El presidente liberó su agenda y podría encontrarse con su vice en las
próximas horas. La tensión con el ministro.
Alberto Fernández podría reunirse con Cristina Kirchner para desactivar el
conflicto que se desató en la coalición de gobierno por la renuncia fallida del subsecretario de Energía eléctrica, Federico Basualdo.
El presidente y su vice ya habían hablado antes de la eventual salida de
Basualdo, que no había cumplido con el pedido de Martín Guzmán para
diseñar un esquema segmentado de ajuste de las tarifas.
Por eso Alberto instruyó a Santiago Cafiero, que hizo lo propio con el se
cretario de Energía, Darío Martínez, para hacer efectiva el cambio en el
gabinete.
Pero Guzmán se apresuró en filtrar a los medios la salida del funcionario,
que no es uno más para el kirchnerismo.
La vicepresidenta está muy interesada en el tema energético y de eso
habla principalmente con dos personas: Federico Bernal, interventor de
Enargas, y con Basualdo. Por eso se molestó por la forma con la que se
quisieron sacar de encima al subsecretario.
La Cámpora estuvo especialmente molesta por el modo mediático que
adquirió la renuncia y la salió a desmentir, como si nunca hubiera ocu
rrido. "No podemos echarlo por los medios y porque no quiere aumentar
las tarifas", se quejaban en la organización kirchnerista. El modo y el
motivo elegido por Guzmán les pareció más macrista que peronista.
Algunas versiones indican que esta noche hablaron Cristina y Alberto y
que él le marcó que más allá de las discusiones técnicas por las tarifas,
Basualdo se tiene que ir porque dejó en entredicho la autoridad tanto de
Guzmán, como de Santiago Cafiero y del propio presidente.
El presidente liberó su agenda del sábado para abocarse a resolver el con
flicto y en el Gobierno no descartan que se reúna con la vicepresidenta,
que no viajó a Santa Cruz y se quedó en Buenos Aires.
Alberto también se debe una reunión con Guzmán, con quien quedó moles
to porque le trajo un problema de proporciones dentro del Frente de Todos
por un decisión que ya estaba conversada.
La situación es delicada porque Guzmán, que está renegociando la deuda
externa, había advertido que si no lo echaban a Basualdo quien dejará el
Gobierno es él.
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