Mauricio Macri le pidió a Patricia Bullrich que tome distancia de su
mano derecha, Gerardo Milman. El diputado que hasta hace muy
poco era presentado por la presidenta del PRO como su jefe de Gabi
nete si llegaba a la Casa Rosada, desapareció de los actos y confe
rencias de Bullrich.
"Lo borró", sintetizó a LPO una fuente del PRO. El cúmulo de indicios
que de alguna manera lo ponen en contacto con el intento de asesi
nato de Cristina Kirchner y el mundo marginal que lo instrumentó,
llevó a Macri a recomendarle a Bullrich que lo margine, al menos
hasta que se aclare la situación.
El impacto de las acusaciones es tan evidente que Milman incluso
dejó de cumplir sus obligaciones como diputado. En la sesión de
este jueves no se lo vio en la cámara baja. Este diputado fue mano
derecha de Bullrich durante su gestión en el Ministerio de Seguri
dad, donde afianzó su relación con el mundo de la inteligencia y
las fuerzas de seguridad. Un rol clave que se mantuvo ya en el
llano, cuando Patricia susmió como presidenta del PRO.
El año pasado Bullrich intentó sin éxito que Milman fuera presiden
te del bloque PRO, pero no consiguió imponerlo y se conformó
con ubicarlo como vice de Cristian Ritondo, quien en las últimas
sesiones debió conducir la bancada en soledad.
El diputado quedó en el ojo de la tormenta cuando un asesor del
diputado camporista Marcos Cleri, reveló que lo escuchó antici
par en el bar Casablanca el atentado a la vicepresidenta. "Cuan
do la maten yo voy a estar camino a la costa", afirmó el testigo
que le escucho decir a dos de sus asesoras, una de ellas una
ex miss argentina que durante la gestión de Macri colocó al
frente de la Escuela Nacional de Inteligencia.
Las cámaras de la zona confirmaron que a esa hora y ese día
estuvo en el bar con sus asesoras, pero ellas negaron la frase.
Sin embargo, alimentó las sospechas que semanas previas
al atentado, Milman exhibió una extraña obsesión por cono
cer en detalle como se conformaba la custodia de Cristina. Es
to llevó a la vicepresidenta a recusar a la jueza María Eugenia
Capuchetti, por no citarlo a declarar ni profundizar la investiga
ción de la "pista Milman".
Este viernes la la Cámara Federal Porteña rechazó la recusa
ción de la magistrada, pero le ordenó que profundice la inves
tigación del vínculo del diputado con el atentado. Capuchetti
es una de las pocas juezas federales de Comodoro Py que lo
gró nombrar el macrismo y siempre se la vinculó a Daniel "El
tano"
Angelici.
Si bien al inicio de las acusaciones, Milman recibió un comuni
cado de respaldo del bloque de Diputados PRO, cuando Cristi
na Kirchner hizo propia las denuncias, no se lo vio más por el
Congreso.
Bullrich reaccionó con virulencia al video de Cristina contra su
mano derecha y calificó las acusaciones de "bullshit", pero
dejó de mostrarse junto a él.
Macri ya le había pedido a Bullrich en abril que tomara distancia
de Milman, cuando supo de un control de tránsito de la Ciudad
detuvo a una de sus secretarias, Luz Lanusse Peralta Ramos.
No tenía cédula verde ni azul y el auto estaba a nombre de la
empresa Metalúrgica Oliva, proveedora del Ministerio de Segu
ridad durante la gestión de Patricia Bullrich.
La versión que llegó en ese momento al ex jefe de Estado es que
Milman se presentó a las 2 de madrugada en la comisaría, dijo
que el auto era suyo y luego denunció a los agentes de tránsito.
El episodio es apenas una de una serie de desprolijidades, que
al quedar en el ojo de la tormenta empezaron a trascender.
En el bloque del PRO ahora temen que la lupa se pose sobre una
gran cantidad de contratos que supuestamente recibió el diputa
do apenas asumió, de una envergadura similar a las de un jefe
de bloque, al parecer como parte del acuerdo alcanzado en su
momento para bajarse de la pelea por la conducción de la banca
da.
Como parte de ese despliegue trascendió que habría contratado
a la ex titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, como
asesora con un sueldo de 400 mil pesos.
Frente a esta suma de escándalos y la inquietud que genera lo
que puede detectar la justicia en la investigación del atentado a
Cristina, es que finalmente Bullrich aceptó, al menos por ahora,
dejar de mostrarse con quien hasta hace poca semanas era su
mano derecha y principal armador político.
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