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viernes, 4 de agosto de 2017

Wall Street pronostica crecimiento 2017/2018, pero dice que podría frustrarse sino hay más ajuste

LPOUn triunfo de Cristina acotaría la capacidad de implementar 
reformas de fondo y descarrilaría la deuda.
Télam
La calificadora de riesgo Moody's consideró que de las 15 grandes empresas argentinas que evalúa la mayoría mostrará algún signo de recuperación para el año que vienes gracias al mejor desempeño 
del país, aunque advirtió que "los desafíos persisten". Es que para
 que cierre el plan del Gobierno de ajuste gradual es necesario cre
cer al 3% por al menos los próximos tres años.
En lo que a la macroeconomía argentina respecta, Moody's adelantó
 que 2017 terminará con un crecimiento del 3% y 22% de inflación;
 para 2018 proyectó 3,5% de crecimiento con los precios evolucionan
do al 15%. Este es el punto más llamativo, incluso con un tipo de cam
bio atrasado, la calificadora considera que el año que viene será el 
primer año no-electoral sin caída del nivel de actividad.
"La baja en la inflación esperada será crítica para el mejor ambiente 
económico y para los márgenes operativos de las empresas, de modo
 tal que permita trasladar los costos a los consumidores. Si bien el re
ciente acceso a los mercados internacionales tras el default ha 
permitado a algunas companies roll-ovear vencimiento en el Merca
do internacional a mejores tasas, la mayoría de los emisores (de deu
da) argentina siguen dependiendo del mercado local para el corto plazo".
En este contexto de crecimiento con menor inflación "y menor volatili
dad cambiaria", Moody's consideró que las empresas tendrán una 
oportunidad ideal para mejorar la calidad de sus compromisos y pasar
 la calificación B3 (de activo riesgoso). En especial, consideró que la
 política de impulso a la construcción le genera las condiciones más 
provechosas para mejorar su perfil deudor a las grandes constructoras
 y también a las grandes proveedoras. Otro tanto para las empresas de telecomunicaciones, que a partir de enero de 2018 contarán con un mar
co regulatorio que les permitirá ganar escala.
Por el contrario, la calificadora advirtió que las energéticas y petroleras
 se verán afectadas por los bajos precios internacionales del crudo al 
momento de la equiparación del precio local y el internacional, pero no
 por eso anticipó restricciones financieras para ninguna de las principa
les operadoras del país. La única empresa que no podrá aprovechar es
te mejor clima de negocios será Electroingeniería, cuyos flujo de ingre
sos depende fuertemente de las postergadas represas hidroeléctricas 
de Santa Cruz.
Para las empresas vinculadas al consumo interno, Moody's proyectó
 un buen 2018 gracias a la recuperación de los salarios reales conforme
 baje la inflación. No obstante, puntualizó que la apertura comercial in
crementará la competencia externa. Y distinguió que el consumo de 
bienes durables seguirá enfrentando condiciones de demanda adversas
 porque los costos crediticios seguirán elevados para los consumidores.
En este sentido, e informe de Moody's da por hecho que el Gobierno de
 Mauricio Macri podrá continuar con su programa de gobierno luego de
 las elecciones. Pero, otra agencia calificadora de riesgo, Fitch, difundió
 un documento en el que  se permite dudarlo. Al respecto, advirtió que
 los avances en materia de reordenamiento macroeconómico quedaron 
en suspenso por el calendario electoral. No solo eso, si el resultado de 
lo comicios tentara a los políticos a rever el programa de reformas es
tructurales, alertó, que el plan se descalabraría por el lado de la deuda.
La encrucijada del plan de Macri ya la atravesaron otros países. Rajoy 
en España encaró un programa similar de modernización del Estado, 
reordenamiento del gasto y reforma laboral. Y aunque tras la crisis, la 
economía española volvió a la senda de crecimiento y está creando em
pleo, Rajoy continúa con niveles bajos de popularidad.
El desafío de Macri será comenzar a implementar esa agenda ya sin la 
espalda política con la que comenzó Rajoy, por eso, contrario al relativo
 optimismo de Moody's, Fitch alertó que "la depreciación de casi 10% 
del peso desde mediados de junio ha planteado una prueba".
"Los contratiempos políticos y sociales plantean retos al cambio de 
política más amplio, ya que aún no parece haber obtenido un amplio 
apoyo" destacó Fitch y advirtió que las elecciones  del 22 de octubre 
"podrían tener implicaciones políticas importantes como un posible 
referéndum sobre la transición política. El resultado podría afectar el 
apetito político por los ajustes restantes, o podría afectar el sentimien
to de los inversores y, a su vez, la flexibilidad de la financiación sobe
rana y las perspectivas macroeconómicas".
‘Los obstáculos políti
cos han frenado el pro
greso en los ajustes de
 la política fiscal y 
salarial y en las refor
mas estructurales.
 Las elecciones inter
medias podrían poner
 a prueba la durabili
dad del proceso de 
ajuste frente a un con
texto político desafian
te', observó Fitch.
"Los vientos políticos han obstaculizado el ajuste fiscal. El gobierno está encaminado para alcanzar su objetivo de déficit primario del 4,2% del PIB en 2017 después de haber superado sus objetivos en los dos primeros trimestres de 2017. Sin embargo, este objetivo es modesto, habiendo sido relajado el año pasado a un nivel que casi no requiere En la reducción del déficit primario desde su nivel de 2016 (4,3% del PIB). En el contexto de los crecientes costos de intereses, esto también permite un aumento del déficit fiscal total (la métrica pertinente para los préstamos soberanos y la dinámica de la deuda)", remarcó Fitch.
Por último, el documento enfatizó que el déficit redundará en mayor endeudamiento externo ya que "la emisión externa no puede ser mucho menor que la prevista para 2017, que es U$S 12.750 millones, más un acuerdo de recompra bancaria de U$S 6 mil millones".
Como la deuda es moneda extranjera, cada vez que el dólar sube el dó
lar también aumenta la cantidad de pesos que el Estado debe destinar 
a cancelar sus obligaciones, por eso Fitch advirtió que "la reciente
 depreciación del peso también se suma a los desafíos fiscales, lo que
 refleja la fuerte dependencia de la Argentina en financiamiento en
 moneda extranjera. Revela una trayectoria ascendente más pronun
ciada de la deuda pública al PBI y los costos de interés, revirtiendo el 
efecto halagador que la apreciación real del peso tenía anteriormente 
sobre estas métricas". 





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