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lunes, 10 de junio de 2019

Macri enfrentó un domingo áspero, apenas atenuado por el triunfo en Jujuy



Cambiemos quedó muy lejos en Tucumán, Chubut, Entre Ríos y ganó
 en Mendoza, pero el peronismo se acercó al candidato de Cornejo.
En la Casa Rosada, como viene ocurriendo en las anteriores eleccio
nes provinciales, le sacaron punta a la aritmética electoral para
 explicar que en rigor Cambiemos no perdió votos respecto al 2015
. Pero la matemática creativa esconde el dato político de fondo: la
 unidad del peronismo y su confluencia hacia la fórmula Fernández
-Fernández.
La foto de este domingo es la elección de Entre Ríos, donde el 
peronista Gustavo Bordet logró ganar hasta Paraná. Cambiemos 
pierde así otro centro urbano importantísimo, como le había 
pasado con la ciudad de Córdoba y todo indica que le pasará con
 la ciudad de Santa Fe.
El triunfo de Macri del 2015 se cimentó en tres hechos que hoy están 
en crisis: la división del peronismo gracias a la tercer lista que armó 
Sergio Massa -con epicentro en la provincia de Buenos Aires-, más
 la victoria holgada en los principales centros urbanos del país y 
una diferencia brutal en la provincia de Córdoba.
Los gobernadores peronistas Juan Manzur (Tucumán), Mariano 
Arcioni (Chubut) y Gustavo Bordet (Entre Ríos) obtuvieron este
 domingo su reelección y de una u otra manera iniciaron un pro
ceso de confluencia hacia la fórmula de Alberto Fernández y 
Cristina Kirchner, que se suma al movimiento en la misma direc
ción de Massa.
En Chubut y Entre Rios se impusieron por más de 15 puntos a los 
candidatos de Cambiemos y en Tucumán, cerca de Manzur hablaban 
de una diferencia muy abultada.
Macri respiró con Jujuy, donde fue reelecto el radical Gerardo 
Morales y en menor medida con Mendoza, donde se impuso en las 
primarias el radical Rodolfo Suárez, pero medido por frente el
 peronismo quedó apenas a ocho puntos de distancia. 

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