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jueves, 5 de marzo de 2020

Bonistas argentinos se organizan para participar de la negociación de la deuda

La estrategia es para que bonistas locales consigan una posición de 
bloqueo con el bono a cien años. Si no lo logran, de todos modos to
marían una posición rentable de mediano plazo.
Bonistas argentinos se organizan para participar de la negociación de la deuda


El bono a cien años despertó el interés de un grupo de bonistas argen
tinos que ven en este papel una oportunidad especial por la conjuga
ción de 4 factores: que es bajo legislación Nueva York, que la cantidad
 emitida es muy pequeña, que tiene cláusula de acción colectiva de 
solo el 50%, y que los grandes fondos tienen una participación menor 
de esta serie. 
Con solo 2.750.000 láminas de 1000 dólares en circulación, basta con 
que un grupo concentre 1.375.000 láminas para que tenga la posibilidad
 de rechazar una oferta de quita de parte del Gobierno, o bien para acep
tarla y que rija para todos los bonistas. Es el equivalente a que algo más
 del 0,3% de los argentinos se decida a comprarle la deuda a los fondos 
extranjeros de una lámina por persona a menos de 450 dólares cada
 una, por ejemplo.
Para que la rentabilidad sea alta para los bonistas argentinos, la recomen
dación es comprarlo cuando el bono esté debajo de ese precio o bien
 esperar a su default para comprarlo en el mercado secundario y despla
zar a los tradicionales buitres.
Con casi 400 bonistas nucleados en torno a esta iniciativa y varios de
 ellos con más de uno de estos títulos, los bonistas argentinos recién 
poseen el 0,1% del stock. Y si bien parece poco, es algo menos de la mi
tad de lo que tenían de esta serie importantes tenedores como JP Mor
gan o UBS a principio de año. Al 15 de enero, si se tomaban los primeros
 20 tenedores mayoritarios, no alcanzaban a sumar el 15% de la emisión.
  En otras palabras, la tenencia es la más atomizada de todos los bonos.
Por el momento, el grueso de los bonistas reunidos no son recientes
 inversores en este tipo de títulos, sino personas que lo compraron por
 la expectativa de recibir una rentabilidad anual fija, similar a la que Ar
gentina le paga al Club de París. "En especial, los que más láminas tie
nen son los que lo compraron en el momento de su emisión", explicó a
 LPO José María Monzón Eberle, quien lidera la propuesta. Ellos son los
 más interesados en que se respete el valor del bono.
En este escenario, los bonistas podrían tener una fuerte ganancia por
que podrían rechazar una quita bajo la amenaza de incluso activar la 
cláusula de aceleración del contrato, lo que obligaría al gobierno a pa
gar capital y 97 años de intereses todos juntos, es decir, forzar el default
. Y esto es precisamente lo que el gobierno quiere evitar.
Hoy el equipo económico de Guzmán emitió una fuerte advertencia a 
los que quieran especular con la deuda argentina y obtener una rápida
 ganancia.
"El proyecto de AC17 defiende el valor de los bonos agrupando a bonis
tas tras un bono que solo tiene la finalidad de generar intereses y que
 no van a estar dispuestos a una reducción en el cupón. En el caso de 
suspensión de pagos, se dispararía la aceleración, y eso solo traería 
menor solvencia al Estado. Pueden dejar de pagar, pero las consecuen
cias serán justo lo opuesto a lo que buscan".
"La declaración de insostenibilidad de la deuda, por un lado, y las cláu
sulas de acción colectiva bajo ley Nueva York junto con las cláusulas 
de aceleración, y la jurisprudencia que defiende al bonista bajo esa Ley,
 por el otro, son las dos partes que deberán ponerse o no de acuerdo 
para cada bono. El AC17 es innegociable prácticamente porque la ley 
de sostenibilidad de la deuda requiere quita en dos de las tres variables
 en juego: plazo, renta y amortización", aclaró. 

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