Carrió está enemistada con Nosiglia que lidera las negociaciones con
la Rosada, que teme que se vayan con Lavagna o Vidal.
El entorno de Elisa Carrió ya anticipa la tensión que habrá en el frente
Cambiemos si Mauricio Macri le ofrece la vicepresidencia a los radica
les y en particular a Martín Lousteau.
Lilita está fuertemente enfrentada a la UCR y entre ella y la cúpula ra
dical la desconfianza mutua destrozó la relación, pese a que junto a
Ernesto Sanz, la chaqueña fue una de las tres fundadoras del frente
que llevó a Macri a la presidencia.
Si hay un radical que Carrió ve como a un enemigo es a Enrique "Coti"
Nosiglia, principal sostén de Lousteau. Por lo que la sola posibilidad
de que el ex ministro de Economía sea el vice de Macri enfurece a la
líder de la Coalición Cívica.
Con la negociación por la vice, Nosiglia vuelve a convertirse en un in
terlocutor de peso con Macri, luego de distanciarse e incluso coquetear
con Roberto Lavagna, en una jugada que sigue abierta. Ese era justa
mente el lugar que quería Carrió para este año.
En el entorno de Carrió aseguraron a LPO que no hubo ninguna oferta
para la UCR. De este modo intentaron bajarle el tono a las versiones
que fueron confirmadas a este medio por el propio ministro del Interior,
Rogelio Frigerio.
"En principio, no estamos cerrados a nada. Vamos a poner sobre la me
sa todos los temas que planteen los socios de Cambiemos. Estamos
dispuestos a escuchar a todos", dijo Frigerio ante la consulta de LPO.
La jugada del Gobierno no es productor del amor sino del espanto. En
extrema necesidad de votos, temen que avance el acuerdo de la UCR
con Lavagna o que prospera el Plan V, que podría integrarse con la
fórmula Vidal-Losuteau, como reveló LPO. El nombre del economista
no es casual: Después de la gobernadora es quien más votos retiene
de Cambiemos, si Macri no jugara.
Pese a las diferencias con la UCR, los lilitos admiten, sin embargo, que
algo va a tener que hacer la Rosada para contener a los inquietos radi
cales, que en los últimos días ya empezaron a hablar de ruptura. En la
Rosada descargaron la difícil tarea de contener a Carrió en Marcos Peña,
quien asumió la interlocución con la diputada luego de la salida de Mario
Quintana. Como reveló LPO meses atrás, la idea es hacerle llegar una
oferta muy generosa de lugares en las listas de diputados nacionales, que
podrían estirar su bloque hasta veinte legisladores. Se verá si en épocas
de carestía electoral hay tanto para repartir.
"Lilita siempre opinó públicamente que es algo que tiene que definir el pre
sidente", aclararon en la Coalición Cívica.
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