Reino unido. Las mudanzas siempre son un dolor de cabeza.
Y eso es lo que están padeciendo en el desierto blanco de la
Antártida. Es que una gran parte plataforma de hielo de Brunt,
donde se ubica la estación de investigación Halley del Reino
Unido, está en proceso de desprenderse y convertirse en un
gran iceberg a la deriva. Por eso los europeos deberán mudar
todas las instalaciones a un lugar más seguro.
El proceso de quiebra de la plataforma de hielo comenzó hace
varios años y ahora se acerca a su fase final, según pruebas
obtenidas por glaciólogos de la Universidad de Northumbria
(Inglaterra). Anticipándose al hecho de que pase a estar en me
dio de una isla flotante, la estación de investigación se tendrá
que desplazar a un lugar más seguro en la plataforma de hielo.
A fines de 2017 ya habían trasladado al personal para evitar
riesgos
.Se espera que el iceberg, que mide más de 1500 kilómetros
cuadrados, se desprenda de la plataforma de hielo Brunt en tan
solo unos meses. Pero ya en 2012 un satélite había revelado los
primeros signos de movimiento de un abismo en la plataforma
de hielo que llevaba inactivo al menos 35 años. Sin embargo, los
glaciólogos ya determinaron que la velocidad de la grieta va a
continuar abriéndose y acrecentándose. La posibilidad de que
la grieta aumente y amenace la estación es lo que obligó a su
reubicación.
La base Halley está situada específicamente en la zona Brunt Ice
Shelf, a unos 1400 kilómetros del Polo Sur. En su interior se aloja
ban 70 científicos en verano y un promedio de 16 en invierno. Su
actividad principal era la investigación atmosférica y también la
geología y la glaciología. En 1985, sus técnicos detectaron el
agujero en la capa de ozono.
El complejo consta de un módulo central de color rojo, pensado
para alojar las actividades comunes y recreativas, mientras que
los de color azul eran laboratorios, oficinas, generadores de ener
gía, una plataforma de observación y otras facilidades. Los mó
dulos estaban acondicionados para soportar vientos habituales
de hasta 100 kilómetros por hora y temperaturas que van desde
los 30 grados bajo cero hasta los 55 grados bajo cero.
Por el momento no hay precisiones sobre el traslado de las estruc
turas, pero sí de las causas que llevaron a la formación del iceberg
que obligó a su desalojo. Esta nueva investigación, publicada en
The Cryosphere, determinó que este fenómeno no está ligado al
proceso de calentamiento global que afecta a los hielos antárticos,
sino a uno cíclico natural en esta plataforma de hielo que ya
ocurrió en el pasado.
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