Después de confirmarse el triunfo de Unidad Ciudadana por escaso
margen, cómo buscará el kirchnerismo mejorar en el interior, donde
algunos alcaldes amenazan con militar sólo la boleta local, y cómo
Cambiemos tratará de subir en el Conurbano.
margen, cómo buscará el kirchnerismo mejorar en el interior, donde
algunos alcaldes amenazan con militar sólo la boleta local, y cómo
Cambiemos tratará de subir en el Conurbano.
edulcora a la militancia K, pero el margen escaso con respecto al
segundo agrió un poco la expectativa de una mayor diferencia,
que le permitiera a Unidad Ciudadana otra comodidad de cara a
las generales del 22 de octubre.
Con la derrota consumada, en Cambiemos se resisten a apagar el
fervor de la noche del 13 de agosto, cuando simularon una victoria,
y ven en el 0,21 por ciento de distancia entre la expresidenta y Es
teban Bullrich un “empate técnico”, con amplias chances de conver
tir en favorable.
Cristina Fernández tiene el mayor respaldo en el populoso Conur
bano, sobre todo en las regiones más postergadas; y la fortaleza
de Cambiemos está en el interior, con sus ciudades grandes inclui
das. Entonces, sin descuidar lo que ya se ha conseguido, es clave
para ambos frentes electorales mejorar en las regiones donde apare
cen débiles. Y nada mejor que empezar por casa, es decir, empujar a
los intendentes propios que no anduvieron bien en las PASO a que
se comprometan a levantar la puntería en octubre. Allí, los desafíos
se tornan complejos, disímiles y capaces de disparar rebeldías, prin
cipalmente en el panperonismo.
Los frentes encabezados por Sergio Massa y Florencio Randazzo que
daron seriamente heridos en el primer turno electoral, las pesas tienen
demasiada carga para poder levantarlas en toda la Provincia, y ven
rondar los buitres sobre sus cabezas.
Tanto 1País como el Frente Justicialista Cumplir son vistos por los
ganadores como fuentes para nutrirse de más votantes. El desafío
para Unidad Ciudadana y Cambiemos es alimentarse de allí sin que el
rival haga lo mismo, para evitar que se neutralicen las ecuaciones.
UNIDAD CIUDADANA EN EL INTERIOR
Con la estrategia de posicionar la campaña en los términos de “elegir
el tercer senador” y plantar la grieta entre Jorge Taiana o Gladys Gon
zález, el kirchnerismo volverá a centrar sus cañones en el Conurbano,
donde también se les exige a algunos intendentes que mejoren la per
formance de agosto, aun cuando hayan ganado. Es que en varios dis
tritos la diferencia no fue la calculada.
Para los alcaldes del Gran Buenos Aires, el desafío aparece menos
complejo que para sus colegas del interior. Mientras los primeros bus
carán sumar caudal a la base electoral de la expresidenta y exhiben vic
torias en las PASO, los de la Provincia agropecuaria, en muchísimos
casos, deben revertir una situación de derrota que compromete a sus
propios concejos deliberantes.
“Cristina nos barrió”, sentenció ante La Tecla un jefe comunal del cora
zón bonaerense, que reconoció estar “como turco en la neblina”, sin
saber qué ha-cer para dar vuelta un duro panorama local post primarias.
Otro intendente, acosado por la inundación, dijo que ni siquiera esa
situación podría afectar el voto de Cambiemos. “El agua se va a ir en al
gún momento, y el campo no se olvida de algunas cosas que pasaron
durante nuestro Gobierno nacional”, lamentó.
La muestra de descontento quedó plasmada en el acto de La Plata, don
de se festejó el triunfo a senador nacional de Unidad Ciudadana. Más de
40 alcaldes adhieren a este frente, pero sólo 19 estuvieron para escu
char en vivo a la exmandataria en el club Atenas. Del interior dijeron pre
sente nada más que Francisco Durañoña (San Antonio de Areco), Pablo
Zurro (Pehuajó), Héctor Olivera (Tordillo), Gustavo Cocconi (Tapalqué) y
Juan Carlos Gasparini (Roque Pérez).
