por eso salió en busca de la alternativa rusa.
El acuerdo que anunció Alberto Fernández para contar con la vacuna
rusa contra el coronavirus desnudó las diferencias internas del Gobier
no en torno al manejo de la pandemia.
El Gobierno venía hablando de la vacuna de la compañía norteamerica
na Pfizer y la inglesa-sueca AstraZeneca, que es elaborada junto a la
universidad de Oxford y en Argentina cerró un acuerdo con el empresa
rio Hugo Sigman.
Estas empresas habían pedido la inmunidad de jurisdicción, y el Gobier
no envió la ley al Congreso en el que se establece que sólo se podrá hacer
un juicio en el país de origen de los laboratorios. Pero además, requerían
un contrato en el que quedara asentado que si la vacuna no funcionaba,
el Estado no podía reclamar. Alberto se opuso a firmar ese contrato y
se quedó sin vacuna provisoriamente.
Un asesor le sugirió se contactara con el gobierno de Vladimir Putin, que
había quedado contento con la carta que Alberto le mandó al presidente
ruso para felicitarlo tras registrar la primera vacuna contra el Covid-19 el
pasado 11 de agosto. Dos días después de ese suceso, Ginés le bajó el
tono a la vacuna rusa y sugirió que se había salteado la fase 3.
Los rusos recordaron tanto la carta como las palabras del ministro. Así se
lo hizo saber el embajador ruso en Argentina, Dmitry V. Feoktistov, le
advirtió a un funcionario del albertismo puro.
Tras las sugerencias, Alberto se contactó Kirill Dmitriev, director del Fondo
Ruso de Inversión Directa que financia la vacuna Sputnik V. El ruso propu
so que Argentina enviara una comitiva de especialistas en vacunas para
constatar en persona los avances de la vacuna y Alberto envió a la vicemi
nistra de Salud, Carla Vizzotti, como adelantó LPO en exclusiva. Vizzottti es
especialista en vacunas y fue la directora del Plan Nacional de Vacunación
durante el gobierno de Cristina Kirchner, cuando el ministro de Salud era
Juan Manzur.
La viceministra viajó con el "no", pero luego de dos semanas de supervi
sión le avisó a Alberto que el trabajo de los rusos era serio. Cuando volvió
al país con el sí, Alberto citó a Ginés a Olivos el fin de semana para encua
drarlo detrás de la vacuna rusa. La oposición de Ginés a la vacuna rusa era
tal que las provincias de Buenos Aires y San Luis amenazaron con no ha
cerla aprobar por la ANMAT sino por las propias provincias. El ministro dijo
en las última horas que "todavía no está terminado el acuerdo comercial,
pero no hay ninguna duda de que lo vamos a hacer".
Cristina Kirchner, por su parte, se reunió el jueves con el embajador
Feoktistov y la vacuna no era parte del temario, pero la vicepresidenta esta
ba al tanto de lo que había dejado el viaje de Vizzotti. Por eso se llevó al emba
jador aparte para hablar a solas de ese tema. Es que ahora llegará otra parte
complicada del asunto, que es la letra chica del contrato con Rusia.
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