De acuerdo a los datos del tercer trimestre, los ingresos del 10% más
rico del país fueron 18,3 veces mayores que los del 10% más pobre.
La desigualdad subió en el tercer trimestre 0,2 puntos porcentuales
respecto del trimestre anterior y anotó así una caída interanual de
0,3 puntos, informó este jueves el Indec en su informe sobre la Evo
lución de la distribución del ingreso.
La baja interanual de la desigualdad obedece a que en la comparación
del ingreso per cápita de los hogares, la brecha entre el 10% más rico
de la población y el decil más pobre se redujo de 19,9 a 19,3 veces
entre el tercer trimestre del año pasado y este último.
De acuerdo a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el decil
más pobre tuvo ingresos familiares per cápita por hasta $2.733 men
suales, mientras que el 10% más rico tuvo ingresos en su hogar por
al menos $22.295 por persona por mes. En tanto, el 50% de los argen
tinos hasta septiembre vivía con un ingreso mensual familiar equivalen
te a hasta $8.200 por persona.
En la comparación interanual lo que se observa es un detrimento de
los ingresos de todos los deciles frente a la inflación. Pero en particu
lar de los sectores medios frente a los más altos y los más bajos -que
contaron con la contención de la seguridad social-. Mientras que para
el decil quinto el ingreso mediano subió 25% en el año (contra una
inflación interanual cercana al 34% en el tercer trimestre), para el decil
más bajo el ingreso ganó un 28,6% y para el decil más alto, 29%.
Así, cuando se trasladan los datos del ingreso familiar per cápita al
coeficiente de Gini (que oscila entre 0 y 1, siendo 0 la distribución del
ingreso perfectamente igual) se observa que en el tercer trimestre
llegó a 0,424, 2 décimas porcentuales más que en el trimestre ante
rior, pero 3 décimas porcentuales menos que en igual período de 2017.
Cuando se analiza la distribución del ingreso ya no por grupo familiar,
sino individualmente, el Indec relevó que el 60,6% de la población
cuenta con ingresos propios. Mientras que un 39,2% de la población
no tiene ingresos laborales ni de otras fuentes, como las jubilaciones
y pensiones, o subsidios.
Del total de la población, solo el 31,5% tiene ingresos laborales como
asalariado. Y allí la desigualdad también es notoria. Mientras que en
tre el 10% más pobre de los asalariados solo el 13% tiene aportes
jubilatorios, entre el 10% más rico, el 94% está en blanco.
Esta desigualdad también se replica por sexos. Mientras que en el
decil más pobre de la población 69% son mujeres, en el decil más
rico 65% son varones.
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