El debate podría complicar el presupuesto.
El elevado aumento de las cuotas de los créditos hipotecarios amenaza
con alterar el ríspido debate por el presupuesto de 2019, que Mauricio
Macri quiere tener sancionado cuanto antes para facilitar el nuevo
acuerdo con el FMI.
Los principales bloques de la oposición presentaron proyectos para
que los créditos otorgados bajo la modalidad de UVAs (Unidad de
Valor Adquisitivo) o UVIs (Unidad de Valor Inmobiliario) se actualicen
en función del coeficiente de variación salarial (CVS), el mismo que
pidieron tomar como referencia para subir las tarifas en la ley sancio
nada en mayo y vetada por Macri.
La nueva embestida avanza sin mucho ruido pero con un consenso
implícito que debería a preocupar a Cambiemos: en el Senado hay
un proyecto firmado por la mayoría de los senadores del bloque
Justicialista, liderado por Miguel Pichetto; y en Diputados otro rubricado
Pichetto y Agustín Rossi se repudian públicamente pero en este tema
parecen jugar de memoria. También hay otra iniciativa del diputado
Marco Lavagna, del Frente Renovador, que hace un año propuso
crear un fondo compensador para asistir a deudores incobrables.
Chocó con la resistencia de Luis Caputo, por entonces ministro de
Finanzas, que prefirió dejarle esa tarea al mercado de capitales,
confiado en que la nueva regulación, sancionada este año, poten
ciaría la oferta de seguros y derivados financieros, productos estrella
en Wall Street. Todavía no pasó.
En aquel entonces el dato que alarmaba era que las cuotas de las
hipotecas habían aumentado por encima de la inflación y del dólar.
Salvo en casos excepcionales, al menos una de las dos variables
viaja mucho más rápido que los salarios.
El precio de una UVAs y o UVIs es el equivalente a la milésima parte
del costo promedio de construcción de un metro cuadrado testigo
y se diferencian por su modalidad de actualización: las primeras
suben por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER, que
es la inflación medida por el Indec) y las otras por el Índice de
Valores de la Construcción (ICC). En ambos casos, un dato no menor
es que las fórmulas no sólo se aplican para retocar las cuotas sino
también el capital adeudado.
Federico Sturzenegger ideó las UVAs ni bien llegó al Banco Central,
pero el Gobierno las promovió por ley y prefirió que su precio oscile
según los valores inmobiliarios, atados a la devaluación y también a
la demanda, que crece mucho cuando el dólar está quieto.
El año pasado, los Bancos inundaron el mercado con estos productos
, siempre mediante una oferta tentadora: la primera cuota, casi siem
pre resultaba menor al alquiler de la vivienda. Pero con una devalua
ción del 100% y una inflación por encima de 40% este año los pagos
mensuales de los deudores se fueron a las nubes.
Según un relevamiento del Centro de Estudios de Economía Argentina
(Cepa), tomando como base un crédito a 30 años por US$ 80.000 (que
servía para adquirir un inmueble de US$ 100.000) la cuota subió casi
80% en dos años (de 5.353 a 9.543) y sólo en el último semestre se
incrementó un 11%.
Lejísimos de la variación de los salarios, que la oposición exige tener en cuenta y, si se une, puede imponer con una ley.
El tema es tan delicado que hasta la jefatura de Gabienete en su carta semanal a la ciudadanía necesitó dar explicaciones. "Es un sistema que permite cuotas más bajas que un alquiler, o hasta más bajas. Las dudas son infundadas", se defendió Marcos Peña y destacó que este año ya se otorgaron más hipotecarios que en 2017, aunque reconoció un freno desde la primera corrida bancaria de abril.
El proyecto de los senadores del PJ establece que recién "una vez que el CVS acumulado desde la fecha de ingreso al crédito alcance el de la moneda indexada, el ajuste
se efectuará por este último".
Y contempla que si los salarios crecen un 5% por encima de la devalua
ción, los Bancos podrán recibir una "prima adicional" equivalente a
1,5% de la cuota hasta cubrir ese defasaje.
Pero si los haberes no suben los deudores no podrán pagar cuotas más
caras y en tal caso compensarán la diferencia con aportes de un fidei
comiso, creado con hasta el 10% de las utilidades del Banco Central.
El proyecto del kirchnerismo en Diputados fue impulsado por Mónica
Macha y propone actualizar los créditos por el CER o el CVS, según cual
sea más beneficioso para el deudor.
Esta semana Macha realizó una audiencia con especialistas y entidades
de deudores hipotecarios, que alertaron sobre una posible burbuja si
el Congreso no interviene. Uno de los primeros en apoyar una revisión
al sistema fue Pablo Kosiner, presidente del bloque de los gobernado
res. Cambiemos deberá dar una respuesta durante el debate del presu
puesto. Que empieza el lunes.
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