Con el fantasma de los complicados diciembres de crisis pasados, el Gobier
tores más vulnerables en el último mes del año, en un intento por minimizar
el descontento generado por las complicaciones económicas.
Un integrante del Gobierno con experiencia en el campo popular admitió es
ta semana que lo que observó en los comedores durante los primeros me
ses de la emergencia sanitaria nunca antes lo había experimentado.
"Ni en el peor momento de 2001 se vio eso", afirmó ante NA, al recordar
las extensísimas filas para pedir comida y graficar la enorme dificultad
que atravesaron los barrios más vulnerables cuando la economía se pa
ralizó completamente a mediados de marzo último en el comienzo del ais
lamiento obligatorio por el COVID-19.
Si bien en Casa Rosada afirman que la situación empezó a repuntar a partir
de la salida de la cuarentena dura, son conscientes de que diciembre es un
mes clave y que en un primer año de gestión no puede haber riesgo de de
smadres o reclamos profundos en las calles.
La idea es anticiparse, a sabiendas de que la crisis es mayúscula, bajo la
premisa que dice que siempre es mejor "prevenir que curar".
La principal medida de acción es la duplicación del monto que reciben los
titulares de la Tarjeta Alimentar, que en este año alcanzó a 1.500.000 perso
nas, en un reparto que inició antes de la pandemia pero se aceleró con la
llegada del coronavirus a la Argentina.
El cálculo oficial para ese ítem es de 15.200 millones de pesos para diciem
bre, ya que los beneficiarios reciben 4.000 o 6.000 pesos dependiendo de
la cantidad de hijos, algo que el próximo mes pasará a 8.000 y 12.000, res
pectivamente.
Esa política ya fue confirmada por el ministro de Desarrollo Social, Da
niel Arroyo, quien este sábado aseguró que el Gobierno sabe "que fue
un año complicado" para los sectores más pobres, en un clima de dólar
inestable e inflación.
La duplicación del monto de la Tarjeta Alimentar será una suerte de "bo
no" para ese universo de ciudadanos, aunque también está en estudio
y con altas chances de concretarse una suerte de "medio aguinaldo" pa
ra los planes de trabajo.
Son un total de 600.000 planes que recibirían un promedio de 5.000 pesos
extra en diciembre, sumando otros 3.000 millones a la ayuda total de fin
de año, para la que el Gobierno por estas horas hace cuentas.
Con los dos "bonos" se llegaría a los 18.200 millones de pesos destina
dos a los sectores más vulnerables de parte del Ministerio de Desarrollo
Social, aunque la cifra podría subir si la Anses brinda apoyo en diciem
bre a quienes reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH).
La fotografía de este fin de año de pandemia habrá que compararla con
la que se tendrá en diciembre de 2021, cuando el Gobierno nacional ha
brá de tener doce meses para poner en práctica el ambicioso plan que se
está gestando de cambiar los planes sociales por trabajo.
La idea es que "el Estado tiene que ser el último empleador, pero no
con empleo público, sino como garante de trabajo".
Así lo definen quienes por estos días se encargan de diseñar esas po
líticas y explican que el espíritu es salir de los planes sociales, que
fueron concebidos como "una solución temporal a una crisis y termi
naron siendo crónicos", además de "estigmatizantes" para quienes
los reciben.
"El trabajo dignifica", esa frase será el norte del oficialismo para el pró
ximo año -que será electoral-, mientras se cruzan los dedos por la efec
tividad de la vacuna y la llegada de la post pandemia.
(*) - Jefa de la sección política de la agencia Noticias Argentinas (NA); mgarcia@noticiasargentinas.com; @mayravgarcia.
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