De los 135 municipios, varios precandidatos de Juntos por el Cambio
(JxC) y Frente de Todos (FdT) quedaron enfrentados sin internas. Las
estrategias políticas para juntar la mayor cantidad de votos.
(JxC) y Frente de Todos (FdT) quedaron enfrentados sin internas. Las
estrategias políticas para juntar la mayor cantidad de votos.
El cierre de listas, no sólo dejó un tendal de heridos a lo largo y
ancho del territorio bonaerense, también oficializó que en unos
catorce de los 135 distritos, la definición será mano a mano, pues
apenas se presentaron un par de listas para la elección local:
una del oficialismo y una de la oposición.
De un lado, el jefe comunal que va por su última reelección (la ley
impide que los actuales alcaldes se presenten también en 2023), y
del otro, el referente opositor que intentará dar el batacazo o bus
cará confirmar los números de las legislativas 2017. De un lado, un
referente de Juntos por el Cambio, y del otro, uno del Frente de
Todos. De un lado, un radical y/o macrista, y del otro, un peronista o
un kirchnerista.
Nunca mejor dicho que las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obliga
torias (PASO) serán una mera encuesta en todos los niveles. Pues no
hay cruces en la categoría Presidente, ni en la de Gobernador; no
hay en la de diputados nacionales, y tampoco en la de legisladores
seccionales. Y menos aún en la de intendentes. De estos casos se
agarran quienes buscan, todavía sin éxito, eliminar las primarias.
Pero aquí, el punto es otro, el tema no viene al caso.
Así las cosas, la definición será uno contra uno. La campaña, tanto de
unos como de otros, tendrá obligatoriamente dos puntas: las propues
tas propias y los errores del rival, la defensa de las virtudes propias y
el ataque de los defectos ajenos. De acá hasta el 11 de agosto, los can
didatos irán a fondo, sin medias tintas; salvo que alguno esté conven
cido de que será más beneficioso “hacer la plancha”. Eso sí, los prota
gonistas tienen en claro que el resultado de las PASO, difícilmente se
modifique en las generales de octubre.
Claro está, todos los casos tienen lugar en distritos chicos, de no más
de 15 mil o 20 mil habitantes. En parte, por la polarización nacional, y
en parte, por lo costoso que es plantar un candidato y llevar adelante
una campaña que dificultosamente desembarque en buen puerto (justa
mente, por la mencionada polarización). En esa línea, al momento de
estimar costos financieros, la mayoría de los candidatos manejaron
sumas “austeras” de entre 47 mil y 400 mil pesos.
Por eso, quienes pierdan en las PASO, principalmente los que lo hagan
de forma holgada, no tendrán demasiadas chances de cara a octubre.
¿Cómo se da vuelta el resultado si el electorado es exactamente el
mismo? ¿Alcanza con apuntar al voto en blanco, el voto nulo o las
personas que no votaron? Difícil. ¿Imposible? En política, nada es
imposible.
Muchas preguntas, pocas respuestas. Lo cierto es que, más allá de
las palabras, quienes no salgan airosos en la medición de agosto
deberán llevar adelante la fina y dificultosa tarea de revisar sus es
trategias y rebuscárselas para poder dar vuelta el mal paso, como
se dijo antes, con los mismos electores que mayoritariamente les
dieron la espalda apenas dos meses y medio atrás.
Por el contrario, los ganadores, a partir de iguales métodos o simple
mente en silencio, intentarán repetir el victorioso resultado. Castelli,
Daireaux, General Paz, Roque Pérez, Tapalqué y Tres Lomas. Seis
distritos peronistas en los que los actuales mandatarios buscarán
quedarse en el sillón principal hasta 2023, entre otras, cosas defen
diendo a capa y espada la gestión local, y pegándole con fuerza a
la situación económica nacional a la que tendrán que ponerle el pe
cho sus rivales de Juntos por el Cambio.
