Primero fueron tres casos en inmediaciones de Mar de Ajó. Luego,
otro en jurisdicción de Villa Gesell. Y ayer, dos más aquí, en Punta
Mogotes y el interior del puerto. Aunque pudo haber repetición de
protagonistas, esta sucesión de varamientos de orcas en la costa
atlántica resulta al menos llamativa para los especialistas que,
con ayuda de fuerzas de seguridad, tuvieron que intervenir para
devolver al mar y mantener con vida a algunos de estos animales
. LA NACION hizo un repaso por cada uno de los casos hallados
durante el fin de semana.
Dos de estos mamíferos murieron, encallados en la arena. Los
restantes pudieron regresar aguas adentro, pero no se descarta
que en las próximas horas repitan el derrotero rumbo a tierra
firme. Desorientación o patologías son algunas de las hipótesis
que manejan los profesionales que conocen con mayor profundi
dad a estas especies marinas.
Los dos casos que se dieron ayer aquí fueron exitosos, al menos
en la maniobra de rescate y devolución al mar. Primero, muy
temprano, y ya con luz de día, el esfuerzo se concentró en la
bahía que separa el balneario 1 del complejo Punta Mogotes y el
parador Waikiki.
Hasta allí llegó personal de la Fundación Mar del Plata Aquarium
especializado en el rescate y rehabilitación de especies marinas.
También la Prefectura Naval Argentina, que, además, aportó
embarcaciones adecuadas. Y guardavidas, surfistas y transeún
tes ocasionales que, de paso por el lugar, dieron una mano para
empujar a la orca de más de cinco metros que estaba apoyada
sobre la arena húmeda y apenas bañada con el último esfuerzo
de las olas.
Primero en un contexto caótico, por querer hacer sin saber muy
bien cómo; luego, más organizados, con el arribo de quienes más
conocían del tema, una literal cadena humana tiró de las lingas
que posibilitaron que la orca lograra profundidad como para des
plazarse en el agua por medios propios.
Después de los aplausos que coronaron la labor de media mañana
, antes de mediodía había nuevo destino por otro animal similar
que ingresó en el puerto y terminó varado en costas del astillero
TPA. Otra vez las lingas, esta vez tiradas desde dos gomones de
la Prefectura, para derivarla al espejo de agua. Con esas mismas
embarcaciones le fueron cerrando el paso como para que su única
opción fuera salir de la terminal marítima. Minutos después del me
diodía, cruzó frente a los morros de las escolleras norte y sur y se
perdió entre las olas.
Profesionales de la Fundación Mar del Plata Aquarium lograron
tomar muestras de sangre para a corto plazo, pero ya sin margen
de intervención sobre el animal, saber si afrontaba alguna patolo
gía que la llevó a descansar sobre la costa. "Llevará su tiempo
conocer resultados", explicaron a LA NACION. Algo parecido
pudieron lograr sus pares de la Fundación Mundo Marino, de San
Clemente del Tuyú, que intervinieron en los varamientos de antea
yer en Mar de Ajó.
Sergio Rodríguez Heredia, biólogo del Centro de Rescate y Reha
bilitación de Mundo Marino, confirmó que pudieron devolver al mar
solo a una de las dos orcas que encallaron en sus cercanías. La
otra murió. "No podemos arriesgar cuál es el motivo de estos com
portamientos, pero sí asegurar que por lo menos es llamativo que
se den tantos casos en tan poquitos días", explicó a LA NACION.
La seguidilla comenzó el viernes por la noche, con el varamiento
de de tres orcas en Mar de Ajó. Una salió por sus propios medios,
otra con asistencia y la restante murió. Horas después llegó otro
aviso desde la zona de Faro Querandí, a pocos kilómetros del
primer punto de trabajo. Allí también encontraron una orca muerta
. Luego se constató otra en Villa Gesell.
Los especialistas no descartan que las dos rescatadas y devueltas
al mar en Mar del Plata puedan ser alguna o las mismas que tuvie
ron sus contratiempos en Mar de Ajó. Por descripciones, las asisti
das ayer aquí serían de menor tamaño: unos cinco metros contra
los casi seis y medio que asomaron en el Partido de la Costa.
Rodríguez Heredia explicó que con las muestras de sangre podrán
saber si padecían infecciones o alguna debilidad respiratoria. Tam
bién se tomaron muestras de tejido de los dos animales muertos. A
partir de la grasa, que es su protección ante bajas temperaturas,
se pueden determinar distintas afecciones. "Por ejemplo, presencia
de metales pesados u otros contaminantes", detalló el profesional.
Estos animales, cuyo nombre científico es Orcinus orca, tienen
presencia constante frente a la costa atlántica. Los especialistas
destacan dos variedades: una transeúnte, que se mueve mucho y
se alimenta de mamíferos marinos, como los lobos marinos que
recalan en puntos de la Patagonia. Y otra permanente, cuya dieta
está dominada por peces.
Sin la singular recurrencia de estos últimos días, los varamientos
se repiten por esta zona. Hace muy pocos días, los profesionales
de la Fundación Mundo Marino ayudaron a regresar al mar a una
ballena jorobada, en ese caso quizá sorprendida por una bajamar
repentina.
En Mar del Plata, apenas finalizada la temporada, una ballena de
gran tamaño había terminado encallada frente a los balnearios de
Punta Mogotes. Durante más de un día se trabajó para mantenerla
viva y devolverla a aguas profundas. Presuntamente enferma,
murió allí, en medio de ese intento.
Tres especies distinta
- Orca "transeúnte": Se mueve mucho y se alimenta de mamíferos
- marinos, como lobos marinos
- Orca "permanente": Básicamente, su dieta está dominada por el
- consumo de peces
- Ballena jorobada: Son las más vistosas porque dan vueltas en el
- aire cuando salen a la superficie a tomar aire
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