Francia recibió el 1,93%, Australia apenas el 0,11%, Japón el 0,36%,
Paraguay el 0,18% y Nueva Zelanda el 2% de las dosis que encargó.
Argentina, por su parte, recibió 7,5% de las vacunas por las que
firmó contrato. El preocupante mapa de la distribución de las vacunas
en el mundo.
El mundo se prepara ante una nueva ola de la pandemia de coronavirus, de la mano de nuevas cepas más infecciosas y letales que amenazan
con empequeñecer la tragedia de 2020. Los países se cierran, las ciuda
des se apagan, la gente se queda en las casas. Es cuestión de ganar
tiempo. La solución ya existe, aunque escasea. El ritmo de producción
de vacunas no alcanza, ni se acerca, a la demanda mundial. Unas pocas
potencias acaparan la enorme mayoría de lo que se fabrica. Un tercio de
los países del mundo todavía no recibieron ni una sola dosis. Los labo
ratorios no alcanzan a cumplir con sus compromisos pero se resisten a
liberar las patentes. Un embudo fatal que se cobra miles de vidas diarias
en todo el planeta.
En ese contexto, la Argentina no desentona. Ya tiene más de cinco millo
nes de dosis y compromisos por diez veces esa cifra, suficientes para
inmunizar a toda la población adulta. Las demoras en el cumplimiento
de esos contratos no se le puede achacar al comprador, cuando es una
situación que se reitera en todas partes del globo. Algunos casos a modo
de ejemplo: Francia recibió el 1,93%, Australia el 0,11% de las vacunas
que encargó, Japón el 0,36%, Paraguay solo el 0,18% y Nueva Zelanda
el 2%. Argentina, por su parte, recibió 7,5% de las vacunas por las que
firmó contrato.
El operativo de vacunación comenzó lento los primeros dos meses del
año pero comenzó a tomar velocidad a partir de la segunda semana de
marzo. La semana pasada, la escasez de vacunas obligó a imprimirle un
freno a ese impulso, pero la llegada de 800 mil Sputnik en los últimos
diez días y una perspectiva más holgada para las próximas semanas
permitirá recuperar el ritmo.
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