Con la victoria de Donald Trump no sólo se modifica el escenario
internacional, sino también el nacional y el de la Provincia. ¿Cuáles
son las principales consecuencias que impactarán en el territorio
bonaerense?
Unidos. La llegada de un jefe de Estado republicano altera el orden
del producto demócrata para la política exterior. La Argentina en
general, y la provincia de Buenos Aires en particular, no están ajenas
a estas circunstancias.
No obstante, más allá de las preferencias particulares, lo cierto es que
el gobierno bonaerense poco y nada puede hacer para modificar el
feedback que desde el país del norte decidan tener con la Provincia.
¿Por qué? Básicamente porque esa facultad está circunscripta a un
estamento superior: el que conduce Mauricio Macri y la muñeca diplo
mática que tengan junto a la canciller Susana Malcorra.
Con el apoyo explícito de nuestro Presidente a la campaña de Hillary
Clinton, distintos analistas internacionales se debaten sobre las posibles consecuencias que puedan recaer en el territorio bonaerense con el
triunfo del multimillonario americano. A priori hay dos grupos. En uno
se ubican aquellos especialistas que sostienen que con cualquiera que
hubiese ganado, el panorama no se va a modificar mucho. En el otro
están los referentes que aseguran que el triunfo de Trump perjudica las proyecciones de nuestro país con el gigante del norte y -por añadidura-
las que anida la Provincia.
No obstante, ambos polos tienen un lugar común que trae alivio a la
gestión de Vidal: las inversiones y los financiamientos que están com
prometidos en el terreno bonaerense están por fuera de la injerencia
política del nuevo mandatario estadounidense y no corren peligro. La
mala noticia es el corte proteccionista que Trump le imprimirá a la ma
triz política económica de ese país, circunstancia atentatoria de futuras exportaciones que podrían salir de nuestra Provincia.
Entre aquellos analistas internacionales que no ven mayores diferen
cias se ubica Rut Diamint. “Argentina, para cualquiera de los dos po
líticos es irrelevante, y si Argentina es irrelevante, la provincia de
Buenos Aires es más irrelevante aún”, sostuvo la profesora e investi
gadora del CONICET.
Casi en el mismo sentido, el politólogo Gabriel Puricelli reconoció
que si bien existían diferencias notorias entre ambos candidatos,
aquellos aspectos económicos que pudieran afectar a la Provincia
confluían tanto en Donald Trump como en Hillary Clinton. “Para el
gobierno provincial es importante que en una etapa de consolidación
fiscal acceda al mercado voluntario con una deuda que se mantenga
baja. En ese sentido, el triunfo del candidato republicano puede
significar inestabilidad y una suba de tasas; pero, al mismo tiempo,
si ganaban los demócratas iban a tomar la misma decisión”, explicó.
Entre los referentes internacionales que se muestran más tajantes en
torno a un cambio rotundo de panorama para la órbita provincial se
encuentran Carlos Escudé y Anabella Busso.
Para Escudé, “el panorama es deprimente”, ya que “Trump es un tipo
que está opuesto a los tratados de libre comercio e integraciones y
quiere patear el tablero”. El analista internacional aseveró que “el
cambio de paradigma que instauró Macri junto a Obama en las relacio
nes bilaterales vuelven a foja cero, y eso arrastra a cualquier provincia”.
En tanto, la máster en Ciencias Sociales de FLACSO, Anabella Busso,
apuntó que “el desafío que viene es ver si el gobierno de Macri va a
lograr que se concrete el programa de inversión de las empresas
norteamericanas en Argentina”. De no ser así, “el mayor impacto lo
sufre la provincia de Buenos Aires, porque una mayor cantidad de
industrias iban a estar radicadas acá”.
Además, la analista puntualizó que con la victoria de Trump se abren
lobbies en contra de las exportaciones de carne de Argentina hacia
ese Estados Unidos, cuestión que también atenta contra las pretensio
nes de los bonaerenses.
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