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miércoles, 23 de octubre de 2019

Para atajar rupturas, vidalistas y radicales arman un nuevo partido político en la Provincia

El proyecto está en sus primeros pasos y tiene como objetivo sos
tener dos bloques fuertes en la Legislatura si María Eugenia Vidal
 pierde la Provincia y se imponen en el Comité de la UCR quienes 
no quieren seguir ligados al Pro. Se suman espacios vecinalistas
Más allá de la vaga esperanza de una remontada épica, que aparece
 como una utopía lejana para los más realistas, en el oficialismo bo
naerense no pierden el tiempo en lamentaciones y diseñan la estrate
gia para el 11 de diciembre si, como se prevé, pasan a ser oposición.

Una de las primeras acciones, que ya está en marcha, es la composi
ción de un nuevo partido político bonaerense, que contenga a los se
guidores de María Eugenia Vidal, al grupo de radicales que responde
 al vicegobernador Daniel Salvador y a expresiones vecinalistas. El 
partido saldría a la cancha ante una ruptura dentro de la Unión Cívica 
Radical, que a esta altura del partido aparece como lo más probable.
El propio Salvador y el Jefe de Gabinete, Federico Salvai, llevan adelante
 la estrategia que busca conservar el mayor número de legisaldores 
unidos, que tiene como ejecutores a diputados y senadores afines, y 
cuya base de operaciones está en el Senado. La alerta se encendió tras 
conocerse una fuerte movida interna en el radicalismo para divorciarse definitivamente del Pro y desconocer a Vidal como futura jefa de la opo
sición provincial.
Daniel Salvador sabe que sus horas al frente del Comité Provincia de la
 UCR están contadas. Un grupo nutrido de dirigentes, entre los que enca
bezan el intendente Gustavo Posse y algunos diputados, pretende poner
 todo sobre la mesa de discusión radical, y eso incluye la conducción 
partidaria y la alianza con el macrismo y la Coalición Cívica, con una
 evidente intención de cambiar el rumbo.
En rigor, quienes quieren separarse y quienes pretenden sostener 
Juntos por el Cambio, buscan lo mismo; es decir, ser la referencia
 opositora con la cual el futuro gobierno debe sentarse a negociar 
para avanzar en las leyes que necesite. Traducido al presente: lo
 que representaron Sergio Massa y Martín Insaurralde para María 
Eugenia Vidal durante estos cuatro años de gobierno.
Si Juntos por el Cambio lograra mantenerse unido podría hasta 
tener la mayoría en el Senado, obturaría leyes clave y conseguiría 
cargos importantes en la estructura de poder provincial, donde se
 reservan espacios para la oposición que no siempre son para el 
que más tiene sino para el que brinda gobernabilidad al Ejecutivo
 de turno. Nada sería gratis para Axel Kicillof.
Pero eso será difícil de lograr, y la ruptura aparece como lo más
 probable. Entonces, en la escisión, el que se quede con más ban
cas habrá obtenido un pequeño triunfo sobre el resto. “Debemos
estar a resguardo de las intenciones de los que van por el Comité 
adical y si lo logran podrían no mantener el acuerdo con el PRO”,
 reconoció ante La Tecla un legislador cercano al Jefe de Gabinete.

Es allí donde surge la idea de un partido político nuevo que con
tenga a radicales y dirigentes del PRO con intenciones de mante
nerse unidos; además de sumar expresiones vecinalistas, que 
disgregadas vienen perdiendo poder en los municipios.
La referencia política de ese espacio hoy es María Eugenia Vidal, 
y la movida tiene un espejo en lo que oportunamente hizo Sergio 
Massa. Con distintos niveles de éxito a través de su corta existencia,
 el Frente Renovador creado por el tigrense se escindió del peronis
mo para ser la principal oposición al kirchnerismo, al que venció, y

 terminar en el presente como aliado de aquellos que renegó.
 En el trayecto entre la ida y la vuelta, Massa hizo un gran negocio 
no sólo por el triunfo en el 2013, sino porque siendo tercero en
 2015 su espacio obtuvo la presidencia de la Cámara de Diputados
 de la Provincia por dos años, fue el primer faro de negociación
 para Vidal en sus cuatro años de gestión y vendió a precio de oro
 su franquicia para conformar el Frente de Todos y garantizar la
 unidad del peronismo.



¿Vidal y su gente buscan algo similar? Quizá estén dando el 
primer paso. Porque tampoco hay que dejar de lado que no sólo
 el radicalismo entra en una fase de discusión interna fuerte. A
 un amplio sector del Pro bonaerense ya no le interesa quedar 
sometido a los designios de Marcos Peña, y por ende de Mauricio
 Macri.
Habrá que ver hasta dónde la actual Gobernadora soporta ese
 divorcio y si está dispuesta a llevarlo adelante en caso que Macri
 decida seguir en la arena política. Si ella no está habrá otros que
 tomen la posta. Mientras tanto, nada se deja librado al azar y
 siempre es bueno tener un sello donde refugiar las aspiraciones
 presentes y futuras.

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