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martes, 3 de enero de 2023

Graciela y Silvino Báez conmovieron con sus testimonios en la primera jornada del juicio por el asesinato de su hijo

 


Durante dos horas testimoniaron ante el tribunal de Dolores. Mañana 

será el turno de la novia y los amigos del joven muerto en Villa Gesell 

en 2020.                                     

Sin dejar de llorar en ningún momento, pero con una voz que permitía 

entender cada cosa que decía, la madre de Fernando Báez Sosa brindó 

un testimonio que conmovió profundamente a todos los participantes 

de la primera audiencia del juicio por el homicidio ocurrido en Villa

 Gesell el 18 de enero de 2020.

Graciela Sosa Osorio narró la vida de Fernando y sus esfuerzos a tra

vés de la escuela primaria y secundaria.  Habló de la dedicación al es

tudio que culminó con el ingreso a abogacía, mientras preparaba las 

vacaciones a Villa Gesell que serían su premio.

Relató la situación de una familia muy feliz. “Era mi príncipe”, dijo en 

referencia a su hijo.

“Yo hice lo posible para que no le faltara nada, tal vez tanto en lo mate

rial, como si mucho amor”, señaló. “Él era muy solidario, tenía muchos

 amigos” repitió en varias oportunidades. “Nunca discriminaba como

 fue discriminado; lo llamaban negro”, insistió. 

Graciela Sosa dijo que se enteró de lo que le había sucedido a su hijo

 por el llamado de la madre de uno de sus amigos. “Yo tenía el bolso

 listo para ir a trabajar” cuando le avisaron que a Fernando lo había lle

vado una ambulancia y poco después, que su hijo había muerto. “Ese

 día el mundo se detuvo para mí”.

“Cuando lo vi en la morgue, tenía toda la cabeza destrozada de las pa

tadas que le dieron”, contó. “Quiero justicia por mi hijo”, pidió, porque

 “somos huérfanos para siempre”.

“Hasta el día de hoy lo sigo esperando. Tengo su cama armada y su ro

pa, que cada tanto lavo y plancho”, relató Graciela Sosa.

El testimonio de Silvino Báez fue en el mismo sentido que el de su es

posa. “Me llena de orgullo sentarme acá y hablar de él”, dijo al iniciar 

su testimonio.

Se explayó sobre el momento en que recibieron la noticia a través del

 llamado telefónico que confirmó la noticia de la muerte de su hijo. 

Fueron a Villa Gesell en el auto del padre de un amigo de Fernando: 

en el camino algunos mensajes les insuflaron falsas esperanzas. “Cuan

do llegué a la fiscalía, estaba el DNI de Fernando sobre el mostrador y 

él no estaba”, relató.

El reconocimiento fue durísimo: “Una parte de mí estaba tirada en una

 bandeja de acero inoxidable, chorreaba sangre por todos lados”.

“Acá, señores jueces, tienen un padre que ha perdido todas las ganas 

de vivir, de luchar y el abrazo de su hijo”, concluyó.

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