Tamberos de la Provincia se manifestarán en las puertas de la fábrica
de La Serenísima, para rechazar las medidas adoptadas por la
gestión actual que ahogan a los productores.
“El Gobierno anterior (Cristina Fernández de Kirchner) nos declaró
traidores a la patria, con todo lo que eso significa. En el campo, en
las asociaciones y las confederaciones, no hubo una sola persona
que no haya votado por Cambiemos. Todos, todos votamos por
ambiemos”, dijo hace algunas semanas a La Tecla Andrea Passerini,
directora de la comisión de lechería de Carbap.
De esa manera, la productora tambera oriunda de Carlos Casares dejó
ver el malestar que existe en el sector para con las políticas tomadas
por Mauricio Macri. “Nosotros teníamos una vara alta, pero por lo que
ellos prometieron, y hoy tenemos retenciones a la leche. Es una cosa
de locos”, indicó.
En ese marco señaló que “hay cosas que duelen más cuando vienen
de la mano del amigo”. Conforme a lo expresado por Passerini, “hoy,
un tambo es insostenible. En 2017 cerraron el 2 por ciento de los
tambos, este año lleva 5,3 por ciento; pero dicen que es mentira que
hay tambos que cierren. El bendito relato llegó a la lechería”.
“La realidad es que no estamos contenidos, por nadie. Por acción u
omisión están buscando que los tambos cierren”, sentenció la espe
cialista. Por último advirtió que “ni esta administración ni la anterior
hicieron algo para que el tambero deje de ser un esclavo”.
En este contexto y cansados por la falta de respuestas, CARBAP llevará
adelante una medida de protesta que protagonizarán tamberos de la
Provincia en las puertas de la fábrica de La Serenísima, para rechazar
las medidas adoptadas por el Gobierno actual que ahogan a los
productores.
Se tratará de una asamblea, con el objetivo de avanzar en medidas
concretas y en un plan Lácteo Nacional para que el sector productivo
logre sortear la grave crisis y los constantes cierres de tambos.
Comunicado de CARBAP
Es la industria quien fija precios y plazo. Quien además define e
informa al productor, la calidad higiénica sanitaria y composicional
de su producto, no existiendo posibilidad legal de contrastarlo en
una instancia arbitral, siendo el productor de leche cruda el más
vulnerable de los eslabones de la cadena, ya que su producto es
perecedero y no puede retenerlo ni estoquearlo, y se ve obligado
a "aceptar".
Las asimetrías que existen dentro de la cadena láctea, en la que el
estado, el comercio y la industria ejercen de manera ostensible un
poder dominante sobre el de la producción primaria, se ven acentua
das hoy por el contexto económico, en el que sobresale la devalua
ción del último trimestre (y más de 100% en lo que va de este año) y
tasas de interés de referencia del orden del 60% que tornan imposible
financiar el capital de trabajo necesario para encarar siembras y com
pra de insumos. Esto en un negocio en el que en promedio, entre el
70 y el 85% de los costos del tambo están dolarizados. El contraste
con la industria, cuyo principal insumo es la leche, que cayó un 23,2%
en dólares.
El Estado ejerce una presión impositiva que en promedio supera el
40% en el producto final que adquiere el consumidor, el comercio y
la industria ajustan precios de compra y venta según necesiten, pero
el tambero sólo recibe unos pocos pesos de lo pagado en góndola.
Es clara la necesidad de construir un mercado institucionalizado de
leche cruda, que cuente con estandarización y diferenciación del pro
ducto y un verdadero precio de referencia en base a sólidos, con el
objetivo es terminar con esta inequidad en la cadena láctea.
La aceleración del cierre de establecimientos y el achicamiento pro
gresivo de quienes aún intentan sobrevivir se traduce en una liquida
ción de vientres alarmante; el aumento de la venta de vacas en produc
ción a frigorífico es la antesala de la final decisión de salirse del nego
cio definitivamente.
Y ese final se traduce en la pérdida de décadas de inversión, historias
de vida ligadas al trabajo en el tambo y familias en busca de un nuevo
destino hoy más incierto que nunca.
Hasta que las autoridades competentes no asuman esta realidad, no
habrá diagnóstico preciso ni solución real a este problema que en estas
horas se torna dramático. Y el argumento falaz de que "se trabaja para
el largo plazo" no debe confundirnos. Hoy la denominada "coyuntura"
refleja el hecho de que no existe la voluntad política para abordar las
estructurales asimetrías manifiestas de la cadena láctea.
Desde CARBAP, que representa a miles de productores lecheros de las
cuencas bonaerenses del oeste, abasto, mar y sierras y del este pam
peano, lamentamos el triste transcurrir de políticas que poco y nada
han generado para encarar las soluciones que imperiosamente necesi
ta el sector.
Es hora de empezar a cambiar en serio, si es que de verdad interesa la
lechería y su futuro, propiciando medidas concretas y urgentes para
detener el cierre de tambos y terminar con esta falta de respaldo a una
producción tan importante para el país.
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