Por Sofía Rojas
Tras retomar el diálogo, Cristina Kirchner le bajó la intensidad a las críti
cas y ensaya una especie de tregua. Desde El Calafate, apuntó contra Ma
cri y Guzmán, pero evitó cuestionar a Gobierno.
Luego de semanas de máxima tensión al interior del Frente de Todos, las
partes en cortocircuito parecen dispuestas a ensayar una especie de prin
cipio de tregua en una semana clave para el Gobierno Nacional. El jueves
14, el INDEC dará a conocer el dato de la inflación de junio que, tal y como
lo indican analistas privados, se espera en torno al 5%, y retomaría el ca
mino del alza en una economía fuertemente afectada por la falta de divisas,
la fluctuación de los mercados y la crisis política.
Durante esta tarde, el Presidente se reunirá con la flamante ministra de
Economía, Silvina Batakis para "ver qué medidas vamos a ir tomando"
con respecto al constante aumento de precios, y tras haber enfatizado
que hace falta "bajar el déficit paulatinamente". Se trata de un tema cen
tral que preocupa a todos los actores de la gestión y que, al momento,
escapa del control estatal.
Lo que sucede es que la economía jamás estuvo escindida de la situa
ción política. Es por eso que luego de constantes cruces internos que de
rivaron en la salida anticipada de funcionarios de la talla de Martín Guz
mán, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner se vieron obli
gados a retomar el diálogo que, desde marzo, estaba suspendido para ha
cer frente a la compleja situación del país.
Desde aquel sábado en el que el titular del Palacio de Hacienda hizo pú
blica su renuncia a través de sus redes sociales, la fórmula presidencial
mantuvo comunicación constante, en algunas de ellas, con Sergio Ma
ssa incluido, para delimitar los primeros pasos en la superación de la
crisis que permitirá, además, aclarar el panorama de cara a 2023.
Y es que tras el desbarate del equipo económico que respondía a Alber
to Fernández, con las renuncias de Guzmán y de Kulfas en su haber, Cris
tina Kirchner observó, analizó, y optó por bajar la intensidad de sus reite
radas críticas al percibir, del otro lado, a un Presidente aislado, en sole
dad, y lastimado por los cruces de los propios.
"No voy a revolear a ningún ministro", se atajó la vicepresidenta el vier
nes desde El Calafate, en el acto de inauguración de un cine - teatro, en
un discurso en el que centró sus críticas a la Ciudad de Buenos Aires, la
oposición de Juntos por el Cambio y a la salidad de Guzmán.
De gran capacidad e inteligencia política, la exmandataria elegió una cu
riosa arista para cuestionar la renuncia del exminsitro: "Creo que fue un
acto de irresponsabilidad política y también un acto de desestabilización
institucional. El mundo como está, el mundo como está, el dólar como
está... Hacerlo enterar al Presidente por un tuit nada más que el ministro
de Economía no me parece bien", afirmó.
En una especie de acercamiento con el jefe de Estado, agregó: "Me pare
ce un acto de inmensa ingratitud al Presidente. Este presidente había ban
cado a ese ministro de Economía como a nadie, enfrentándose inclusive
a las propias fuerzas de su coalición. ¿Se merecía esto? Debo decirlo por
que creo que los argentinos tenemos que empezar a hablar claro entre no
sotros”.
El día después, dolido y a su forma, Alberto Fernández, rompió el silen
cio desde la renuncia de Guzmán y reafirmó las palabras de su vice:
“Se fue y él sabe lo que yo pienso de cómo lo hizo. Hay cuestiones de
responsabilidad institucional que recomendaban que hubiera ocurrido
de otro modo".
Asimismo, el jefe de Estado desempolvó sus discursos que apuntaban
al fortalecer la unidad, y denunció a la oposición, medios de comunica
ción y empresarios de intentar desestabilizar su gestión. Ni una palabra
ni indirecta para la vice, y así parece que será esta nueva etapa que en
saya el Gobierno, incipiente, y que solo el tiempo dirá si logra sostenerse.
De la mano de la crisis política está el complejo panorama económico mar
cado por la suba del dólar paralelo, los récords del riego país y la escadala
inflacionaria mundial que tiene su impacto directo en la Argentina, y que
preocupa de sobremanera al Frente de Todos.
La historia del país da cuenta que las crisis sociales se desatan cuando los
salarios se devalúan y se vuelven insuficiente. Aún lejos de este panorama
, con esa premisa en la mira, el Presidente se reunirá junto a su ministra de
Economía en la quinta de Olivos hoy por la tarde para trazar estrategias
que puedan, de alguna manera, anticiparse al dato clave de la inflación
de junio que se conocerá el jueves, y tomar control de la situación.
Escrito por Sofía Rojas
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