Florentino Ameghino, General Alvear, General La Madrid, General
Lavalle, Pellegrini, Rivadavia, San Cayetano y Tornquist. Ocho mu
nicipios gobernados por intendentes que llevarán en su boleta a
Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, que de cara a las primarias,
además de apostar a las obras realizadas y a la lucha contra las ma
fias, tirarán algún que otro dardo a “la corrupción kirchnerista”.
ancho del territorio bonaerense, también oficializó que en unos
catorce de los 135 distritos, la definición será mano a mano, pues
apenas se presentaron un par de listas para la elección local:
una del oficialismo y una de la oposición.
De un lado, el jefe comunal que va por su última reelección (la ley
impide que los actuales alcaldes se presenten también en 2023), y
del otro, el referente opositor que intentará dar el batacazo o bus
cará confirmar los números de las legislativas 2017. De un lado, un
referente de Juntos por el Cambio, y del otro, uno del Frente de
Todos. De un lado, un radical y/o macrista, y del otro, un peronista o
un kirchnerista.
Nunca mejor dicho que las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obliga
torias (PASO) serán una mera encuesta en todos los niveles. Pues no
hay cruces en la categoría Presidente, ni en la de Gobernador; no
hay en la de diputados nacionales, y tampoco en la de legisladores
seccionales. Y menos aún en la de intendentes. De estos casos se
agarran quienes buscan, todavía sin éxito, eliminar las primarias.
Pero aquí, el punto es otro, el tema no viene al caso.
Así las cosas, la definición será uno contra uno. La campaña, tanto de
unos como de otros, tendrá obligatoriamente dos puntas: las propues
tas propias y los errores del rival, la defensa de las virtudes propias y
el ataque de los defectos ajenos. De acá hasta el 11 de agosto, los can
didatos irán a fondo, sin medias tintas; salvo que alguno esté conven
cido de que será más beneficioso “hacer la plancha”. Eso sí, los prota
gonistas tienen en claro que el resultado de las PASO, difícilmente se
modifique en las generales de octubre.
Claro está, todos los casos tienen lugar en distritos chicos, de no más
de 15 mil o 20 mil habitantes. En parte, por la polarización nacional, y
en parte, por lo costoso que es plantar un candidato y llevar adelante
una campaña que dificultosamente desembarque en buen puerto (justa
mente, por la mencionada polarización). En esa línea, al momento de
estimar costos financieros, la mayoría de los candidatos manejaron
sumas “austeras” de entre 47 mil y 400 mil pesos.
Por eso, quienes pierdan en las PASO, principalmente los que lo hagan
de forma holgada, no tendrán demasiadas chances de cara a octubre.
¿Cómo se da vuelta el resultado si el electorado es exactamente el
mismo? ¿Alcanza con apuntar al voto en blanco, el voto nulo o las
personas que no votaron? Difícil. ¿Imposible? En política, nada es
imposible.
Muchas preguntas, pocas respuestas. Lo cierto es que, más allá de
las palabras, quienes no salgan airosos en la medición de agosto
deberán llevar adelante la fina y dificultosa tarea de revisar sus es
trategias y rebuscárselas para poder dar vuelta el mal paso, como
se dijo antes, con los mismos electores que mayoritariamente les
dieron la espalda apenas dos meses y medio atrás.
Por el contrario, los ganadores, a partir de iguales métodos o simple
mente en silencio, intentarán repetir el victorioso resultado. Castelli,
Daireaux, General Paz, Roque Pérez, Tapalqué y Tres Lomas. Seis
distritos peronistas en los que los actuales mandatarios buscarán
quedarse en el sillón principal hasta 2023, entre otras, cosas defen
diendo a capa y espada la gestión local, y pegándole con fuerza a
la situación económica nacional a la que tendrán que ponerle el pe
cho sus rivales de Juntos por el Cambio.
Florentino Ameghino, General Alvear, General La Madrid, General
Lavalle, Pellegrini, Rivadavia, San Cayetano y Tornquist. Ocho mu
nicipios gobernados por intendentes que llevarán en su boleta a
Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, que de cara a las primarias,
además de apostar a las obras realizadas y a la lucha contra las ma
fias, tirarán algún que otro dardo a “la corrupción kirchnerista”.
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