Hace poco menos de dos años el tema de las tarifas también estaba
en boca de todos los medios debido a los importantes aumentos
propuestos por el gobierno. Si bien todos concuerdan con que el
ajuste es algo lógico y necesario en una economía inflacionaria
como la argentina, la discusión sobre cómo hacerlo y cuánto modi
ficar sus valores sigue generando un gran debate.
en boca de todos los medios debido a los importantes aumentos
propuestos por el gobierno. Si bien todos concuerdan con que el
ajuste es algo lógico y necesario en una economía inflacionaria
como la argentina, la discusión sobre cómo hacerlo y cuánto modi
ficar sus valores sigue generando un gran debate.
Si pensamos a los valores de las tarifas desde un punto de vista más
estructural de la economía, un aspecto importante para determinar si
los ajustes son pertinentes consiste en observar la evolución de los
precios de las mismas desde 2002 hasta la actualidad y compararlos
contra la evolución de los precios de la economía. Si bien esta mira
da no contempla la evolución de los costos de generación, transmi
sión, distribución y comercialización, brinda una perspectiva intere
sante de largo plazo.El gobierno sigue firme en su posición intentan
do acercar rápidamente el valor de las tarifas al verdadero costo real
de los servicios. Detrás de esta idea no sólo está el objetivo de mejo
rar la capacidad de generación de energía del país sino también el de
virar hacia una visión más federalista del costo de los servicios
públicos y, por supuesto, la reducción del déficit fiscal ya que los
subsidios económicos representan una gran proporción del déficit
y su disminución contribuiría para alcanzar la nueva meta fiscal.
estructural de la economía, un aspecto importante para determinar si
los ajustes son pertinentes consiste en observar la evolución de los
precios de las mismas desde 2002 hasta la actualidad y compararlos
contra la evolución de los precios de la economía. Si bien esta mira
da no contempla la evolución de los costos de generación, transmi
sión, distribución y comercialización, brinda una perspectiva intere
sante de largo plazo.El gobierno sigue firme en su posición intentan
do acercar rápidamente el valor de las tarifas al verdadero costo real
de los servicios. Detrás de esta idea no sólo está el objetivo de mejo
rar la capacidad de generación de energía del país sino también el de
virar hacia una visión más federalista del costo de los servicios
públicos y, por supuesto, la reducción del déficit fiscal ya que los
subsidios económicos representan una gran proporción del déficit
y su disminución contribuiría para alcanzar la nueva meta fiscal.
Tomemos, por ejemplo, el caso de la Ciudad de Buenos Aires donde
los subsidios a las tarifas residenciales fueron los más importantes.
En el caso de la tarifa de electricidad, ésta se mantuvo en línea con
la inflación hasta el 2008, luego se congeló. Las tarifas de gas y agua,
por su parte, se mantuvieron constantes por más de 10 años, inician
do los ajustes en 2013. En el año 2015 las tarifas registraban un atraso
promedio del 80% respecto al índice de precios. A partir de entonces,
con la llegada del nuevo gobierno el ajuste fue muy importante,
especialmente en las tarifas de electricidad que se incrementaron
en promedio un 1.000% y lograron superar al IPC. En el caso de
agua y gas, el incremento también fue muy significativo (371% y
560%, respectivamente) pero todavía se ubican un 53% y 37% por
debajo del índice general de precios.
los subsidios a las tarifas residenciales fueron los más importantes.
En el caso de la tarifa de electricidad, ésta se mantuvo en línea con
la inflación hasta el 2008, luego se congeló. Las tarifas de gas y agua,
por su parte, se mantuvieron constantes por más de 10 años, inician
do los ajustes en 2013. En el año 2015 las tarifas registraban un atraso
promedio del 80% respecto al índice de precios. A partir de entonces,
con la llegada del nuevo gobierno el ajuste fue muy importante,
especialmente en las tarifas de electricidad que se incrementaron
en promedio un 1.000% y lograron superar al IPC. En el caso de
agua y gas, el incremento también fue muy significativo (371% y
560%, respectivamente) pero todavía se ubican un 53% y 37% por
debajo del índice general de precios.
La principal crítica del gobierno al proyecto de la oposición fue el impacto fiscal. El proyecto opositor proponía que las tarifas se retrotraigan a noviembre de 2017. Luego las tarifas residenciales se ajustarían en la misma medida que los hacen los salarios y las tarifas para las PyMEs lo harían en base a los precios mayoristas. Si bien la lógica del proyecto opositor era razonable, esto sería ideal en un contexto donde no haya subsidios importantes en los precios. En la situación actual, esta propuesta no permitiría el ajuste gradual de subsidios pretendido por el gobierno impidiendo así mejorar las cuentas fiscales y manteniendo inalterado el valor de las tarifas en términos reales.
Desde el Ministerio de Energía estimaban que la implementación de ese proyecto generaría un costo fiscal total de $170 mil millones en los próximos 2 años ($80 mil millones en 2018 y $90 mil millones en el
próximo año). Según un informe del IARAF, el costo fiscal en 2018 de
este proyecto sería del 0,7% del PBI, magnitud equivalente a la mitad
del esfuerzo fiscal requerido para cumplir la nueva meta de déficit
primario del 2,5% del PBI.
próximo año). Según un informe del IARAF, el costo fiscal en 2018 de
este proyecto sería del 0,7% del PBI, magnitud equivalente a la mitad
del esfuerzo fiscal requerido para cumplir la nueva meta de déficit
primario del 2,5% del PBI.
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