Casi al unísono hubo encuentros entre intendentes peronistas que no
asistieron al acto (incluso algunos cuyos triunfos no correrían riesgos),
donde de la catarsis por lo sucedido en las primarias se pasó a buscar
una estrategia conjunta para, por lo menos, salvar la ropa propia. “La
gran mayoría va a reforzar la campaña local, vamos a poner todo el es
fuerzo en la lista de concejales”, contó a este medio un jefe comunal
cuya nómina quedó debajo de Cambiemos en las PASO.
No debería extrañar que librerías del interior se provean en los próximos
días de guillotinas y tijeras. “Si nos piden la cortada, vamos a dar la cor
tada”, se sinceró un intendente ante la imposibilidad en su distrito de lle
var los niveles de votantes de Cristina a los que él necesita para no per
der la mayoría en el Concejo.
En el búnker K saben de este inconveniente, y es por ello que algunos
de los asistentes al acto de La Plata aseguraron que parte de la estrategia para el interior va a ser, precisamente, tratar de contener a los jefes comunales propios, fomentando la obra que han hecho en sus distritos. En síntesis: que sean ellos los que traccionen hacia arriba, y no al revés, como sucedería en muchos de los municipios metropolitanos.
CAMBIEMOS Y EL CONURBANO
María Eugenia Vidal se expondrá aún más, Mauricio Macri visitará con mayor asiduidad la Provincia, y el muestreo de obras será constante, mientras se agiganta la grieta con la dicotomía “sigamos el camino del cambio o volvamos al pasado”. En rasgos generales es la estrategia del oficialismo, rendidora en las clases altas de la zona norte del Conurbano, en la Provincia agraria y en sectores me-dios de las grandes ciudades, sobre todo del interior. ¿Pero alcanza para vencer en octubre con la diferencia que el oficialismo pretende?
En los laboratorios PRO, a nadie escapa que la elección de Esteban Bullrich para enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner tuvo evidentes errores de cálculo. Lo dejó demasiado en evidencia que la lista encabezada por Graciela Ocaña sacara unos 31.000 sufragios más que la de senadores, y además fuera la más elegida entre todas las categorías.
También se analiza con lupa la actuación en cada uno de los distritos en los que el gobierno local es de Cambiemos y la performance estuvo debajo de la esperada. Incluso hubo advertencias a dirigentes del interior en este sentido.
El foco está puesto en el Conurbano, y tiene varias aristas. Una es tratar de revertir los resultados en comunas en las que se perdió a pesar de que el jefe comunal es de Cambiemos, como Quilmes, Berisso, Pilar y General Rodríguez.
Otra es trabar el crecimiento de los caudillos peronistas. “Sabemos que es difícil, pero en algunos lugares tenemos que tratar de quebrar el voto de ella (por Cristina), porque en ese caso vale doble aun cuando no vaya para nosotros”, expresó a La Tecla uno de los armadores del espacio en la Provincia.
Y reconoció que a los alcaldes les han pedido “hacer valer la tenencia del municipio”. Dicho así suena elegante, pero no es más que apostar al voto clientelar, “recordarle” al vecino quién le sostiene el plan o la cooperativa de trabajo, por nombrar solamente dos ejemplos.
En las intendencias donde al gobierno municipal lo ostenta otra fuerza, el macrismo elabora el plan de acción en base a un dato estadístico: “entre las elecciones primarias y las generales, los intendentes del Partido Justicialista siempre han tenido un crecimiento, porque recorren más y van a los lugares donde no tienen el voto seguro”.
El antídoto que ensayan es ir a pelearles los electores de los “barrios bajos”, allí donde el kirchnerismo tiene sus cimientos. Quizá sin demasiada ilusión de robarle esos apoyos, pero sí generando para los intendentes una preocupación que los tendría entretenidos y concentrados en esos sitios, quitándole tiempo a la expansión.
“Que (Martín) Insaurralde no se preocupe por mejorar el centro de Lomas de Zamora, sino en no perder votos en Cuartel Noveno”, ejemplificó un miembro de la mesa política bonaerense.
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