El Partido Justicialista volvió a Matheu tras la intervención y ensayó
una encendida defensa de la exmandataria. Otra vez pidieron por la
unidad programática, pero elevan el nombre de Cristina
una encendida defensa de la exmandataria. Otra vez pidieron por la
unidad programática, pero elevan el nombre de Cristina
El PJ nacional
parece ver lo que el resto no ve. A menos de un año del cierre de
listas, el conductor, José Luis Gioja, mantiene la esperanza de un
peronismo unido de cara a 2019. Al menos así lo manifiesta para el
afuera. Por si fuera poco, cada vez que puede ensaya eufóricas
defensas de la expresidenta Cristina Fernández, a quien muchos
apuntan como el límite para la tan promocionada “unidad programá
tica”.
parece ver lo que el resto no ve. A menos de un año del cierre de
listas, el conductor, José Luis Gioja, mantiene la esperanza de un
peronismo unido de cara a 2019. Al menos así lo manifiesta para el
afuera. Por si fuera poco, cada vez que puede ensaya eufóricas
defensas de la expresidenta Cristina Fernández, a quien muchos
apuntan como el límite para la tan promocionada “unidad programá
tica”.
y ancho del país. Algunos, a la espera de los movimientos de CFK,
como Agustín Rossi y Alberto Rodríguez Saá, y otros decididos a
jugarse sus fichas sin mirar las encuestas. Entre estos últimos, el
Peronismo Federal, que no sólo cuenta en sus filas al ya lanzado
Miguel Pichetto, sino que también anota a Juan Manuel Urtubey, Ser
gio Uñac, Juan Schiaretti y Sergio Massa, entre otros.
Pero en el PJ orgánico, la luz es Cristina, por quien no se puede decir
que ponen las manos en el fuego, pero sí que la bancan fuerte en este
complicado presente. “En el ‘55, al general Perón lo imputaron y
procesaron por 96 o 97 causas. No estuvo en el exilio porque se
quiso ir, sino porque lo fusilaban o lo metían preso, y luego todo
pasó; sabemos cómo terminó y el bien que le hizo a la Argentina. Hoy son otras las formas, pero podemos hacer la comparación”, expresó Gioja.
Más allá de las palabras ante la prensa, en el primer cónclave posin
tervención, los presentes escucharon con atención, como si se
tratara de una especie de Biblia, los párrafos de
El libro negro de la segunda tiranía, el título que en 1958 la Revolu
ción Libertadora le puso a un folleto propagandístico que buscaba
desprestigiar al peronismo y a los gobiernos de Perón que se exten
dieron entre 1946 y 1955. Para algunos de los presentes (no todos),
lo mismo que sucede actualmente con Cristina.
¿Es verdadera tal defensa? ¿O simplemente tiene que ver con que
es lo más conveniente? Días atrás, el jefe de Ga-binete bonaerense,
Federico Salvai, le decía a La Tecla que “desde que gobernamos
con María Eugenia (Vidal) veo a un peronismo tratando de ver cómo
escapa del kirchnerismo. En algún momento va a pasar, no sé si
será el año que viene o más adelante”.
Los números de la expresidenta son imbatibles para cualquier opo
sitor. Y aquellos que quieren renovar, aquellos que van en busca del
triunfo en 2019, lo saben con claridad; hoy no hay posibilidad de
despegue. Unidad de programas, de temas, sin nombres y un
sinnúmero de posiciones que al final siempre se chocan con CFK,
que, al igual que hizo en 2017, juega al misterio respecto de una
eventual candidatura. Y los demás esperan.
Por caso, el mencionado Rossi, olvidándose de aquello de la unidad
programática, señaló ante La Tecla en Vivo (Cadena Río, 88.7) que
“en el único caso que yo contemplo bajar la candidatura es si
Cristina es candidata”, resaltando luego que “la Justicia quiere
sacarla de la cancha política. La mirada es que Cristina y el espa
cio político cre-cen en las encuestas y el Gobierno está complica
do por la economía”.
Sí, Cristina crece en las encuestas, pero no así el espacio. Un
reciente sondeo del Grupo de Opinión Pública preguntó por el
preferido de los peronistas en caso de que la senadora nacional
no se presente.
Y el triunfo fue para la duda: la opción “No sabe/no contesta”
cosechó el 46,1 por ciento de los votos. El segundo lugar, llama
tivamente, fue para Sergio Massa, con el 14,4 por ciento; el tercero
quedó para Rossi, con el 9,4; y el cuarto, para Axel Kicillof, con el
7,6. Claramente, por amor o conveniencia, hoy por hoy, al PJ no le
queda otra que abrazarse a la “perseguida” CFK.
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