peores resultados desde la crisis del 2001.
La tradicional encuesta de expectativas de ejecutivos que realiza
Eduardo D' Alessio en cada Coloquio de IDEA arrojó los datos más ne
gativos en muchos años. De los 232 empresarios consultados de forma
anónima -lo que le agrega una mayor veracidad a los datos relevados-,
el 50% considera que su rentabilidad caerá en los próximos 12 meses
, contra solo un 22% que cree que sus márgenes aumentarán.
Esto representa un salto mayor a 30 puntos respecto al resultado de la
encuesta del 2017 que había arrojado los datos más positivos en 23 años.
La contraposición entre las expectativas del 2017 y la realidad fue más
que contundente. Según D' Alessio, ambas variables no suelen diferir significativamente, pero en este caso el optimismo reinante chocó con
la peor evaluación de los empresarios respecto a un semestre desde la
crisis del 2001.
Paralelamente, la baja en los márgenes de utilidad de las empresas está
dado por la imposibilidad de incrementar sus precios al ritmo de la
inflación. El 27% manifestó que sus precios subieron entre 5 y 9 puntos
por debajo de la variación inflacionaria y el 19% ratificó que esta diferen
cia fue mayor a los dos dígitos.
"La crisis fue mucho más fuerte de lo esperado. Si bien la devaluación
se sabía que era inminente, se hizo de una forma completamente desor
denada y tuvo una violencia extrema", indicó el economista Miguel
Kiguel, uno de los oradores de la presentación de la encuesta.
Aún así, el 56% piensa que lo peor ya pasó y que en los próximos
seis meses mejorará la situación económica. Esto se justifica por
una gran expectativa de aumento de inversiones a partir de la fuerte
devaluación de la moneda. De hecho, el 51% apuesta a que sus
ventas externas se incrementarán contra solamente un 8% que opina
lo contrario.
No obstante, este crecimiento del sector externo se daría por una
mayor utilización de la capacidad instalada y no producto de incre
mentos de inversión, ya que el 39% de las firmas tiene previsto redu
cir sus gastos en este concepto y un 43% espera mantenerlo en el
mismo nivel.
El empleo fue otra de las categorías que marcó previsiones muy
pesimistas, dado que sólo el 21% de los empresarios respondió que
aumentará su dotación de personal contra un 32% que subrayó lo
opuesto, otorgando el índice más alto hasta por el menos el año 2007
donde terminaban los datos brindados en esta categoría.
Por otro lado, el 80% manifestó haber tenido problemas con los plazos
de cobranza en el último período y el 44% cree que esto empeorará
todavía más en el siguiente semestre, lo que marca uno de los gran
des efectos de la suba de tasas de interés que ya supera el 72%.
"Como respuesta a la suba de tasas las firmas están bajando sus
inventarios para hacerse de liquidez. Pero falta muy poco para que
ya hayan liquidado todos los stocks y se queden sin dinero, sin
stock y sin insumos", advirtió D' Alessio, mientras que dos de los
empresarios presentes en la sala comentaban por lo bajo que esa
situación ya se está dando.
En cuanto a la opinión de las firmas respecto a la situación del país
en general, la mayoría estima que es urgente la baja del gasto
público y le piden al Estado una reducción de la inflación, una
reforma impositiva y laboral para alcanzar una competitividad
más alta.
"El sector privado ya ha hecho un ajuste fuerte y creen que ahora
es el turno del Estado. Los empresarios creen que las metas
fiscales deben cumplirse bajando el gasto y no subiendo todavía
más los impuestos", explicó D' Alessio.
Eduardo D' Alessio en cada Coloquio de IDEA arrojó los datos más ne
gativos en muchos años. De los 232 empresarios consultados de forma
anónima -lo que le agrega una mayor veracidad a los datos relevados-,
el 50% considera que su rentabilidad caerá en los próximos 12 meses
, contra solo un 22% que cree que sus márgenes aumentarán.
Esto representa un salto mayor a 30 puntos respecto al resultado de la
encuesta del 2017 que había arrojado los datos más positivos en 23 años.
La contraposición entre las expectativas del 2017 y la realidad fue más
que contundente. Según D' Alessio, ambas variables no suelen diferir significativamente, pero en este caso el optimismo reinante chocó con
la peor evaluación de los empresarios respecto a un semestre desde la
crisis del 2001.
Paralelamente, la baja en los márgenes de utilidad de las empresas está
dado por la imposibilidad de incrementar sus precios al ritmo de la
inflación. El 27% manifestó que sus precios subieron entre 5 y 9 puntos
por debajo de la variación inflacionaria y el 19% ratificó que esta diferen
cia fue mayor a los dos dígitos.
"La crisis fue mucho más fuerte de lo esperado. Si bien la devaluación
se sabía que era inminente, se hizo de una forma completamente desor
denada y tuvo una violencia extrema", indicó el economista Miguel
Kiguel, uno de los oradores de la presentación de la encuesta.
Aún así, el 56% piensa que lo peor ya pasó y que en los próximos
seis meses mejorará la situación económica. Esto se justifica por
una gran expectativa de aumento de inversiones a partir de la fuerte
devaluación de la moneda. De hecho, el 51% apuesta a que sus
ventas externas se incrementarán contra solamente un 8% que opina
lo contrario.
No obstante, este crecimiento del sector externo se daría por una
mayor utilización de la capacidad instalada y no producto de incre
mentos de inversión, ya que el 39% de las firmas tiene previsto redu
cir sus gastos en este concepto y un 43% espera mantenerlo en el
mismo nivel.
El empleo fue otra de las categorías que marcó previsiones muy
pesimistas, dado que sólo el 21% de los empresarios respondió que
aumentará su dotación de personal contra un 32% que subrayó lo
opuesto, otorgando el índice más alto hasta por el menos el año 2007
donde terminaban los datos brindados en esta categoría.
Por otro lado, el 80% manifestó haber tenido problemas con los plazos
de cobranza en el último período y el 44% cree que esto empeorará
todavía más en el siguiente semestre, lo que marca uno de los gran
des efectos de la suba de tasas de interés que ya supera el 72%.
"Como respuesta a la suba de tasas las firmas están bajando sus
inventarios para hacerse de liquidez. Pero falta muy poco para que
ya hayan liquidado todos los stocks y se queden sin dinero, sin
stock y sin insumos", advirtió D' Alessio, mientras que dos de los
empresarios presentes en la sala comentaban por lo bajo que esa
situación ya se está dando.
En cuanto a la opinión de las firmas respecto a la situación del país
en general, la mayoría estima que es urgente la baja del gasto
público y le piden al Estado una reducción de la inflación, una
reforma impositiva y laboral para alcanzar una competitividad
más alta.
"El sector privado ya ha hecho un ajuste fuerte y creen que ahora
es el turno del Estado. Los empresarios creen que las metas
fiscales deben cumplirse bajando el gasto y no subiendo todavía
más los impuestos", explicó D' Alessio.
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