Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias, fue asesinado el 25 de enero de
1997,y fue el primer trabajador de prensa que murió como consecuencia
de su trabajo desde la recuperación democrática, en un hecho perpetrado
por personas vinculadas al empresario postal Alfredo Yabrán.
El 25 de enero de 1997 era domingo. Calor y medio mundo de vacaciones
era el panorama en Dolores. Calma chicha y una redacción de diario pue
blerino que peleaba contra la falta de noticias. Cerca del cierre empezaron
a llegar cables: un muerto en la zona de Pinamar, dentro de un auto incen
diado. Lo que parecía en principio una policial más se rebeló pronto como
el hecho político e institucional más grave del mandato del entonces pre
sidente Carlos Saúl Menem: habían matado al fotógrafo de la revista Noti
cias, José Luis Cabezas. En medio de la disputa entre el presidente y el go
bernador Eduardo Duhalde, había aparecido un asesinato. “Me plantaron un
muerto”, dicen que dijo Duhalde que pasó por el lugar del crimen, mientras
iba a pescar.
Por jurisdicción, el hecho recayó en Dolores, en el juzgado de José Luis
Macchi. Y eso convirtió a la ciudad en la capital noticiosa del país.
Meses antes, en octubre de 1996, el mediático juez federal Hernán Ber
nasconi había comenzado un raid mediático con la telenovela del jarrón
de Guillermo Coppola: el magistrado que daba conferencias de prensa
diarias en la puerta del juzgado terminó prófugo y preso. Por los pasillos
de los hoteles de Dolores quedan aún recuerdos de los escándalos que
se replicaban en la tele. Nombres de mujeres llamadas Samantha y Natalia
y policías de apellido Gerace y Diamante eran cosa diaria.
Pero esto no era un sainete para Mauro Viale: esto era la guerra. Poderes
oscuros que sólo se atisbaban, la maldita policía, las feroces zancadillas
de la política, todo quedó para discutirse.
El panorama local se modificó: la confitería del Plaza se llenó de periodis
tas. La puerta de tribunales estuvo sitiada por móviles de la tele como parte
del paisaje habitual: una cobertura que se mantuvo firme durante un
año, la más larga de la historia como plantearon varios de los que estu
vieron destinados en la ciudad para cubrir el caso.
Algunos periodistas locales compartimos la cobertura para medios nacio
nales y entramos también en otra lógica laboral. El recordado Eduardo
“Fischer” Cerdá fue el dolorense más activos en la tarea de informar –a
través de la agencia DyN- acerca de qué estaba pasando en los tribuna
les sobre un tema que no bajó de los diarios rápidamente, como suele
suceder con cualquier noticia. Los padres de Cabeza y su hermana Gla
dys eran figuras habituales en la ciudad y recibían palabras de cariño y
afecto. Por tribunales desfilaron Pepita la Pistolera y los Pepitos; vino a
declarar Yabrán en medio de impresionantes medidas de seguridad. El
entonces gobernador Duhalde se reunió con el juez y, luego, de paso,
desfiló a caballo en la Fiesta de la Guitarra. Los dolorenses la mirábamos
como por la tele.
Hubo marchas de reclamo de justicia y también otra, apoyando al juez
Macchi. Después vino el juicio –que también se realizó en verano- y nue
vamente la ciudad se convirtió en eje de la noticia judicial. Finalmente
, todo pasó.
Veinticuatro años después algunos seguimos escuchando el grito “Cabe
zas presente”.
El caso
Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias, fue asesinado el 25 de enero de
1997,y fue el primer trabajador de prensa que murió como consecuencia
de su trabajo desde la recuperación democrática, en un hecho perpetra
do por personas vinculadas al empresario postal Alfredo Yabrán.
Un año antes de que se produjera este crimen, Cabezas le sacó una foto
a Yabrán en una playa de Pinamar, y ese simple suceso constituyó, se
gún determinó una posterior investigación judicial, una afrenta que el
entonces propietario de la firma OCA no estaba dispuesto a perdonar.
El viernes 24 de enero, el periodista Gabriel Michi y el fotógrafo de No
ticias destacados en Pinamar concurrieron a una fiesta que organizaba
el empresario Oscar Andreani y llegaron en un Ford Fiesta Blanco en
el que se desplazaban.
A las 4 de la madrugada del 25, Michi se retiró y Cabezas decidió que
darse para hacer unas fotos más, pero decidió irse una hora después.
A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentró del Ford
Fiesta quemado con alcohol metílico; tenía sus manos esposadas y dos
proyectiles de un arma calibre 32 alojados en su cavidad craneana.
Por el crimen fueron condenados los policías Gustavo Prellezo, Aníbal
Luna y Sergio Camaratta; también fue sentenciado Gregorio Ríos, jefe
de seguridad de Yabrán, y los integrantes de la banda "Los Horneros",
Sergio González, José Luis Auge, Horacio Braga y Héctor Retana en tan
to que Yabrán, considerado como el autor intelectual "mediato" del cri
men, no llegó a ser juzgado porque se suicidó en mayo de 1998.
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