el poder adquisitivo.
El nuevo salto inflacionario que disparó el Índice de Precios al Consu
midor (IPC) al 3,8% en febrero y provocó el inmediato endurecimiento
de la política monetaria del Banco Central, no fue suficiente para que
Dujovne deje de creer en su plan de reactivación económica vía parita
rias.
Un día después de los alarmantes resultados publicados con el Indec,
el ministro de Hacienda volvió a insistir con que los salarios serán un
o de los motores que sacarán al país de la recesión que atraviesa des
de mediados del 2018.
"Los salarios van a recuperar el poder adquisitivo, le van a ganar a la
inflación. Eso es uno de los factores que contribuirán a que la econo
mía se siga recuperando", señaló en declaraciones a CNN Radio
Argentina.
Las afirmaciones de Dujovne sorprenden ante una variación de precios
que las consultoras privadas ubican en el 35% en un escenario que no
contempla una corrida cambiaria que dispare el nivel del dólar, lo que
potenciaría estas proyecciones.
De acuerdo al último dato del Indec, en diciembre la brecha entre infla
ción y salarios fue de 18 puntos porcentuales, que representan una
caída del poder adquisitivo del 12,1%. Pero lo más preocupante es que
la inflación interanual que en ese momento se ubicaba en el 47,6%, en
dos meses ya pasó al 51,3%.
Es decir que la situación se agravó aún más en lo que va del año, con un
pronóstico de piso que indica una variación de precios del 10% para el
primer trimestre. En rigor, como el propio Gobierno reconoce pública
mente, la espiralización de precios continuaría por lo menos hasta junio
, ya que todavía falta registrar el impacto que tendrá el último salto del
dólar, los aumentos de tarifas programados -tanto en gas, como en agua
y electricidad- y de transporte.
Otra de las razones que agravan el panorama, es la recuperación de los
márgenes empresarios, que de acuerdo al propio Banco Central, es uno
de los motivos que explican el repunte en el IPC. En consecuencia, si
cada vez que las empresas recuperan rentabilidad terminan actualizan
do al alza sus listas de precios, la carrera contra los ingresos populares
sería muy difícil de revertir, teniendo en cuenta que la diferencia entre
la inflación mayorista y minorista -es decir, los costos empresarios que
todavía no pudieron ser trasladados a la góndola- supera los 15 puntos
porcentuales.
Según fuentes del ministerio de Producción y Trabajo, hasta el momento
las paritarias firmadas tienen un promedio del 23% de incremento, que
las coloca muy lejos de un sendero de recuperación de poder de compra.
Por su parte, la consultora Willis Towers Watson realizó una encuesta
dentro del ámbito empresarial que indicó que las compañías darán un
promedio de aumentos del 28,9%.
Pero incluso tomando en cuenta los gremios con mayor capacidad de
negociación y de actividades con un gran presente como las del sector
energético, los números no alcanzan a moverse a la par de la evolución
del nivel general de precios. El sindicato de los petroleros del combativo
senador Guillermo Pereyra, por ejemplo, conseguiría un aumento del
33,2% según los datos de la consultora.
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