La Casa Rosada busca revindicar la unidad de Frente de Todos después
de los últimos días, marcados por la convulsión que generó la foto del
cumpleaños de Fabiola Yáñez en plena cuarentena. Estarán presentes
todos los socios de la coalición
Unidad. Otra vez. El discurso y la gestualidad intentará ser el salvocon
ducto del Gobierno para escaparse del impacto negativo que generó el
escándalo por la filtración de la foto del cumpleaños de Fabiola Yáñez
tomada en julio del 2020, en plena cuarentena estricta.
Las esquirlas del estallido generaron heridas indisimulables en la Casa
Rosada. La principal es el aumento del nivel de incertidumbre sobre
cómo puede influir ese suceso en las PASO, que se llevarán a cabo el
2 de septiembre, y en las que el Gobierno espera sacar un resultado
positivo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
Este martes el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina
Kirchner y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa,
los principales socios del Frente de Todos, compartirán un acto en
Avellaneda junto al ministro de Hábitat, el ex intendente de esa loca
lidad del conurbano, Jorge Ferraresi.
El objetivo es claro. Dejar atrás es el escándalo por la fiesta en Olivos,
enfocar la atención en la campaña electoral e intentar cerrar las grie
tas que abrió la filtración de la foto cumpleañera, tomada en una
época donde los argentinos estaban encerrados en sus casas, aisla
dos y cumpliendo con una cuarentena estricta como resultado de la
gestión sanitaria del Gobierno.
Será la foto de la unidad. “Unidad frente a todo y todos”, advirtió un mi
nistro con peso político dentro del esquema oficial. El oficialismo cierra
filas frente al conflicto, entendiendo que recorrer caminos paralelos
solo los podría llevar a un revés electoral. Ante la adversidad, la unidad
como factor determinante para mostrarse de cara a la sociedad como
una gestión confiable.
El Gobierno se siente herido por un error propio. Es extraño. Lo de
muestra la decisión, explícita, de atacar a la oposición cómo una estra
tegia de defensa. Lo dejó en claro el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero,
en sus últimas apariciones públicas. Reconoció el error, pidió discul
pas y desvió la atención hacia el accionar de Juntos por el Cambio.
“Tenemos que dejar en claro esto: el Presidente no jodió a nadie, y sin
embargo ellos fueron a liberar a Formosa y hacer marchas de contagio
que luego suscitaron aumentos de contagios y muertes. Eso es nece
sario remarcarlo”, resaltó Cafiero durante una recorrida por Entre Ríos.
El jefe de los ministros metió a la oposición en el medio del camino.
“A la gente le debemos todas las explicaciones y las estamos dando,
no a la oposición negacionista que endeudó al país por 100 años”,
sostuvo.
El viernes había recorrido el mismo camino. “Fue un error, no debería
haber ocurrido”, dijo el jefe de los ministros sobre la foto. En ese
mismo discurso resaltó que el escándalo de la foto no era parte de
los temas que le importaban a la gente y que la oposición busca en
forma permanente “generar escándalos para esconder los planes
económicos que dañaron a los argentinos”.
Cafiero fue el encargado de poner la cara por el Presidente y amorti
guar el costo negativo del escándalo. Tuvo que defender lo indefen
dible. Ponerle palabras a lo inexplicable. Asumió las desventajas de
las reglas del juego y se inmoló por la causa.
En ese camino, parte de la estrategia resultó ser embarrar más la can
cha, después de un conflicto que se autogeneró el propio Gobierno
por la indisciplina presidencial y la falta de control de su entorno.
La oposición, al mismo tiempo, aprovechó el traspié político y aceleró
un pedido de juicio político sin tener consenso previo entre los pro
pios. Cada uno se tropezó con una piedra diferente.
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