"El Pingüino" terminó su mandato con altos índices de popularidad, a la luz de políticas que fueron en buena medida bien recibidos por la sociedad.
Este 25 de mayo se cumplen exactamente 20 años de la asunción
presidencial de Néstor Kirchner, hito que significó un punto de
inflexión en la historia del país dejando atrás la crisis del 2001 de
sello neoliberal.
Siendo gobernador de la provincia de Santa Cruz y fundador del
Grupo Calafate, Kirchner tenía la idea de armar un proyecto nacio
nal aunque recién para el 2007: los tiempos se aceleraron cuando
el ex presidente Eduardo Duhalde, acorralado por una crisis so
cial sin precedentes, adelantó la elección y puso en marcha la bús
queda de un sucesor.
Tras intentos infructuosos con Carlos Reutemann y José Manuel de
la Sota, Duhalde terminó yendo a buscar a Kirchner, quien se conven
ció de que con el apoyo del oficialismo nacional tenía una difícil pero
factible oportunidad de ganar.
En las elecciones presidenciales del 27 de abril de 2003, en un escena
rio ultra atomizado, el candidato del Frente para la Victoria (una de las
tantas agrupaciones que presentó el peronismo en las urnas) salió en
segundo lugar con el 22,25% de los votos, detrás del ex presidente Carlos Menem quien obtuvo el 24,45%.
El riojano arrastraba un fuerte descrédito social por las consecuencias
de una crisis que tuvo como origen las políticas neoliberales de los 90,
por lo que en una segunda vuelta cualquier candidato que se le enfrenta
se iba a capitalizar ese rechazo a su figura.
Sin chances, Menem desistió de presentarse en la segunda vuelta y Kirch
ner, a los 60 años, se convirtió automáticamente en el presidente electo "
con menos votos que desocupados", según graficaría años después su
esposa y dos veces mandataria Cristina Kirchner.
Con un recordado discurso inaugural pronunciado ante la Asamblea Le
gislativa, que había sido escrito justamente por su esposa, Kirchner mar
caría los lineamientos del nuevo gobierno que encabezaría, compati
bles con un nuevo sentido de época.
"Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión políti
ca, ésta es la oportunidad de la transformación, del cambio cultural y
moral que demanda la hora. Cambio es el nombre del futuro", fue el
preludio de un mensaje en el que aseguró que venía a "proponer un
sueño" a los argentinos.
"En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de recons
truir un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan
reinstalar la movilidad social ascendente", rezaba otro pasaje del
discurso, que también incorporaba un fuerte compromiso con la po
lítica de Derechos Humanos.
Tras jurar al cargo, Kirchner se dio el primer baño de masas con cier
ta displicencia protocolar, sin saber cómo manipular el bastón presi
dencial y un golpe que le produjo un anecdótico corte en la frente.
Siendo una figura aún desconocida para buena parte de la sociedad y
con un apellido difícil de pronunciar, inició un ciclo que duraría 12
años y medio, siendo continuado en los siguientes dos períodos pre
sidenciales por su mujer y compañera de vida Cristina Kirchner.
Si bien el primer Gabinete heredó algunos de los ministros que ha
bían sido parte del Gobierno de Duhalde, desde el minuto cero
pronto Kirchner construyó un camino de autonomía y un liderazgo
que lo llevó a romper con quien lo había apadrinado electoralmente
en 2003.
Las elecciones del 2005, con la victoria arrolladora de Cristina Kirch
ner como senadora nacional en unos comicios que la enfrentaron a
Hilda "Chiche" Duhalde implicaron la renovación definitiva del pero
nismo y un alineamiento casi total del movimiento al proyecto políti
co de Kirchner.
"El Pingüino" terminó su mandato con altos índices de popularidad,
a la luz de políticas que fueron en buena medida bien recibidos por la
sociedad, como la anulación de las leyes de impunidad, la renova
ción de la Corte Suprema, la integración latinoamericana y el recha
zo a la injerencia del FMI, el desendeudamiento, la restauración de
las paritarias con la consecuente recuperación del salario, y una serie
de nacionalizaciones que pusieron en valor el rol interventor del Esta
do en la economía.
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