatizada rodeada de una inmensa 
carpa que conecta con la vivienda…
Entramos y el hogar encendido al máximo daba una imagen placente

ra, a los pisos de madera, con finas alfombras de tejido incaico, marco
 interesante para sillones muy cómodos de respaldos altos… mesa ra
tona de roble de considerable tamaño, y un barcito (digno de un Hotel 
de 5 estrellas) completaba el mobiliario, con paredes de grandes ven
tanales y pesadas cortinas. Una ancha escalera llevaba a los dormito
ios y un pasillo a la espaciosa cocina, donde mi anfitrión simplemente 
me señaló la heladera que estaba colmada al igual que las alacenas…
Sirvió un trago en finos vasos de cristal tallado y nos sentamos junto

 al fuego, despuntando los recuerdos, y preguntando por amigos… y 
amigas por ambos conocidas… Me miró largamente y pareció satisfe
cho por lo que vio, así que dijo:
Amigo – Te podes quedar todo el tiempo que quieras, e invitar a quien

 quieras, es más si te sentís solo señaló una agenda, podes llamar pa
ra que en veinte minutos tenga la compañía que desees… y ni se te o
curra pagar nada… está todo pago.
Yo – Me abrumas con tu generosidad…
A – Sabes muy bien que no lo hago con todos, con una habitación de 

uno de mis hoteles, puedo quedar muy bien. Enfrente está Belisario, a
 quien ya informé de tu visita, y que a cualquier hora podes requerir 
sus servicios, en la agenda también está el teléfono…
Yo – Me encargaron…
A – Si ya se… un informe sobre el pibe (Martín Yeza) el y su familia era

 de la tropa de Altieri… yo me opuse a su candidatura, porque “ya no 
es de Pinamar”, hace muchos años que dejó de serlo y se transformó 
en tipo que quiere seguir teniendo imagen de pendejo… eso está bien 
para CABA, y los boliches de la noche, pero no para un Intendente…
Yo – Bueno pero si la gestión es buena…
A – Este Municipio necesita primero erradicar a los chorros que Uds. 

echaron del Partido de La Costa, hay que refundar Pinamar para que 
vuelva a ser la ciudad de la gente con guita, poca gente con mucha gui
ta… y gente comiendo pachos y pizza, ese no es el público de Pinamar…
Yo – Pero como es la gestión…
A – No se puede ser Intendente llegando al mediodía a la Municipali

dad como si fuese el “negocio de papá”, no te podes ir a “mostrarte”
 y “hacer rostro
 en los canales de Televisión” cuando hay problemas graves para re
solver en el Municipio… No es un mal pibe… pero tiene sus raíces en
 Buenos Aires, no está preparado para ser Intendente de Pinamar, y 
esto no lo digo yo, cuando salgas a la calle y converses con la gente 
(cosa que haces muy bien) te vas a dar cuenta que no exagero…
Se levantó me dio un manojo de llaves y indicó la contraseña de la alar

ma. Después montó en su viejo Jeep de la segunda guerra mundial (to
talmente modernizado) y se alejó hacia el centro…
Tenía todo un fin de semana para hacer la evaluación, el auto en el ga

raje, recorrí las habitaciones, me preparé un sándwich de jamón de cier
vo en pan negro con un aderezo medio picantón, abrí una cerveza y me
 puse a leer el legajo de Martín Yeza Intendente de Pinamar…

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